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-Toc toc
-Quien es?
-Soy el centro sensato
-Gracias, ya tenemos permanencia con Movistar,
-No, no me cierre. Queremos regalarle algo.
-Regalarme qué?
-La abstención
-La abstención?
-Abstención ilimitada
-No me lo creo
-Y una suscripción gratuita a Neoconflix
-Y eso sin subirme la factura?
-Sólo con bajar algunos impuestos
-No me interesa. Llevo años diciendo a mi gente que están mejor altos
-Pues déjeselos altos a ellos y todos contentos
-Me suena su cara y no sé de qué.
-Últimamente me confunden bastante con Malú.
-No sé, no sé, me gustaría saber donde está la letra pequeña de todo esto
-A mi no me pregunte. En mi casa no bajamos del Arial 20.
En la compleja danza de la vida, a menudo nos encontramos maravillados por la capacidad de regeneración y adaptación de los seres vivos. Desde la curación de una herida hasta la formación de complejos sistemas biológicos, parece que hay una inteligencia inherente que guía estos procesos. ¿Cómo explicar esta sorprendente capacidad de autoorganización y adaptación?
No ha armado apenas revuelo que Francia haya aprobado el aborto como un derecho constitucional. En una ceremonia al aire libre en París, se procedió al sellado del texto normativo con una prensa de la época napoleónica y Emmanuel Macron declaró lo siguiente: “Francia se ha convertido hoy en el único país en el mundo cuya Constitución protege explícitamente el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en toda circunstancia”.
El próximo 9 de junio los europeos estamos llamados a las urnas para elegir a nuestros representantes en el parlamento de Estrasburgo. Es posible que los asuntos de política interna condicionen el voto en estos comicios, pero no debemos olvidar que Europa, como proyecto político, social y económico, se enfrenta en estos momentos a una serie de retos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de votar.
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