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Luciano Sabatini

La magia del “kun” Agüero

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El torneo argentino es una cantera que no para de producir cracks del más alto nivelaño tras año. El último y más sonado de todos ellos, tras la aparición de Messi y la buena noticia de Gago, es sin duda Sergio Agüero. Este niño precoz debutó a los 16 años en el torneo argentino con Independiente de Avellaneda, y le bastó un solo año para que el respetable aclamara su inclusión en la albiceleste y estuviera en serias condiciones para dar el salto a un equipo europeo, sueño de todo jugador sudamericano.

Su caso sorprende, por la increíble y rápida adaptación que este pipiolo está experimentando. Quien más quien menos dudó muy mucho a la hora de su fichaje, todos menos Gil Marín, que no escatimó en gastos, para batir la cifra récord en el club del Manzanares por un fichaje, 25 millones de euros. Las dudas tenían justificación, pues hay muchos jugadores sudamericanos que nunca llegan a aclimatarse a las exigencias de las grandes ligas europeas. Así hemos vivido las dificultades de “el burrito” Ortega, Marcelino Carioca, “el piojo” López, Ariel Ibagaza, todos ellos estrellas en sus campeonatos antes de abandonarlos, y a los que por lo menos el salto les pasó seria factura. El caso de Messi es bien diferente; el “pibe” llegó a la masía del Barcelona a los 14 años, y su adaptación ha sido mucho más fácil y progresiva, más allá de su tremendo potencial.

Agüero va a significar un salto en el juego del Atlético de Madrid, en ritmo y calidad en la definición. El “kun”, como es conocido por su afición a las series de anime y al manga japonés en los que algo así como “Agüero-kun” sería como “el chico Agüero”, ha encontrado por juego y movimientos un acomodo seguro el la delantera rojiblanca. Es un jugador al que le gusta el contacto continuo con la pelota, con lo que baja a recibir muchos balones para tocar de primeras y arrancar hacia adelante vertiginosamente. En esos movimientos arrastra normalmente a su marcador y crea huecos a sus compañeros. En el área es un verdadero depredador, con un inusitado olfato goleador, como demostrara en el último partido del Atleti en tierras chinas ante el Kashima, desatascando el encuentro con un genial tiro cruzado. Posee un cambio de ritmo endiablado, al que rara vez sus contrarios pueden seguir debido a su bajo punto de gravedad, y que en ciertas ocasiones recuerda a las carreras burlonas del mejor Johan Cruyff.

Veinte días le han bastado al joven prodigio argentino para convencer al aficionado y a sus compañeros. Fernando Torres se siente ahora mucho más respaldado, pues ha ganado un socio de calidad que llevaba años reclamando amargamente; con las diagonales del “kun” y sus desmarques el juego del niño tiene muchas más posibilidades de brillar, y huecos para penetrar, pues las defensas rivales ya no tienen que preocuparse sólo de su marcaje. Cuando Agüero retrasa su posición puede alternar en la media punta, donde también se desenvuelve con criterio, hecho que quizás ha precipitado al club a no contar para esta compaña con uno de sus buques insignia en esa posición en los últimos años, su compatriota “el caño” Ibagaza”. Seguramente el “vasco” Aguirre no esperaba esta grata sorpresa cuando allá por el mes de Abril decidió comprometerse con el club rojiblanco.

En definitiva es una alegría y una esperanza para los que son atléticos y los que no tanto, un punto a sumar a nuestra liga, que hace ve como las constelaciones de la Pemier y el Calcio le han ido comiendo terreno. Y es de seguro que esto solo es el principio de una bonita historia de amor entre Agüero y el balón; nosotros, espectadores de excepción.

La magia del “kun” Agüero

Luciano Sabatini
Luciano Sabatini
domingo, 6 de agosto de 2006, 22:25 h (CET)
El torneo argentino es una cantera que no para de producir cracks del más alto nivelaño tras año. El último y más sonado de todos ellos, tras la aparición de Messi y la buena noticia de Gago, es sin duda Sergio Agüero. Este niño precoz debutó a los 16 años en el torneo argentino con Independiente de Avellaneda, y le bastó un solo año para que el respetable aclamara su inclusión en la albiceleste y estuviera en serias condiciones para dar el salto a un equipo europeo, sueño de todo jugador sudamericano.

Su caso sorprende, por la increíble y rápida adaptación que este pipiolo está experimentando. Quien más quien menos dudó muy mucho a la hora de su fichaje, todos menos Gil Marín, que no escatimó en gastos, para batir la cifra récord en el club del Manzanares por un fichaje, 25 millones de euros. Las dudas tenían justificación, pues hay muchos jugadores sudamericanos que nunca llegan a aclimatarse a las exigencias de las grandes ligas europeas. Así hemos vivido las dificultades de “el burrito” Ortega, Marcelino Carioca, “el piojo” López, Ariel Ibagaza, todos ellos estrellas en sus campeonatos antes de abandonarlos, y a los que por lo menos el salto les pasó seria factura. El caso de Messi es bien diferente; el “pibe” llegó a la masía del Barcelona a los 14 años, y su adaptación ha sido mucho más fácil y progresiva, más allá de su tremendo potencial.

Agüero va a significar un salto en el juego del Atlético de Madrid, en ritmo y calidad en la definición. El “kun”, como es conocido por su afición a las series de anime y al manga japonés en los que algo así como “Agüero-kun” sería como “el chico Agüero”, ha encontrado por juego y movimientos un acomodo seguro el la delantera rojiblanca. Es un jugador al que le gusta el contacto continuo con la pelota, con lo que baja a recibir muchos balones para tocar de primeras y arrancar hacia adelante vertiginosamente. En esos movimientos arrastra normalmente a su marcador y crea huecos a sus compañeros. En el área es un verdadero depredador, con un inusitado olfato goleador, como demostrara en el último partido del Atleti en tierras chinas ante el Kashima, desatascando el encuentro con un genial tiro cruzado. Posee un cambio de ritmo endiablado, al que rara vez sus contrarios pueden seguir debido a su bajo punto de gravedad, y que en ciertas ocasiones recuerda a las carreras burlonas del mejor Johan Cruyff.

Veinte días le han bastado al joven prodigio argentino para convencer al aficionado y a sus compañeros. Fernando Torres se siente ahora mucho más respaldado, pues ha ganado un socio de calidad que llevaba años reclamando amargamente; con las diagonales del “kun” y sus desmarques el juego del niño tiene muchas más posibilidades de brillar, y huecos para penetrar, pues las defensas rivales ya no tienen que preocuparse sólo de su marcaje. Cuando Agüero retrasa su posición puede alternar en la media punta, donde también se desenvuelve con criterio, hecho que quizás ha precipitado al club a no contar para esta compaña con uno de sus buques insignia en esa posición en los últimos años, su compatriota “el caño” Ibagaza”. Seguramente el “vasco” Aguirre no esperaba esta grata sorpresa cuando allá por el mes de Abril decidió comprometerse con el club rojiblanco.

En definitiva es una alegría y una esperanza para los que son atléticos y los que no tanto, un punto a sumar a nuestra liga, que hace ve como las constelaciones de la Pemier y el Calcio le han ido comiendo terreno. Y es de seguro que esto solo es el principio de una bonita historia de amor entre Agüero y el balón; nosotros, espectadores de excepción.

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