A falta de bocados mejores que llevarnos a la boca, esta segunda mitad de la semana ha venido marcada por la habitual reunión de la Federación de estas fechas, en la que se sortea el calendario, se ultiman fichajes y poco más, aparte del comercio y bebercio intrínsecos a estos encuentros entre gente de posibles.
Por una vez y sin que sirva de precedente ha habido un ataque de cordura y sólo se jugará jornada de Liga un miércoles, mientras que se guardan tres fechas para imprevistos del estilo de tormentas, apagones, misteriosas gastroenteritis y demás incidencias que puedan suceder.
Por la parte del calendario cabe reseñar que por tercera vez en los últimos cinco años habrá un derby vasco en la primera jornada y que en la última jornada el Real Madrid se medirá al Mallorca y el Barça al Nástic, con lo que parece que la última jornada no va a generar grandes emociones en cuanto al rendimiento de los dos grandes.
Aparte de estas cosas útiles, hemos tenido lo de siempre: discursos plenos de autobombo por parte de la Federación que inducían (por su duración) más al sueño que al aplauso y el habitual mercadeo entre presidentes para cerrar casi definitivamente las plantillas de cara a la temporada entrante.
En suma, que además de lo de siempre hemos mejorado en cuanto a fechas libres a costa de quitarle emoción a la Copa durante los próximos cuatro años, permitiendo que los clubes de Primera se libren del partido único. Y es que, como diría el inimitable compañero Alfonso Azuara, "entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero".