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Mientras eso sucede hay hospitales donde los recortes han sido bestiales, centros de salud donde se han eliminado guardias nocturnas y colegios con una economía de guerra

Atentado contra el erario público

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Hay personas que llevan tanto tiempo en política que confunden el patrimonio personal con los recursos públicos. No solo se da esa confusión a título personal sino que algunos piensan que sus familiares tienen derecho a hacer uso de tales recursos. En Castilla y León llueve sobre mojado desde hace mucho tiempo. Hay medios de comunicación que lo han denunciado, pero otros callan para seguir conservando prebendas y trato preferencial.

Algún lector se preguntará a santo de qué viene el párrafo anterior. La respuesta es simple: allá por octubre o noviembre del año pasado, el actual consejero de Presidencia de la Junta de Castilla y León anunció con luz y taquígrafos que la comunidad iba a ser la primera en adoptar medidas de austeridad en la línea marcada por el Gobierno de Rajoy. Hasta ahí todo perfecto, digno y en su sitio; no obstante, el tiempo ha hecho que el citado consejero se pillara los dedos.

No negamos que la Junta de Castilla y León haya reducido el número de coches oficiales, pero no es cierto que solo sean usados por consejeros y por el presidente Herrera Campo; al menos el coche asignado al consejero de Presidencia lo usa su esposa con cargo al erario público. Mejor dicho: hace mal uso de él su esposa, porque no es de recibo que --varias veces a la semana-- el conductor asignado al consejero lleve en el coche oficial a una clínica privada a la compañera/esposa del consejero.

Mientras esas barbaridades se producen en Valladolid, los trabajadores de la Junta son sometidos a drásticos recortes, rebaja de vacaciones y eliminación de derechos adquiridos. Un agravio que se da solo entre ciertos funcionarios, porque el señor conductor oficial del consejero cobra un sobresueldo de más de 4.000,00 euros cada tres meses, según consta oficialmente, además de estar ya publicado.

Lo cobra como “gratificación”, además de su sueldo mensual; dicho dato ha sido publicado por “ÚltimoCero” en enero pasado. Ni siquiera los conductores del Presidente cobran ese sobresueldo. ¡Qué vergüenza y qué indignidad! ¡Ya está bien de “bufandas” en la Administración!.

Ese tipo de “bufandas” me recuerdan a las del Servicio Militar. Se pagan favores personales con dinero público. Mientras eso sucede hay hospitales donde los recortes han sido bestiales, centros de salud donde se han eliminado guardias nocturnas y colegios con una economía de guerra, además de supresión de profesores, reconversiones, rebaja amplia de gastos de funcionamiento, aumento desorbitado de ratios en los centros educativos,…

Por si alguien no sabe qué son las “bufandas”, he de decir que son –como las llama la Junta de Castilla y León, en ese caso- “gratificaciones extraordinarias por servicios prestados fuera de la jornada de trabajo”.

Eso de “fuera de la jornada de trabajo” se refiere a que, desde hace varios meses, la ‘media naranja’ del consejero de Presidencia es trasladada en el coche oficial a una clínica privada haciendo uso y abuso de recursos públicos de la comunidad autónoma. ¡Joder, qué tropa! En palabras del conde de Romanones. Con razón dice el procurador de UPL que "el consejero debería justificar por escrito que se ha tratado de una emergencia y, en caso contrario, dar explicaciones claras de por qué lo ha hecho".

Personalmente discrepo parcialmente de lo que dice el procurador, señor Valderas, porque cuando un ciudadano tiene una emergencia llama a un taxi, una ambulancia o utiliza su vehículo particular. No se puede ir por la vida de cara dura y mucho menos de abusón con cargo al dinero de otros.

Son numerosas las fotos que constatan el abuso: coche, matrícula, cédula del vehículo, chofer abriendo la puerta de forma sumisa a la “doña” del consejero,… Cuanto refiero es una prueba más de que no se ha racionalizado el uso de los recursos públicos, además de que no tenemos una comunidad para lanzar cohetes. Estamos ante una falta de respeto a la ciudadanía, una patada a la dignidad de la persona y un sopapo en la cara del contribuyente. No es ética la actuación y mucho menos justa.

No estaría de más que el señor consejero de Presidencia aprendiera a conjugar el verbo dimitir. Ha perdido toda su credibilidad. Se ha dotado de una caperuza de indignidad y, además, hoy es el destinatario de todos los chistes de “abusadores”, “tragones” y “aprovechados” del dinero público.

Personalmente le aconsejo que pida perdón antes de marcharse, porque en lo sucesivo escuchará allí donde acuda eso de: ¡Váyase, señor consejero, váyase de una vez!.

Atentado contra el erario público

Mientras eso sucede hay hospitales donde los recortes han sido bestiales, centros de salud donde se han eliminado guardias nocturnas y colegios con una economía de guerra
Jesús  Salamanca
viernes, 14 de junio de 2013, 08:18 h (CET)
Hay personas que llevan tanto tiempo en política que confunden el patrimonio personal con los recursos públicos. No solo se da esa confusión a título personal sino que algunos piensan que sus familiares tienen derecho a hacer uso de tales recursos. En Castilla y León llueve sobre mojado desde hace mucho tiempo. Hay medios de comunicación que lo han denunciado, pero otros callan para seguir conservando prebendas y trato preferencial.

Algún lector se preguntará a santo de qué viene el párrafo anterior. La respuesta es simple: allá por octubre o noviembre del año pasado, el actual consejero de Presidencia de la Junta de Castilla y León anunció con luz y taquígrafos que la comunidad iba a ser la primera en adoptar medidas de austeridad en la línea marcada por el Gobierno de Rajoy. Hasta ahí todo perfecto, digno y en su sitio; no obstante, el tiempo ha hecho que el citado consejero se pillara los dedos.

No negamos que la Junta de Castilla y León haya reducido el número de coches oficiales, pero no es cierto que solo sean usados por consejeros y por el presidente Herrera Campo; al menos el coche asignado al consejero de Presidencia lo usa su esposa con cargo al erario público. Mejor dicho: hace mal uso de él su esposa, porque no es de recibo que --varias veces a la semana-- el conductor asignado al consejero lleve en el coche oficial a una clínica privada a la compañera/esposa del consejero.

Mientras esas barbaridades se producen en Valladolid, los trabajadores de la Junta son sometidos a drásticos recortes, rebaja de vacaciones y eliminación de derechos adquiridos. Un agravio que se da solo entre ciertos funcionarios, porque el señor conductor oficial del consejero cobra un sobresueldo de más de 4.000,00 euros cada tres meses, según consta oficialmente, además de estar ya publicado.

Lo cobra como “gratificación”, además de su sueldo mensual; dicho dato ha sido publicado por “ÚltimoCero” en enero pasado. Ni siquiera los conductores del Presidente cobran ese sobresueldo. ¡Qué vergüenza y qué indignidad! ¡Ya está bien de “bufandas” en la Administración!.

Ese tipo de “bufandas” me recuerdan a las del Servicio Militar. Se pagan favores personales con dinero público. Mientras eso sucede hay hospitales donde los recortes han sido bestiales, centros de salud donde se han eliminado guardias nocturnas y colegios con una economía de guerra, además de supresión de profesores, reconversiones, rebaja amplia de gastos de funcionamiento, aumento desorbitado de ratios en los centros educativos,…

Por si alguien no sabe qué son las “bufandas”, he de decir que son –como las llama la Junta de Castilla y León, en ese caso- “gratificaciones extraordinarias por servicios prestados fuera de la jornada de trabajo”.

Eso de “fuera de la jornada de trabajo” se refiere a que, desde hace varios meses, la ‘media naranja’ del consejero de Presidencia es trasladada en el coche oficial a una clínica privada haciendo uso y abuso de recursos públicos de la comunidad autónoma. ¡Joder, qué tropa! En palabras del conde de Romanones. Con razón dice el procurador de UPL que "el consejero debería justificar por escrito que se ha tratado de una emergencia y, en caso contrario, dar explicaciones claras de por qué lo ha hecho".

Personalmente discrepo parcialmente de lo que dice el procurador, señor Valderas, porque cuando un ciudadano tiene una emergencia llama a un taxi, una ambulancia o utiliza su vehículo particular. No se puede ir por la vida de cara dura y mucho menos de abusón con cargo al dinero de otros.

Son numerosas las fotos que constatan el abuso: coche, matrícula, cédula del vehículo, chofer abriendo la puerta de forma sumisa a la “doña” del consejero,… Cuanto refiero es una prueba más de que no se ha racionalizado el uso de los recursos públicos, además de que no tenemos una comunidad para lanzar cohetes. Estamos ante una falta de respeto a la ciudadanía, una patada a la dignidad de la persona y un sopapo en la cara del contribuyente. No es ética la actuación y mucho menos justa.

No estaría de más que el señor consejero de Presidencia aprendiera a conjugar el verbo dimitir. Ha perdido toda su credibilidad. Se ha dotado de una caperuza de indignidad y, además, hoy es el destinatario de todos los chistes de “abusadores”, “tragones” y “aprovechados” del dinero público.

Personalmente le aconsejo que pida perdón antes de marcharse, porque en lo sucesivo escuchará allí donde acuda eso de: ¡Váyase, señor consejero, váyase de una vez!.

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