Recientemente proclamados Campeones del Mundo, a los italianos les llueve una de cal y otra de arena. Las calles de Roma no hacía una semana que estaban celebrando el título más grande del mundo y de repente, su fútbol estalló como globo que lleva días hinchándose y esperaba romperse. Era la crónica de una catástrofe anunciada. Los protagonistas cuatro grandes de la Serie A: Juve, Fiorentina, Lazio y Milan.

El club más perjudicado ha sido la Juventus de Turín. La próxima temporada jugará en la Serie B y empezará el campeonato con 30 puntos menos. Ya tiene que ganar partidos si quiere mantener al menos la segunda categoría. Eso sí, se queda sin las dos últimas Scudetto conseguidas y sin Champions este año. La Fiorentina jugará la liga de la Juve, pero con 18 puntos más.

La Lazio jugará también en segunda y lo hará con 7 puntos menos de partida. El menos perjudicado ha sido el Milan, que seguirá en la máxima categoría del fútbol italiano, aunque empezará con menos 15 y además se queda sin Champions, no así sin UEFA probablemente.

Pero no son los clubes los únicos imputados en el caso, pues árbitros y mandatarios de la Federación Italiana han recibido también castigo. Batacazo impresionante y sin precedentes en el fútbol europeo que costará borrar del historial italiano y que ya siempre se recordará. Costará volver a confiar en clubes que no necesitaban de estas manos para lograr sus objetivos. Es como si Real Madrid, Barça o Valencia compraran a los árbitros para ganar. Utópico, ¿verdad?

Lo que si han llegado son las rebajas y en pleno mes de julio, como las de ropa y zapatos. Jamás la alta pasarela italiana había estado tan al alcance de cualquiera a precios tan razonables. Los clubes europeos se tirarán de los pelos este verano, porque las gangas se acaban rápido. Vierira, Thuram, Zambrota, Emerson, Mutu, Camoranesi, Toni, Bojinov, Bufón, Cannavaro, Trezeguet o Ibrahimovic entre otros, están más a tiro que nunca. Está claro que el mejor fútbol y los mejores jugadores no estarán en Italia la próxima temporada.