La Liga corrió ayer el telón y los protagonistas del balón ya se mueven sobre el escenario que decidirá en las próximas 38 jornadas el mejor equipo del país. Los aperitivos de las supercopas española y europea auguran un buen año futbolístico por el nivel que se vio en ambos duelos. En los dos estuvo el Barcelona, claro que con sensaciones muy diferentes: ante el Español se mostró imbatible y ante el Sevilla vulnerable. La exhibición sevillista en el Louis II alimenta las esperanzas de los aspirantes al trono catalán en la competición doméstica y a buen seguro que Valencia y Real Madrid, los equipos a priori con más potencial para arrebatar el torfeo al gran campeón, han tomado nota sobre como superar al equipo que dirige Frank Rijkaard.

Fabio Capello ha montado un bloque como a el le gusta, empezando la casa por los cimientos. Se trajo de “su” Juventus a Cannavaro y Emerson y completó el centro del campo con Diarra. Parece que le falta imaginación en la sala de máquinas –se frustró lo de Kaká y ya se verá si es capaz de encajar a Guti-, pero a este Madrid va ser difícil ganarle. No hay que olvidar que en el 96, año en el que ganó la Liga con el preparador italiano, el conjunto blanco sólo dejó de sumar en cuatro partidos y uno de ellos fue el último ante el Celta.

El Valencia debe ser otra alternativa al Barcelona. Los de Quique se han reforzado bien apostando por el producto nacional, han rescatado a Morientes de la Premier, se han traído a Joaquín por una millonada y de la cantera les ha llegado una perla, Silva, que hará olvidar a Pablo Aimar. Con el resto del equipo asentado, este año Quique no tiene excusas para no aspirar a todo.

Si las tres primeras plazas parecen adjudicadas, para la cuarta el abanico se amplía. Parten como candidatos los que pelearon por ella la pasada temporada: Sevilla, Osasuna y Celta, a los que hay que sumar a los remozados Zaragoza y Atlético de Madrid y al Villarreal. Los sevillistas han fichado bien, Poulsen y Chevantón, y si mantienen la línea con la que terminaron la campaña y han comenzado esta no tienen por qué renunciar a nada. El Celta tiene que consolidarse arriba y refuerzos como los de Nené o Guayre le ayudarán mucho. Osasuna es el que más incógnitas despierta, sobre todo por la marcha de Aguirre, que ya se notó en la previa de la Champions. El técnico mexicano tiene ahora la misión de devolver al Atlético a las plazas europeas que por presupuesto y potencial se le presuponen pero a las que no accede desde hace más de un lustro. El Zaragoza es otro de los que han hecho un equipo casi nuevo. Invirtieron bien el dinero recibido por la venta de Cani al Villarreal y con su técnico talismán, Víctor Fernández, y de Aimar comandando la nave pueden llegar alto. Por último, el Villarreal, que ha gastado como siempre y no ha vendido, también como siempre, de ahí que cuente en las quinielas como el que más para entrar en Europa.

La sorpresa puede llegar de equipos como el Getafe, con la apuesta por el buen fútbol de Schuster, el Dépor, un equipo made in Caparrós, el Rácing o el Levante, construidos a base de nombres que tendrán que acoplarse para que lleguen los resultados. De la lista de europeizables se cae por deméritos propios el Betis, sumido en los despropósitos de Lopera y que únicamente cuenta con la baza de Javier Irureta para no pasar apuros. En su lucha estarán los recién ascendidos Recre y Nástic y los que se caigan de esa zona de nadie en la que igual se da el salto hacia arriba que se cae al precipicio, en la que se sitúan Español, Real Sociedad, Mallorca y Athletic de Bilbao.