Tras la resaca de la huelga general de educación y al margen de la
batalla de cifras dispares entre sindicatos, policía y Gobierno, creo
que en este país existe un interés por la confrontación política y
sindical que sólo busca mejorar intereses partidistas, y las cifras de
afiliados y votantes.
En España somos artistas en tirar las culpas al vecino y en apropiarnos
de los logros de otros. La nefasta situación del sistema educativo
español no es puntual de esta época histórica, ni se perfila peor en un
futuro próximo, es una cuestión aferrada socialmente desde hace varias
décadas.
Al margen de alguna mejora puntual en cuanto al sistema estructural de
organización de centro, de aula, de las NEE, de la dotación de
especialistas o de la formación de los propios docentes, el sistema
sigue sin una mejora sustancial, y así lo demuestran las evaluaciones a
nuestros docentes.
A los sindicatos se les llena la boca exigiendo una mayor inversión,
mientras que con la boca pequeña piden más liberados sindicales,
permisos, la dotación de cursos de formación que les reportan sumas
sustanciales, etc, pero la prueba es evidente y sólo hay que mirar los
presupuestos generales de los años anteriores (la era González, Aznar, y
Zapatero) para ver que a pesar del incremento en los presupuestos a la
educación seguimos obteniendo resultados desfavorables.
Así que, a lo mejor va siendo hora de que cada uno mire su propio
ombligo y reflexione sobre lo que puede aportar al sistema. Ya dije hace
tiempo que la bajada de salario aunque me daba bastante mala leche, no
mermaba mi profesionalidad, porque seguía poniendo el mismo énfasis y
entusiasmo en mis clases.
Mientras la prensa sigue con el baile de cifras sobre la huelga, mañana
cada uno por su camino, todos explican y exponen soluciones para ordenar
la casa, pero nadie coge la escoba y el plumero y hace por limpiarla.
Al final, aunque le pese a muchos hay que remontarse a 1970 para ver una
digna reforma educativa, el valenciano José Luis Villar Palasí, ministro
de Educación de Franco desde 1968 hasta 1973, fue el único que se digno
a abordar una ley que hacia autocrítica y reflexión del sistema que
tenia España, y que dio lugar a la implantación de la *obligatoriedad de
la enseñanza primaria pública desde el los 6 hasta los 14 años* con la
Educación General Básica (EGB) y creó la Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED).
Tras la resaca de la huelga general de educación y al margen de la
batalla de cifras dispares entre sindicatos, policía y Gobierno, creo
que en este país existe un interés por la confrontación política y
sindical que sólo busca mejorar intereses partidistas, y las cifras de
afiliados y votantes.
En España somos artistas en tirar las culpas al vecino y en apropiarnos
de los logros de otros. La nefasta situación del sistema educativo
español no es puntual de esta época histórica, ni se perfila peor en un
futuro próximo, es una cuestión aferrada socialmente desde hace varias
décadas.
Al margen de alguna mejora puntual en cuanto al sistema estructural de
organización de centro, de aula, de las NEE, de la dotación de
especialistas o de la formación de los propios docentes, el sistema
sigue sin una mejora sustancial, y así lo demuestran las evaluaciones a
nuestros docentes.
A los sindicatos se les llena la boca exigiendo una mayor inversión,
mientras que con la boca pequeña piden más liberados sindicales,
permisos, la dotación de cursos de formación que les reportan sumas
sustanciales, etc, pero la prueba es evidente y sólo hay que mirar los
presupuestos generales de los años anteriores (la era González, Aznar, y
Zapatero) para ver que a pesar del incremento en los presupuestos a la
educación seguimos obteniendo resultados desfavorables.
Así que, a lo mejor va siendo hora de que cada uno mire su propio
ombligo y reflexione sobre lo que puede aportar al sistema. Ya dije hace
tiempo que la bajada de salario aunque me daba bastante mala leche, no
mermaba mi profesionalidad, porque seguía poniendo el mismo énfasis y
entusiasmo en mis clases.
Mientras la prensa sigue con el baile de cifras sobre la huelga, mañana
cada uno por su camino, todos explican y exponen soluciones para ordenar
la casa, pero nadie coge la escoba y el plumero y hace por limpiarla.
Al final, aunque le pese a muchos hay que remontarse a 1970 para ver una
digna reforma educativa, el valenciano José Luis Villar Palasí, ministro
de Educación de Franco desde 1968 hasta 1973, fue el único que se digno
a abordar una ley que hacia autocrítica y reflexión del sistema que
tenia España, y que dio lugar a la implantación de la *obligatoriedad de
la enseñanza primaria pública desde el los 6 hasta los 14 años* con la
Educación General Básica (EGB) y creó la Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED).
La libertad de expresión es un derecho fundamental que abarca las libertades de opinión, información y prensa, es esencial para ejercer otros derechos humanos y participar activamente en una sociedad libre y democrática, pero lo mismo en España que toda Europa, este derecho se enfrenta a desafíos y tensiones debido a la censura y a las restricciones.
Tras conocer por la prensa que un juzgado ha abierto diligencias de investigación por una denuncia contra su esposa, el presidente del Gobierno ha publicado una carta abierta dirigida a la ciudadanía en el antiguo Twitter, en la que afirma que: "Vive con impotencia el fango que se esparce sobre su mujer", y se pregunta si debe continuar o renunciar, motivo por el cual cancela su agenda, y se da de plazo hasta el próximo lunes, para meditar su futuro.
Pedro Sánchez habría dado por amortizada la actual legislatura y, con un golpe de efecto, anunciará presumiblemente el 29 de abril el adelanto de las Elecciones Generales para el próximo otoño, con la esperanza de renacer cual Ave Fénix y obtener unos resultados que le permitan conformar un Gobierno en solitario tras fagocitar los restos del naufragio de la efímera candidatura unitaria de izquierdas Sumar y con apoyos externos de los grupos nacionalistas periféricos.