El técnico serbio optó entonces por lo fácil y sentó a Fede Cartabia, el único con un poco de ganas sobre el campo, para dar entrada a Ricardo Costa y reforzar así la defensa. 

Sin embargo la sustitución no sirvió porque apenas unos segundos después Michu dejó en la frontal un pase sin destino para que Bony batiese a Guaita ante la incredulidad de la grada.

El Swansea se hizo entonces con el control del partido. Mostró unas características espectaculares para un equipo humilde pero tremendamente trabajado por Laudrup. Con un centro del campo contundente y una presión asfixiante lograron dejar al Valencia encerrado en su campo, sin argumento alguno con el que luchar.

Camino de vestuarios, Mestalla abucheó a sus jugadores y ya en el interior Djukic debió echarles una buena bronca a sus jugadores porque no reaccionaron ni con el segundo tanto del Swansea. 

Como si de un paseo en barca se tratase, los jugadores del conjunto galés convirtieron el partido en un rondo permanente. La única aproximación de los ché al área fue un centro de Feghouli que despejó la defensa del técnico Laudrup. En la siguiente jugada el balón le llegó a Michu y este, que tiene ganas y lo demuestra, puso el segundo en el marcador.

Pocos minutos después amplió el resultado De Guzmán con una sensacional falta lanzada desde treinta metros que se coló por la escuadra de Guaita. Fue entonces cuando se escuchó aquello de "no merecéis esta camiseta".