Varios cientos de personas se han manifestado este domingo en el centro de la capital de Rusia, Moscú, para pedir la liberación de los detenidos tras los enfrentamiento durante una manifestación el año pasado en contra del presidente del país, Vladimir Putin, según ha informado la agencia oficial rusa RIA Novosti.

La manifestación se ha producido la víspera de lo que se espera que sea una protesta contra Putin aún mayor en Moscú, la primera en ser organizada este año por líderes opositores tales como Alexei Nalvani, que está siendo juzgado por malversación de fondos. Algunos asistentes a la protesta han afirmado que la de hoy es tan sólo un "avance" de la manifestación de mañana.

La Policía ha anunciado que alrededor de unas 400 personas han acudido a la manifestación, durante la cual no se han producido detenciones. Sin embargo, los corresponsales de la agencia han estimado que la protesta ha sido respaldada por unas 1.000 personas. Por el momento, los organizadores no han dado ninguna estimación del número de asistentes.

Uno de los organizadores de la protesta, Mijail Anshakov, explicó la semana pasada a RIA que la manifestación estaba diseñada para dar a los "trabajadores" la oportunidad de mostrar su apoyo a las casi 30 personas detenidas desde las manifestaciones del 6 de mayo de 2012.

Los opositores a Putin aseguran que los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes durante las protestas del año pasado fueron provocados por las autoridades. El consejo de Derechos Humanos del Kremlin también considera que los enfrentamientos fueron iniciados por las fuerzas de seguridad rusas.

El mes pasado, el líder opositor Konstantin Lebedev fue sentenciado a dos años y medio de prisión tras reconocer haber organizado los "disturbios masivos" del 6 de mayo, junto con el líder del Frente de Izquierdas, Sergei Udaltsov, el activista Leonid Razvozzhayev y el político georgiano Givi Targamadze.

Los investigadores alegaron que Targamadze inició los disturbios como parte de un complot para derrocar a Putin. Por su parte, Udaltsov lleva desde febrero bajo arresto domiciliario y Razvozzhayev lleva desde el mes de octubre bajo custodia. Todos niegan los cargos de los que han sido acusados y por los cuales podrían ser condenados a hasta diez años de prisión si son hallados culpables.