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Luciano Sabatini

¿Dónde está Kaká, Sr. Calderón?

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La carrera electoral a la presidencia del Real Madrid fue una vergüenza, buena muestra de todo el daño que se le puede hacer a un club en aras de su defensa. Aquellos que defendían el club por encima de sus intereses personales, como aseguraban que había sido maltratado el Madrid en los últimos años, han sido los que mayores perjuicios han acabado causando en la casa blanca. Desde la penosa imagen que han dado los cinco candidatos (Ramón Calderón, Villar Mir, Juan Palacios, Lorenzo Sanz y Arturo Baldasano) con sus continuas y mutuas descalificaciones, hasta los escándalos en la compra votos ofreciendo entradas para conciertos por ellos, pasando por el viciado y denigrado voto por correo, las elecciones no fueron más que una pantomima, en la que poco y nada se habló de programas deportivos y demasiado de fichajes. Pero hay un aspecto del Real Madrid ha sido el peor parado de esta historia, y es la planificación deportiva, que justamente era elemento que necesitaba una catarsis más profunda.

Si nos hubiéramos fiado de los cinco candidatos (como muchos buenos socios merengues hicieron), esta temporada el Madrid podría presentar una alineación con Casillas en la portería, Zambrota, Cannavaro, Pablo y Boularouz en defensa, Gago, Robben, Joaquín y Reyes, y Rooney y Cristiano Ronaldo en punta, aunque mejor no juntar a estos dos últimos arriba para evitar males mayores. Todos los candidatos aseguraron que tenían atados estos fichajes, y que si salían elegidos presidente estos jugadores vestirían la elástica madridista; en el caso de que no fuera así, incluso harían un esfuerzo por el club de sus amores y le cederían los acuerdos con los jugadores al que fuera presidente para que el Madrid pudiera contar con los mejores jugadores del mundo.

Para vergüenza de los madridistas, en cuanto se anunciaba que se tenía atado a un jugador, bien el club o el representante del mismo se apresuraba a desmentir el acerdo, sino a renovarle en los casos más fragrantes como el de Kaká con el Milan. Pues bien, han pasado dos semanas desde que Ramón Calderón fue coronado presidente, y este señor prometió que Robben, Cesc y Kaká vestirían de blanco, y seguramente muchos socios madridistas acabaron votándole a él, por la ilusión de ver en su equio a estos grandes jugadores. El Arsenal ya ha asegurado que no se desprenderá de Cesc bajo ningún precio ni concepto, lo que parece normal si tenemos en cuenta que el equipo londinense vendió Edu al Betis, y a Vieira a la Juventus, para hacerle sitio al catalán.

El Milan apostó por un joven llamado Ricardo Izecson Santos Leite cuando tenía veinte años y nadie le conocía, le dio un puesto por encima del mejor Rui Costa hasta que el chaval, hoy conocido como Kaká, terminó deslumbrando al mundo entero. Es evidente que el brasileño es la mayor apuesta del Milan, y que los rossoneri no se van a deshacer de él. Queda en evidencia que todas las promesas electorales no eran más que humo, falsas afirmaciones, y un nuevo juego con las ilusiones de todos los madridistas, lo cual es cuanto menos vergonzoso.

Por todo esto, y por que a veces soy confiado como un niño tonto, todavía tengo la esperanza de ver Kaká, unos de los jugadores más desequilibrantes de la actualidad, si olvidamos el último Mundial, a Robben, el jugador holandés con más proyección, si no olvidamos el mismo Mundial, a Cesc, perla de la corona española, y si puede ser el crack Fernando Gago también, todos ellos vestidos con la camiseta blanca,. Todavía lo espero, como el que sigue esperando a Godot, y si no acaban llegando al Madrid por las razones que fueran, espero que el Sr. Calderón tenga la decencia de dimitir como presidente, o al menos pedir perdón, a los millones de madridistas engañados en esta farsa ávida de poder.

¿Dónde está Kaká, Sr. Calderón?

Luciano Sabatini
Luciano Sabatini
domingo, 16 de julio de 2006, 23:46 h (CET)
La carrera electoral a la presidencia del Real Madrid fue una vergüenza, buena muestra de todo el daño que se le puede hacer a un club en aras de su defensa. Aquellos que defendían el club por encima de sus intereses personales, como aseguraban que había sido maltratado el Madrid en los últimos años, han sido los que mayores perjuicios han acabado causando en la casa blanca. Desde la penosa imagen que han dado los cinco candidatos (Ramón Calderón, Villar Mir, Juan Palacios, Lorenzo Sanz y Arturo Baldasano) con sus continuas y mutuas descalificaciones, hasta los escándalos en la compra votos ofreciendo entradas para conciertos por ellos, pasando por el viciado y denigrado voto por correo, las elecciones no fueron más que una pantomima, en la que poco y nada se habló de programas deportivos y demasiado de fichajes. Pero hay un aspecto del Real Madrid ha sido el peor parado de esta historia, y es la planificación deportiva, que justamente era elemento que necesitaba una catarsis más profunda.

Si nos hubiéramos fiado de los cinco candidatos (como muchos buenos socios merengues hicieron), esta temporada el Madrid podría presentar una alineación con Casillas en la portería, Zambrota, Cannavaro, Pablo y Boularouz en defensa, Gago, Robben, Joaquín y Reyes, y Rooney y Cristiano Ronaldo en punta, aunque mejor no juntar a estos dos últimos arriba para evitar males mayores. Todos los candidatos aseguraron que tenían atados estos fichajes, y que si salían elegidos presidente estos jugadores vestirían la elástica madridista; en el caso de que no fuera así, incluso harían un esfuerzo por el club de sus amores y le cederían los acuerdos con los jugadores al que fuera presidente para que el Madrid pudiera contar con los mejores jugadores del mundo.

Para vergüenza de los madridistas, en cuanto se anunciaba que se tenía atado a un jugador, bien el club o el representante del mismo se apresuraba a desmentir el acerdo, sino a renovarle en los casos más fragrantes como el de Kaká con el Milan. Pues bien, han pasado dos semanas desde que Ramón Calderón fue coronado presidente, y este señor prometió que Robben, Cesc y Kaká vestirían de blanco, y seguramente muchos socios madridistas acabaron votándole a él, por la ilusión de ver en su equio a estos grandes jugadores. El Arsenal ya ha asegurado que no se desprenderá de Cesc bajo ningún precio ni concepto, lo que parece normal si tenemos en cuenta que el equipo londinense vendió Edu al Betis, y a Vieira a la Juventus, para hacerle sitio al catalán.

El Milan apostó por un joven llamado Ricardo Izecson Santos Leite cuando tenía veinte años y nadie le conocía, le dio un puesto por encima del mejor Rui Costa hasta que el chaval, hoy conocido como Kaká, terminó deslumbrando al mundo entero. Es evidente que el brasileño es la mayor apuesta del Milan, y que los rossoneri no se van a deshacer de él. Queda en evidencia que todas las promesas electorales no eran más que humo, falsas afirmaciones, y un nuevo juego con las ilusiones de todos los madridistas, lo cual es cuanto menos vergonzoso.

Por todo esto, y por que a veces soy confiado como un niño tonto, todavía tengo la esperanza de ver Kaká, unos de los jugadores más desequilibrantes de la actualidad, si olvidamos el último Mundial, a Robben, el jugador holandés con más proyección, si no olvidamos el mismo Mundial, a Cesc, perla de la corona española, y si puede ser el crack Fernando Gago también, todos ellos vestidos con la camiseta blanca,. Todavía lo espero, como el que sigue esperando a Godot, y si no acaban llegando al Madrid por las razones que fueran, espero que el Sr. Calderón tenga la decencia de dimitir como presidente, o al menos pedir perdón, a los millones de madridistas engañados en esta farsa ávida de poder.

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