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Pablo Muñoz

En el cogote

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En plenos meses de vacaciones en los que el calor aprieta, algunos deportistas no descansan, y encima tienen que meterse en unos trajes asfixiantes y adelgazar como posesos durante una hora y media. Me refiero ineludiblemente a la Fórmula 1 porque este fin de semana hay carrera. Un domingo más vuelve la velocidad con el aliciente añadido de la lucha entre Ferrari y Renault y el acoso que mantiene el equipo italiano sobre el francés. Todo parecía prever que la vuelta a Europa pondría las cosas en su sitio y Alonso volvería a dominar la competición, pero el Gran Premio de Francia demostró que no va a ser así.

En la décimo segunda prueba del Mundial llegamos al circuito alemán de Hockenheim. Fernando ya ganó aquí el año pasado y se le da bien, pero el kaiser corre en casa y además, ha vuelto. Schumacher llega con fuerza tras dos victorias consecutivas, ha ido recortando distancias paulatinamente en estas carreras, siendo regular y pilotando muy bien. Alonso ya siente el aliento del alemán. Lo tiene prácticamente en el cogote, por eso esta carrera jugará un papel psicológico muy importante para las aspiraciones de ambos.

Si echamos la vista al año pasado con once premios disputados, encontramos varios cambios. El asturiano era líder, como ahora, y sacaba 26 puntos al segundo que era Raikkonen, pero en esta edición la distancia se reduce a 17, y el colocado en ese lugar es Schumi. Kimi está tercero a un mundo. También hay que tener en cuenta que el ritmo de los dos primeros en la clasificación es más alto que la temporada pasada. Alonso tiene 20 puntos más y el alemán casi dobla los suyos.

Como el año pasado, el mundial es solo cosa de dos, pero cambiando el color plata por el rojo. Entre Alonso y Schumacher se reparten todas las carreras, excepto una victoria lograda por Fisichella. En Ferrari todos funcionan, porque Massa también acompaña con un segundo y un tercer puesto en las dos últimas carreras. Por su parte, Físico hace lo que puede, pero el campeonato de constructores se aprieta.

Ante todas estas situaciones, Schumi es de largo el favorito en las apuestas para el domingo, seguido por supuesto de Fernando. Además, los Bridgestone parecen aventajar a los Michelín en condiciones calurosas, las mismas que se prevén en suelo alemán y las mismas que se vivieron en los circuitos americanos. Para intentar equilibrar la balanza, Renault ha estado probando en Jerez diferentes compuestos y realizando muchos tests, más que en el 2005, lo que denota que la escudería francesa teme por el liderato.

Hockenheim es un circuito exigente con los neumáticos por lo que la emoción está asegurada. No solo por ver como los monoplazas reducen de los 310 kilómetros por hora que se alcanza en la parabólica hasta los 70 para pasar la curva de Spitzkehre, también por averiguar si Alonso será capaz de batir al alemán, repetir la hazaña del año pasado y poder respirar un poco más tranquilo. Si no es así, la intriga se mantendrá hasta la próxima carrera y hasta la siguiente, y quien sabe si hasta el final.

En el cogote

Pablo Muñoz
Pablo Muñoz
viernes, 28 de julio de 2006, 21:54 h (CET)
En plenos meses de vacaciones en los que el calor aprieta, algunos deportistas no descansan, y encima tienen que meterse en unos trajes asfixiantes y adelgazar como posesos durante una hora y media. Me refiero ineludiblemente a la Fórmula 1 porque este fin de semana hay carrera. Un domingo más vuelve la velocidad con el aliciente añadido de la lucha entre Ferrari y Renault y el acoso que mantiene el equipo italiano sobre el francés. Todo parecía prever que la vuelta a Europa pondría las cosas en su sitio y Alonso volvería a dominar la competición, pero el Gran Premio de Francia demostró que no va a ser así.

En la décimo segunda prueba del Mundial llegamos al circuito alemán de Hockenheim. Fernando ya ganó aquí el año pasado y se le da bien, pero el kaiser corre en casa y además, ha vuelto. Schumacher llega con fuerza tras dos victorias consecutivas, ha ido recortando distancias paulatinamente en estas carreras, siendo regular y pilotando muy bien. Alonso ya siente el aliento del alemán. Lo tiene prácticamente en el cogote, por eso esta carrera jugará un papel psicológico muy importante para las aspiraciones de ambos.

Si echamos la vista al año pasado con once premios disputados, encontramos varios cambios. El asturiano era líder, como ahora, y sacaba 26 puntos al segundo que era Raikkonen, pero en esta edición la distancia se reduce a 17, y el colocado en ese lugar es Schumi. Kimi está tercero a un mundo. También hay que tener en cuenta que el ritmo de los dos primeros en la clasificación es más alto que la temporada pasada. Alonso tiene 20 puntos más y el alemán casi dobla los suyos.

Como el año pasado, el mundial es solo cosa de dos, pero cambiando el color plata por el rojo. Entre Alonso y Schumacher se reparten todas las carreras, excepto una victoria lograda por Fisichella. En Ferrari todos funcionan, porque Massa también acompaña con un segundo y un tercer puesto en las dos últimas carreras. Por su parte, Físico hace lo que puede, pero el campeonato de constructores se aprieta.

Ante todas estas situaciones, Schumi es de largo el favorito en las apuestas para el domingo, seguido por supuesto de Fernando. Además, los Bridgestone parecen aventajar a los Michelín en condiciones calurosas, las mismas que se prevén en suelo alemán y las mismas que se vivieron en los circuitos americanos. Para intentar equilibrar la balanza, Renault ha estado probando en Jerez diferentes compuestos y realizando muchos tests, más que en el 2005, lo que denota que la escudería francesa teme por el liderato.

Hockenheim es un circuito exigente con los neumáticos por lo que la emoción está asegurada. No solo por ver como los monoplazas reducen de los 310 kilómetros por hora que se alcanza en la parabólica hasta los 70 para pasar la curva de Spitzkehre, también por averiguar si Alonso será capaz de batir al alemán, repetir la hazaña del año pasado y poder respirar un poco más tranquilo. Si no es así, la intriga se mantendrá hasta la próxima carrera y hasta la siguiente, y quien sabe si hasta el final.

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