EL ASESINO CHAPOTE ha llamado esta semana al politijuez que le juzga “monigote de circo”... Uno ha dicho muchas veces que los politijueces y los politifiscales no son tal cosa, sino “marionetas de ventrílocuo”, como puede comprender cualquier juzgador racional que enjuicie la función de los justicieros: pensar lo que les ordenen que piensen en el BOE y dictar sentencias contra los enemigos de los dueños del BOE que les sienten delante.
No es su función circense, en sentido general, por tanto, sino que se trata más bien de este otro espectáculo: ventriloquia política revestida de “justicia”.
Dicho lo cual, hay que añadir también que si delante de cualquiera de nosotros nos pusieran un asesino tan claro y desalmado como el etarra Chapote... casi todos entenderíamos que sus crímenes no pueden quedar impunes ni mucho menos resultar premiados.
Y este es el problema. Que ETA exige la liberación inmediata de todos sus “luchadores vascos”, para ponerles como ejemplo de los nuevos tiempos que nos aguardan.
Zapatero no encuentra problemas para entregarles Navarra (entidades mixtas diversas que cada vez se vayan haciendo más “vascas”) ni para admitir un “comosea” plebiscitario que, fomentado por el Gobierno socialista o tolerado si lo fomenta el vasco, se parezca idénticamente a la autodeterminación bajo presiones y amenaza de nuevas metralletas que le exigen...
Ahora bien, excarcelar a gente como Chapote ya se le hace más cuesta arriba a Zapatero: no sabe cómo justificarlo.
Pues en eso consistirá la “negociación” con ETA, porque el resto ya lo tienen concedido: en que se excarcele a gente como Chapote ya... o se rompen las “negociaciones” y el “diálogo”.
Si Zapatero cede también a eso, entonces los politijueces no sólo serán “marionetas de ventrílocuo” (que esto lo son siempre), sino que Chapote habrá declarado la absoluta verdad durante la celebración de su juicio: también se probará que son “monigotes de circo”.