Mañana arranca para los equipos españoles y para buena parte de los de las ligas importantes en el concierto continental la Champions League. Se trata de la tercera y última ronda previa, que da acceso a sus vencedores a la fase de grupos.

Desde el punto de vista de los clubs nacionales, las perspectivas no son para asustarse: ambos tienen a favor el factor campo, es decir, jugarán el partido de vuelta en su propio campo, y por otra parte, los rivales no son los grandes "cocos" que todos querían evitar.

Siguiendo el orden cronológico, Osasuna se enfrentará en el AOL Arena a un Hamburgo que tiene la oportunidad de regresar a la Champions después de varios años de ausencia. Los navarros, que tienen ante sí una oportunidad histórica, deben hacer de la ilusión su principal bandera.

Por su parte, el Valencia de Quique Flores viaja a Salzburgo para enfrentarse a un equipo bastante inferior, teóricamente al menos, al suyo. Pero la marejada interna del club ché en cuanto a la política de fichajes y la superficie artificial del terreno de juego austriaco podrían equilibrar las fuerzas más de lo deseable.

En el resto de la jornada, los grandes como el Milan o el Arsenal no deberían tener excesivos problemas para, si no dejar sus eliminatorias sentenciadas, sí al menos encarrilarlas considerablemente. De este modo, tendríamos una Champions con todos los grandes de Europa. Que es lo que queremos los aficionados. ¿O no?