Si existe un tema estudiado por el hombre es la relación emisor/receptor o como comúnmente se conoce medios de difusión y espectador. En los años 20 del siglo pasado, la primera interpretación fue la de una relación directa entre el comunicador y el público, luego con la aparición de la denominada escuela de Frankfurt y la de Chicago los estudiosos comprendieron que existían variantes sociales en el comportamiento del destinatario que debían observarse y conducirse para lograr penetrar efectivamente.
La señalada como “agenda setting” hacia hincapié en los tiempo y modos de comunicar, el público debía recibir la información de una manera ordenada y estudiada por el comunicador, para cumplir con sus fines.
Desde el nazismo hasta el comunismo han aplicado estas formulas de penetración ideológica, en sus distinta variantes, con el objetivo de fanatizar a la sociedad o de inculcar nociones prefijadas que sirvan a un objetivo puntual.
Por supuesto que estas técnicas fueron perfeccionadas y desarrolladas por el sector comercial para imponer sus productos, de un modo a veces subconsciente y otras totalmente claro y definido.
En nuestro país, que no se encuentra ajeno a estas teorías y manipulaciones, vemos como los distintos actores de las próximas elecciones han comenzado ha aplicar las distintas variantes de estas técnicas de operación de la opinión pública.
A pesar que aún existen causas importantes que interrumpen el ciclo virtuoso de la inversión y el desarrollo, como que en los últimos 50 años los procesos de expansión y depresión han sido tan violentos y cortos que han dejado profundas heridas en gran cantidad de argentinos que han perdido desde sus fábricas hasta su casa, los “logros económicos” de este gobierno se muestran como un medalla de honor y el juzgamiento parcial de los sucesos ocurridos hace 30 años como un acto de “justicia”, los dirigentes oficialistas han desenfundado desde ahora todas sus armas psicológicas en busca de su reelección.
Gobernar no parece ser lo importante, lo substancial es mostrar que en el país todo anda bien y es obligatorio contestar a los dirigentes de la oposición con discursos altisonantes y estadísticas artísticamente elaboradas para reafirmar la bondad de la política implementada.
Será otro año perdido entre las acusaciones y los cruces inútiles entre dirigentes, cada uno demostrando su “verdad”, ¿y el país?
Seguramente lo gobernará a partir del 2007, quien más prometa, mejor discurso tenga y más dinero para publicidad y actos políticos aporte.
La realidad nos dice que la reforma política, tantas veces anunciada, para conocer el origen de todas estas supuestas y cuantiosas contribuciones desinteresadas que reciben los partidos políticos con posibilidad de gobernar, nunca fue tratada en la Camara y las circunstancias actuales nos muestran que la misma pasará a la historia de tantas otras reformas prometidas y nunca cumplidas.