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Etiquetas | Casa Mas | Alimentación
Alrededor de una decena de furgonetas emprenden la marcha cargadas con los platos preparados frescos

Casa Mas, del garaje al polígono industrial

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Son las tres de la madrugada y en el polígono industrial El Vapor, situado a cinco minutos del pueblo de Castellterçol (Vallés Oriental), comienza la actividad en las instalaciones de Casa Mas. Alrededor de una decena de furgonetas emprenden la marcha cargadas con los platos preparados frescos, elaborados pocas horas antes, para distribuirlos por todos los rincones de Catalunya, España y Andorra y así que a las pocas horas de su elaboración los clientes puedan tener en su mesa una diversidad de platos preparados con productos de primera calidad que, en la vida tan atareada que llevamos muchos, hacen más fácil el comer bien, variado y con garantía de calidad.

Nosotros, un día reciente, habíamos probado sus canelones, nos gustaron tanto la carne como la pasta producían buenas sensaciones al paladar y además nos sacaron de un apuro un día en que tarde y cansados llegamos a casa sin ganas de cocinar. Aquellos canelones sabían como los hechos por cualquier ama de casa experta en el arte de la buena cocina. Así que, ni cortos ni perezosos, decidimos citarnos con los responsables de Casa Mas para hacer una visita a sus instalaciones y conocer in situ la historia de esta industria alimentaria ya que sospechábamos que detrás de sus paredes había una buena historia que contar como pasa con las empresas nacidas de la iniciativa de personas emprendedoras. Para hablarnos de Casa Mas nos esperaban Sebastià Mas, creador y dueño de la empresa, Hodei Redondo, responsable de comunicación, y Coral Casallarch del departamento de Recursos Humanos.


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En una amplia y luminosa sala desde la que divisábamos la cercana montaña comenzó nuestra conversación sobre los intríngulis de esta empresa que comenzó en 1993 con dos empleados a tiempo parcial y que en este momento tiene 120 trabajadores que residen en un perímetro de 50 kilómetros, muchos de ellos son vecinos de Castellterçol, donde el paro ronda el 10 % según las últimas estadísticas, y en estos números ha tenido mucha parte Sebastià Mas con su iniciativa de crear su industria de platos preparados frescos.

Un garaje fue su primer local
No sólo una de las empresas más importantes del mundo de la informática puede presumir de haber sido creada en un garaje, también Casa Mas inició sus actividades en un local destinado a guardar vehículos. Sebastià Mas era comercial de la conocida Casa Tarradellas y a principios de los años noventa se dio cuenta que algunos de sus clientes comenzaban a elaborar platos preparados para ofrecerlos a sus clientes como un producto más. Y tuvo la idea de crear su propia empresa en el garaje casero dedicándose a la venta de jamón y fuet, el valor añadido de su producto era, naturalmente, la excelente calidad que ofrecía.

Poco más adelante amplió la gama de productos y pasó, con la ayuda de una prima propietaria de un restaurante, a elaborar croquetas caseras. Fueron millares las croquetas que trabajaron a mano y que repartían personalmente con una furgoneta hasta que un día les paró la policía local y entonces supieron que para seguir preparando y vendiendo aquellas croquetas necesitaban cumplir una serie de requisitos y todo el papeleo que conlleva montar una empresa. Tal vez si aquella patrulla de la policía local no le hubiera parado hoy Sebastià Mas no habría llegado a ser el empresario que es en estos momentos.

Cumplieron con todo lo que les imponía la legislación, y en el año 2001 dieron el gran salto de pasar del garaje de 150 metros cuadrados a las instalaciones actuales que ocupan 4.000 metros cuadrados en el polígono El Vapor y con vistas a la ampliación de las mismas. A fuerza de ilusión y trabajo Sebastià Mas había pasado de empleado a empresario.

Seguimos conversando con el creador de esta industria alimentaria y hablamos de la actual coyuntura económica, esa crisis galopante que desde hace unos años golpea el bolsillo de los ciudadanos. Sebastià nos dice que “la crisis siempre afecta y uno se siente vulnerable con la situación macroeconómica, aunque en situaciones como la actual también es posible obtener algún beneficio, pasar de ricos a pobres ha hecho cambiar la situación del consumidor”. Para afrontar este reto Casa Mas ha optado por la política de mantener los precios y por ser productivos ya que de otra manera en la actualidad no serían en el mercado lo competitivos que son. Con el tiempo han ido haciendo modificaciones y diversificando el producto y en el año 2009 optaron por crear nuevos formatos para familias mono parentales, sus productos se presentan en envases transparentes con lo que los consumidores ven lo que están comprando y han ampliado mercado fuera de Catalunya, en la actualidad su exportación fuera de España se reduce a Andorra pero ya tienen en proyecto ampliar el mercado al Sur de Francia.

Visita a la fábrica
Habilitados con bata, fundas para el calzado, gorro y protector de boca todo convenientemente esterilizado y acompañados por Rai Juve, amable guía y vigilante a todas horas de que el proceso productivo marche por buen camino, visitamos las instalaciones. Nuestro recorrido fue el que hace el producto desde que las materias primas llegan a la nave hasta que se etiquetan y almacenan en cajas para su distribución inmediata. Podemos decir que en Casa Mas se trabaja lo que ahora se llama “kilómetro cero”, las materias primas que llegan para ser elaboradas proceden de productores situados en un radio de 50 Kms., siempre buscándolos en el lugar más adecuado para elaborar de manera artesana los platos tradicionales de la zona. La prioridad es la calidad y frescura de todos los ingredientes utilizados para la elaboración del producto que luego llegará al consumidor con total garantía de salud ya que en Casa Mas existe un Plan de Análisis de Peligros y Puntos de Control con un sistema de certificación de la Calidad según Certificado APPLUS.

En la recepción de materias primas enormes cantidades de pastas, carnes, legumbres, aceite y resto de ingredientes son controlados informáticamente, lo mismo que durante todo el proceso de elaboración, para que los productos que salen a buscar al consumidor tengan la garantía de frescura y calidad que se ofrece. Anualmente la producción que sale de esta nave de Castellterçol es de seis millones de unidades de un producto fresco, sin pasteurizar para conservar todo su sabor, y que no es sometido a ningún tratamiento térmico ni a modificación alguna después de ser elaborado.

La producción actual consta de platos fijos y también algunos de temporada. Un amplio abanico de posibilidades se ofrece al consumidor en diferentes formatos desde la minoración hasta el formato familiar y es posible elegir entre una amplia gama de menús que van desde los entrantes a los postres.

Finalmente la cata del producto.

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Después de visitar todas las instalaciones de la fábrica y ver cómo se elaboraban, envasaban y etiquetaban algunos de los productos volvimos a la sala donde iniciamos la visita y junto con Hodei y Coral realizamos una cata de algunos de sus platos mientras el chef Xevi Farré nos explicaba cómo cada día se dedica al estudio y preparación de nuevos platos. Comenzamos con un menú frío como las cremas que elaboran y el gazpacho para pasar a platos calientes como las croquetas (de jamón y de setas), la lasaña de verduras o una estupenda fideuà que nunca creímos pudiera estar tan gustosa en un plato elaborado en una nave industrial, terminamos con los postres de los que hay que resaltar un excelente pastel de queso.

La visita terminó con buen sabor, no sólo por la cata de productos que degustamos sino por haber visto que en tiempos de crisis todavía quedan empresas que optan por hacer de la excelencia su meta. Pero esto no es sólo obra de un empresario emprendedor, como el mismo Sebastià Mas nos dijo “La empresa la hacen las personas, lo más importante es el equipo humano que tenemos”. El personal de Casa Mas para su empresario es un valor fundamental de la empresa.

Casa Mas, del garaje al polígono industrial

Alrededor de una decena de furgonetas emprenden la marcha cargadas con los platos preparados frescos
Teresa Berengueras y Rafa Esteve-Casanova
lunes, 20 de mayo de 2013, 07:07 h (CET)

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Son las tres de la madrugada y en el polígono industrial El Vapor, situado a cinco minutos del pueblo de Castellterçol (Vallés Oriental), comienza la actividad en las instalaciones de Casa Mas. Alrededor de una decena de furgonetas emprenden la marcha cargadas con los platos preparados frescos, elaborados pocas horas antes, para distribuirlos por todos los rincones de Catalunya, España y Andorra y así que a las pocas horas de su elaboración los clientes puedan tener en su mesa una diversidad de platos preparados con productos de primera calidad que, en la vida tan atareada que llevamos muchos, hacen más fácil el comer bien, variado y con garantía de calidad.

Nosotros, un día reciente, habíamos probado sus canelones, nos gustaron tanto la carne como la pasta producían buenas sensaciones al paladar y además nos sacaron de un apuro un día en que tarde y cansados llegamos a casa sin ganas de cocinar. Aquellos canelones sabían como los hechos por cualquier ama de casa experta en el arte de la buena cocina. Así que, ni cortos ni perezosos, decidimos citarnos con los responsables de Casa Mas para hacer una visita a sus instalaciones y conocer in situ la historia de esta industria alimentaria ya que sospechábamos que detrás de sus paredes había una buena historia que contar como pasa con las empresas nacidas de la iniciativa de personas emprendedoras. Para hablarnos de Casa Mas nos esperaban Sebastià Mas, creador y dueño de la empresa, Hodei Redondo, responsable de comunicación, y Coral Casallarch del departamento de Recursos Humanos.


20may13mas1
En una amplia y luminosa sala desde la que divisábamos la cercana montaña comenzó nuestra conversación sobre los intríngulis de esta empresa que comenzó en 1993 con dos empleados a tiempo parcial y que en este momento tiene 120 trabajadores que residen en un perímetro de 50 kilómetros, muchos de ellos son vecinos de Castellterçol, donde el paro ronda el 10 % según las últimas estadísticas, y en estos números ha tenido mucha parte Sebastià Mas con su iniciativa de crear su industria de platos preparados frescos.

Un garaje fue su primer local
No sólo una de las empresas más importantes del mundo de la informática puede presumir de haber sido creada en un garaje, también Casa Mas inició sus actividades en un local destinado a guardar vehículos. Sebastià Mas era comercial de la conocida Casa Tarradellas y a principios de los años noventa se dio cuenta que algunos de sus clientes comenzaban a elaborar platos preparados para ofrecerlos a sus clientes como un producto más. Y tuvo la idea de crear su propia empresa en el garaje casero dedicándose a la venta de jamón y fuet, el valor añadido de su producto era, naturalmente, la excelente calidad que ofrecía.

Poco más adelante amplió la gama de productos y pasó, con la ayuda de una prima propietaria de un restaurante, a elaborar croquetas caseras. Fueron millares las croquetas que trabajaron a mano y que repartían personalmente con una furgoneta hasta que un día les paró la policía local y entonces supieron que para seguir preparando y vendiendo aquellas croquetas necesitaban cumplir una serie de requisitos y todo el papeleo que conlleva montar una empresa. Tal vez si aquella patrulla de la policía local no le hubiera parado hoy Sebastià Mas no habría llegado a ser el empresario que es en estos momentos.

Cumplieron con todo lo que les imponía la legislación, y en el año 2001 dieron el gran salto de pasar del garaje de 150 metros cuadrados a las instalaciones actuales que ocupan 4.000 metros cuadrados en el polígono El Vapor y con vistas a la ampliación de las mismas. A fuerza de ilusión y trabajo Sebastià Mas había pasado de empleado a empresario.

Seguimos conversando con el creador de esta industria alimentaria y hablamos de la actual coyuntura económica, esa crisis galopante que desde hace unos años golpea el bolsillo de los ciudadanos. Sebastià nos dice que “la crisis siempre afecta y uno se siente vulnerable con la situación macroeconómica, aunque en situaciones como la actual también es posible obtener algún beneficio, pasar de ricos a pobres ha hecho cambiar la situación del consumidor”. Para afrontar este reto Casa Mas ha optado por la política de mantener los precios y por ser productivos ya que de otra manera en la actualidad no serían en el mercado lo competitivos que son. Con el tiempo han ido haciendo modificaciones y diversificando el producto y en el año 2009 optaron por crear nuevos formatos para familias mono parentales, sus productos se presentan en envases transparentes con lo que los consumidores ven lo que están comprando y han ampliado mercado fuera de Catalunya, en la actualidad su exportación fuera de España se reduce a Andorra pero ya tienen en proyecto ampliar el mercado al Sur de Francia.

Visita a la fábrica
Habilitados con bata, fundas para el calzado, gorro y protector de boca todo convenientemente esterilizado y acompañados por Rai Juve, amable guía y vigilante a todas horas de que el proceso productivo marche por buen camino, visitamos las instalaciones. Nuestro recorrido fue el que hace el producto desde que las materias primas llegan a la nave hasta que se etiquetan y almacenan en cajas para su distribución inmediata. Podemos decir que en Casa Mas se trabaja lo que ahora se llama “kilómetro cero”, las materias primas que llegan para ser elaboradas proceden de productores situados en un radio de 50 Kms., siempre buscándolos en el lugar más adecuado para elaborar de manera artesana los platos tradicionales de la zona. La prioridad es la calidad y frescura de todos los ingredientes utilizados para la elaboración del producto que luego llegará al consumidor con total garantía de salud ya que en Casa Mas existe un Plan de Análisis de Peligros y Puntos de Control con un sistema de certificación de la Calidad según Certificado APPLUS.

En la recepción de materias primas enormes cantidades de pastas, carnes, legumbres, aceite y resto de ingredientes son controlados informáticamente, lo mismo que durante todo el proceso de elaboración, para que los productos que salen a buscar al consumidor tengan la garantía de frescura y calidad que se ofrece. Anualmente la producción que sale de esta nave de Castellterçol es de seis millones de unidades de un producto fresco, sin pasteurizar para conservar todo su sabor, y que no es sometido a ningún tratamiento térmico ni a modificación alguna después de ser elaborado.

La producción actual consta de platos fijos y también algunos de temporada. Un amplio abanico de posibilidades se ofrece al consumidor en diferentes formatos desde la minoración hasta el formato familiar y es posible elegir entre una amplia gama de menús que van desde los entrantes a los postres.

Finalmente la cata del producto.

20may13mas3
Después de visitar todas las instalaciones de la fábrica y ver cómo se elaboraban, envasaban y etiquetaban algunos de los productos volvimos a la sala donde iniciamos la visita y junto con Hodei y Coral realizamos una cata de algunos de sus platos mientras el chef Xevi Farré nos explicaba cómo cada día se dedica al estudio y preparación de nuevos platos. Comenzamos con un menú frío como las cremas que elaboran y el gazpacho para pasar a platos calientes como las croquetas (de jamón y de setas), la lasaña de verduras o una estupenda fideuà que nunca creímos pudiera estar tan gustosa en un plato elaborado en una nave industrial, terminamos con los postres de los que hay que resaltar un excelente pastel de queso.

La visita terminó con buen sabor, no sólo por la cata de productos que degustamos sino por haber visto que en tiempos de crisis todavía quedan empresas que optan por hacer de la excelencia su meta. Pero esto no es sólo obra de un empresario emprendedor, como el mismo Sebastià Mas nos dijo “La empresa la hacen las personas, lo más importante es el equipo humano que tenemos”. El personal de Casa Mas para su empresario es un valor fundamental de la empresa.

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