Quizás por callar bocas, como excusa barata o por dejar contentos a muchos críticos, se decía que el mejor fichaje del nuevo Deportivo de A Coruña era la recuperación de Juan Carlos Valerón. “El Flaco” se había perdido toda la segunda vuelta liguera tras una lesión en un partido de enero contra el Mallorca. Desde entonces, el Dépor lloró la carencia de su crack, y los resultados negativos fueron llegando. Si en enero el equipo estaba cuarto clasificado, al terminar el campeonato solo pudieron ser octavos, renunciando incluso a la Intertoto (otrora un consuelo).

Pero cuando Valerón había vuelto, y empezaba a ser la magia del equipo, la desgracia se volvió a cebar con él. Seguramente se perdió el mundial por la primera lesión, y ahora se perderá el inicio de temporada del Deportivo centenario. El mediapunta sufre una rotura parcial de la plastia del ligamento cruzado anterior y una rotura total del menisco externo de su rodilla izquierda. En palabras cristianas, Juan Carlos Valerón estará fuera de los terrenos de juego los próximos cuatro meses.

Ahora le nace otro problema a Lendoiro. Con la lesión del de Arguineguín, el presidente tendrá que buscar un mediapunta creador para sustituirlo. El mercado de jugadores del estilo es muy reducido y caro. Es sabido por todos que el Dépor no tiene demasiado dinero, pero además hay que dar primero salida a los excedentes de la plantilla. Más de 30 jugadores que ahora mismo están a las ordenes de Caparrós en Isla Canela. Seguramente Caparrós se arrepienta en ocasiones de haber llegado al Deportivo.

Pero hay que fichar. Es de vital importancia. Es arriesgar o morir para siempre. Sin un creador como él, no hay futuro. No creo que a Augusto Lendoiro se le escape esa obviedad, pero cosas más evidentes se le han pasado ya…. ¿O las ha dejado pasar?