A la directora del FMI, Christine Lagarde, investigada por corrupción como todo
buen jefazo de dicha institución que se precie, deberían de bajarle pues
el sueldo un cien por cien
Hay que bajar los sueldos otro diez por cien en los próximos dos años, nos advierten desde el Fondo Monetario Internacional, que es esa organización estatista dedicada a opinar sin acierto –que se lo digan a Hispanoamérica- y que debería ser clausurada a la mayor brevedad posible. A la francesa Christine Lagarde, investigada por corrupción como todo buen jefazo de dicha institución que se precie, deberían de bajarle pues el sueldo un cien por cien. Y es que tiene razón Elena Valenciano: dos comidas de restaurante de esta alegre pandilla que juega a salvar al mundo mientras crea pobreza equivalen al sueldo del españolito medio. Pues casi como lo de los diputados españoles.
Pero tanto el FMI como Bruselas aciertan, visto cómo está montado el tinglado, en este punto concreto. Sostienen que para volver a crear empleo y recuperar competitividad hay que bajar los sueldos en España. Al carecer de independencia monetaria, es decir, no poder recurrir a la devaluación de la moneda que tanto gustaba a los socialistas en época de Felipe González, no habría otra vía. Por mucho que a cualquier medida de cambio, aunque sean medidas ortodoxamente socialdemócratas, se opongan los reaccionarios sindicatos españoles, que ya por no ir, no van ni a Rodiezmo.
Lo que sucede, y esto no lo cuentan los medios de comunicación, es que bajar salarios no quiere decir bajar la cantidad de dinero líquido que percibe el empleado mes a mes. Se pueden reducir los costes del puesto de trabajo bajando sustancialmente (hasta 10 puntos en dos años) las cotizaciones sociales a las empresas. Que son de las más altas de Europa. Cosa que al gobierno burocrático y funcionarial del PP, que parece creer que la única forma de salir de esta es cargarse a la clase media y que se niega a abordar una reforma de la estructura territorial del Estado que pase por reducir (o liquidar) las política y económicamente inviables Autonomías, al modo y manera en que lo está haciendo sin ruido Alemania, no le gusta.
Pero señor Montoro, hay que incrementar la renta disponible del trabajador, de forma que éste pueda empezar a ahorrar. Y a gastar. Y es que eso de que decir hay que activar el consumo que llevamos oyendo desde que comenzara la debacle mientras se suben impuestos, se bajan salarios y se asfixia al españolito que ya no sabe qué hacer para esquivar multas –lo de Madrid merece columna aparte- equivale a pedirle a una familia que está en la ruina que se vaya de compras a fundir la tarjeta de crédito. Genios.
Además, España necesita urgentemente una reforma total de la educación, y no ese parchecito que ha puesto sobre la nefasta escuela comprensiva el gobierno, así como una reforma energética que no sea un “a ver cómo mantenemos el chollo a costa del consumidor”.