Ahora sí. Ya se escribió por alguna Mirilla que este año el baloncesto español iba a dar la sorpresa. Nada más y nada menos que contra Argentina. Quizás las ilusiones estaban puestas en la de fútbol, pero los de Pepu Hernández no han fallado ni uno solo. Partidazos increíbles con resultados asombrosos y ayer el último para estar en la final, contra Argentina, por un solo punto.

Que nadie mienta. Muchos veían ya el “fracaso”, que no hubiese sido tal en caso de haber caído en semifinales. Muchos creían que todo estaba perdido. Posesión para Argentina y 19 segundos para que sonase la bocina. En vez de cortar con falta, España mantuvo la defensa y los sudamericanos se desquiciaron. Pau Gasol se mordía las uñas. ¿Sólo Pau?

El de los Memphis quizás no esté en la final, in corpore, porque será el que más anime. Aunque recemos para que mañana, día tres de septiembre, Gasol haga vibrar como nunca. El caso es que España ya ha hecho historia y los periódicos deportivos de hoy no abrirán con la otra España. Y si hubiese habido Liga, no hubiese sido el Madrid el que apareciera. Se lo merecen.

Al final, abrazos y deseos de suerte de los argentinos a los españoles. Y es que medio Unicaja de la pasada temporada juega en Argentina y medio en España. Todo queda en familia. Y claro, mañana toca Grecia, que no es moco de pavo. Mañana, España con España y a romper la historia de nuestro país.