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Entrevista a los miembros de la ravista satírica 'Mongolia'

“Hacemos crítica muy ácida para que la gente reaccione y levante la cabeza”

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portadamongolia




Para conocer qué es ‘Mongolia’, publicación mensual satírica, humorística y ácida, nada mejor que recurrir al decálogo que la propia revista exhibe en su web:

1.- Mongolia no es una revista; es un país.2.- Todo lo que dice Mongolia es mentira (incluida esta frase). 3.- Nada de lo que dice Mongolia es verdad (incluida esta frase).4.- Respetamos la incredulidad. No creemos en nada. Menos aún en nosotros mismos.5.- Todo el mundo, incluido Dios, que acaba de mudarse a Mongolia, es ateo.6.- No somos ni de izquierdas ni de derechas. Repetimos: no somos de derechas.7.- Desde nuestras páginas perseguiremos con tinta a bandoleros, farsantes, embusteros y demás fauna que anteponga sus intereses personales y los del Fondo Monetario Internacional a los del mundo mundial.8.- Estamos súper en contra de la gasolina. De la sin plomo 97, del gasóleo extra y del diesel Super Star. Allí donde esté Mongolia, habrá una bicicleta; allí donde haya una bicicleta, habrá dos ruedas. 9.- Exigimos que en las monárquicas tierras españolas se construyan parques soleados para que todos los niños del mundo puedan correr libremente y romper cosas sin importar si al dueño le molesta (total, no le pertenecen).10.- España se hunde. Cada día es menos “standard” y más “poor”.

Un par de miembros de la redacción de la revista mensual ‘Mongolia’, Fernando Rapa y Eduardo Bravo, se dejaron caer por Valencia con motivo de la publicación de ‘El Libro Rojo de Mongolia’, editado por Random House Mondadori, una especie de compendio satírico y humorístico de la realidad, presente y pasada, enormemente ácido, muy loco como dicen ellos, vertebrado bajo una estructura enciclopédica, en el que el lector puede tropezarse con “multitud de temas tratados con el rigor histórico y científico que caracteriza a Mongolia”. La entrevista tuvo lugar en el Blue Canalla Bar de la Plaza de Cánovas del Castillo, justo el día que comenzaban a colocarse las carpas del circo fallero en la capital del Turia, algo que, como cada año, significa alegría y jolgorio para unos cuantos y cortes de tráfico, nervios, trastornos y quizá un exilio provisional para otros tantos.

¿Os consideráis herederos de revistas satíricas como ‘La Cordoniz’, ‘Hermano Lobo’,’ El Papus’, ‘Por favor’ y tantas otras como han existido en nuestro país?
Buenos somos fanáticos de esas revistas, aunque algunas de ellas no las conocemos demasiado. Sabíamos de ‘La Codorniz’, de ‘Hermano Lobo’ y algo menos de ‘El Papus’. Y, por supuesto, de ‘Por favor’, porque dicen que nos parecemos mucho. El grupo que integra ‘Mongolia’ es bastante mongólico: tres argentinos, dos chilenos, un asturiano, uno de Cataluña y un madrileño. Para realizar la revista nos nutrimos de todos estos aportes de procedencias tan diversas. También nos alimentamos de revistas latinoamericanas como ‘The Clinic’ o ‘Barcelona’ y francesas como ‘L’Écho des savanes’ o ‘Hara-Kiri’. A nosotros lo que nos gusta especialmente es el papel, porque procedemos de medios que publicaban en este formato. ‘Mongolia’ apareció en un momento en que se afirmaba que la edición en papel estaba muerta. Fue como un homenaje a la revista que nos gustaría tener y que no encontrábamos.

¿Habéis crecido muy rápido con tan solo un año de existencia?


Ha sido un año en que las cosas han ido mucho mejor de lo que pensábamos. A priori no podíamos ser tan optimistas, pero nos ha ayudado mucho la situación del país. Éramos conscientes de que la evolución política invitaba a la aparición de un producto como el nuestro, pensábamos que tenía posibilidades, pero no teníamos claro que fuera tan necesaria porque la realidad viajase con tanta rapidez y fuera tan obscena. Nuestro país necesitaba un análisis satírico de la realidad, porque se estaban rebasando todos los límites de la lógica y de la honestidad. El hecho de que el secretario de un partido lleve a la magistratura a su propio partido, por despido improcedente, es tal locura que los medios informativos tradicionales no pueden dar abasto, ya que entramos dentro del terreno del esperpento.

Vuestros titulares son poderosos, ¿trabajáis más el titular que la noticia en sí?
Al principio trabajábamos igual el titular y el contenido, al que dedicábamos grandes desarrollos. Pero tras un tiempo de estudio y análisis de la revista, alguien nos dijo que fuésemos más concisos en el cuerpo de la noticia y que resaltásemos los titulares, reduciéndolos a aspectos más puntuales. ‘Mongolia’ necesitaba ser más directa, con titulares de golpe, titulares flash.

¿Cómo surge la idea de publicar ‘El Libro Rojo de Mongolia’?
Todo surgió en la Feria del Libro de Madrid del año pasado. Mientras que en muchas casetas había pocos lectores para que los escritores firmasen sus obras, en la nuestra hubo un gran revuelo. Se acercó mucha gente, incluidos los representantes de un par de editoriales que nos ofrecieron la posibilidad de publicar un libro. Aceptamos la oferta de Random House Mondadori y nos dijeron que hiciéramos lo que quisiésemos sin ningún tipo de censura. ‘El Libro Rojo de Mongolia’ tiene contenidos nuevos y está estructurado como un volumen enciclopédico, con temas más duraderos y menos coyunturales que los que aparecen en la revista mensual.

Desde que apareció ‘Mongolia’ en el mercado, ¿habéis sufrido intentos de censura?

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Siempre que editamos un nuevo número, la gente nos dice que nos van a cerrar la revista y que tendrán que venir a llevarnos el tabaco a Carabanchel, pero no ha ocurrido nada. No hemos tenido presiones, ni tampoco hemos recibido la típica llamada amiga para que levantemos el pie del pedal. Eso nos lleva a pensar cuánta autocensura ha existido en los últimos años en nuestro país, ya que se han ocultado cosas que podían contarse perfectamente. A diferencia de muchos políticos de los que hablamos, somos muy respetuosos con la legalidad vigente y, antes de sacar el número de cada mes, entregamos los contenidos a nuestro abogado que nos indica qué cosas podemos publicar y cuáles no. Tampoco hasta la fecha, nadie nos ha pedido ninguna rectificación sobre lo publicado.

Tanto con la revista como con el libro, ¿vuestra intención es solo entretener o pretendéis sacudir conciencias?


Intentamos sacudir pero siempre visto desde un punto de vista sarcástico. Tocamos temas de absoluta actualidad y muy serios desde un ángulo humorístico. La revista tiene dos partes: una de humor muy salvaje, crítica, y otra, Reality News, en la que publicamos cosas que otros medios de comunicación no pueden decir porque están muy condicionados.

¿’El Libro Rojo de Mongolia’ es un libro dedicado fundamentalmente al lector español?
Es verdad que ‘Mongolia’ se circunscribe a una realidad muy española, pero tenemos una vocación internacionalista como es nuestra propia redacción. El libro es atemporal y habla de países diversos. Nos encantaría presentarlo tanto en la Feria del Libro de Buenos Aires como en la de Guadalajara. También hay temas locales, pero en conjunto se puede leer en cualquier lugar.

Entrevistáis muertos, ¿lo hacéis porque no pueden protestar?
[Risas] En realidad tenemos más miedo de los herederos que de los propios muertos. Los muertos, en vida, suelen ser más afables que sus descendientes, que ven en ellos un posible filón. Por otro lado, a pesar de que lo hemos intentando, los vivos no quieren ponerse delante del objetivo de ‘Mongolia’.

Unas veces vais a buscar al muerto en su época y otra lo traéis a la vuestra
Es lo bueno que tienen los muertos [risas], que te permiten utilizar una nave interestelar y visitarlos en distintas épocas, es como romper una barrera, no tener límites. Fuimos a entrevistar a Tutankhamón y no ha ocurrido nada.

Echo a faltar en ‘El Libro Rojo’ palabras tales como crisis, becario, sueldo…
Están contenidas en muchas otras definiciones. El diccionario que hemos publicado puede ser revisado y ampliado, de hecho seguro que lo haremos crecer poco a poco.

A la palabra chorizo le dedicáis una página completa, ¿es el vocablo más utilizado hoy en día en nuestro país?
Muy probablemente, sí. Chorizo y mortadela, como un dúo cómico casi, al estilo del libro escolar de ‘El florido pensil’.

Decís que magia es “El arte de engañar al otro sin tener que hacerle un contrato con nómina”, ¿se practica mucho la magia actualmente en nuestro país?



mongolia4
Sí, la verdad es que sí y el problema es que la magia se está institucionalizando. Sabíamos que había magos en el sector empresarial y en la propia CEOE, pero ignorábamos que tenían tanto apoyo institucional. Podíamos intuir que Arturo Fernández fuese un vivo, pero que le contratase el propio Congreso para hacer los caterings nos resulta un poco más sangrante y que, encima las reformas se hicieran a su medida y a la de sus amigos, nos parece llevar la sátira más allá de donde nosotros podríamos hacerlo. El aeropuerto de Castellón es otro acto de magia, porque desaparecen los aviones.

La definición de joven es amarga para ser un libro de humor: “Afortunado al que aún le queda gran parte del futuro para hacer fracasar sus ilusiones”
Hombre, nosotros hacemos muchas veces crítica muy ácida para demostrar que la cosa está muy mal, pero también para que la gente reaccione y levante la cabeza. La crítica dura te obliga a pensar que, si no nos movemos, el porvenir pinta mal. Los políticos dicen lo contrario, que la juventud es el futuro. Pero nosotros decimos que hay que espabilar. El grado de conformismo de los jóvenes empieza a ser preocupante. La encuesta del CIS del otro día informaba que aceptarían minijobs y eso es conformismo puro. Han elegido el fracaso y todo ocurre porque están acatando el mensaje de que todo es inevitable. Y ese mensaje hay que rebatirlo y discutirlo, porque no es más que una estrategia.

Según afirmáis en ‘El Libro Rojo’, la Guerra Civil española terminó una hora antes en Canarias.
Parece ser que sí, ¿no? [risas].

La última: adelantadme algo sobre vuestros proyectos futuros
Nos gusta mucho el género de entrevistas y nos encantaría hacer una historia basada en entrevistas. También nos atrae preparar un libro contra nosotros mismos, por ejemplo, el tipo de libro de humor de derechas que le gustaría hacer a ‘La Gaceta’.

“Hacemos crítica muy ácida para que la gente reaccione y levante la cabeza”

Entrevista a los miembros de la ravista satírica 'Mongolia'
Herme Cerezo
lunes, 25 de marzo de 2013, 11:20 h (CET)


portadamongolia




Para conocer qué es ‘Mongolia’, publicación mensual satírica, humorística y ácida, nada mejor que recurrir al decálogo que la propia revista exhibe en su web:

1.- Mongolia no es una revista; es un país.2.- Todo lo que dice Mongolia es mentira (incluida esta frase). 3.- Nada de lo que dice Mongolia es verdad (incluida esta frase).4.- Respetamos la incredulidad. No creemos en nada. Menos aún en nosotros mismos.5.- Todo el mundo, incluido Dios, que acaba de mudarse a Mongolia, es ateo.6.- No somos ni de izquierdas ni de derechas. Repetimos: no somos de derechas.7.- Desde nuestras páginas perseguiremos con tinta a bandoleros, farsantes, embusteros y demás fauna que anteponga sus intereses personales y los del Fondo Monetario Internacional a los del mundo mundial.8.- Estamos súper en contra de la gasolina. De la sin plomo 97, del gasóleo extra y del diesel Super Star. Allí donde esté Mongolia, habrá una bicicleta; allí donde haya una bicicleta, habrá dos ruedas. 9.- Exigimos que en las monárquicas tierras españolas se construyan parques soleados para que todos los niños del mundo puedan correr libremente y romper cosas sin importar si al dueño le molesta (total, no le pertenecen).10.- España se hunde. Cada día es menos “standard” y más “poor”.

Un par de miembros de la redacción de la revista mensual ‘Mongolia’, Fernando Rapa y Eduardo Bravo, se dejaron caer por Valencia con motivo de la publicación de ‘El Libro Rojo de Mongolia’, editado por Random House Mondadori, una especie de compendio satírico y humorístico de la realidad, presente y pasada, enormemente ácido, muy loco como dicen ellos, vertebrado bajo una estructura enciclopédica, en el que el lector puede tropezarse con “multitud de temas tratados con el rigor histórico y científico que caracteriza a Mongolia”. La entrevista tuvo lugar en el Blue Canalla Bar de la Plaza de Cánovas del Castillo, justo el día que comenzaban a colocarse las carpas del circo fallero en la capital del Turia, algo que, como cada año, significa alegría y jolgorio para unos cuantos y cortes de tráfico, nervios, trastornos y quizá un exilio provisional para otros tantos.

¿Os consideráis herederos de revistas satíricas como ‘La Cordoniz’, ‘Hermano Lobo’,’ El Papus’, ‘Por favor’ y tantas otras como han existido en nuestro país?
Buenos somos fanáticos de esas revistas, aunque algunas de ellas no las conocemos demasiado. Sabíamos de ‘La Codorniz’, de ‘Hermano Lobo’ y algo menos de ‘El Papus’. Y, por supuesto, de ‘Por favor’, porque dicen que nos parecemos mucho. El grupo que integra ‘Mongolia’ es bastante mongólico: tres argentinos, dos chilenos, un asturiano, uno de Cataluña y un madrileño. Para realizar la revista nos nutrimos de todos estos aportes de procedencias tan diversas. También nos alimentamos de revistas latinoamericanas como ‘The Clinic’ o ‘Barcelona’ y francesas como ‘L’Écho des savanes’ o ‘Hara-Kiri’. A nosotros lo que nos gusta especialmente es el papel, porque procedemos de medios que publicaban en este formato. ‘Mongolia’ apareció en un momento en que se afirmaba que la edición en papel estaba muerta. Fue como un homenaje a la revista que nos gustaría tener y que no encontrábamos.

¿Habéis crecido muy rápido con tan solo un año de existencia?


Ha sido un año en que las cosas han ido mucho mejor de lo que pensábamos. A priori no podíamos ser tan optimistas, pero nos ha ayudado mucho la situación del país. Éramos conscientes de que la evolución política invitaba a la aparición de un producto como el nuestro, pensábamos que tenía posibilidades, pero no teníamos claro que fuera tan necesaria porque la realidad viajase con tanta rapidez y fuera tan obscena. Nuestro país necesitaba un análisis satírico de la realidad, porque se estaban rebasando todos los límites de la lógica y de la honestidad. El hecho de que el secretario de un partido lleve a la magistratura a su propio partido, por despido improcedente, es tal locura que los medios informativos tradicionales no pueden dar abasto, ya que entramos dentro del terreno del esperpento.

Vuestros titulares son poderosos, ¿trabajáis más el titular que la noticia en sí?
Al principio trabajábamos igual el titular y el contenido, al que dedicábamos grandes desarrollos. Pero tras un tiempo de estudio y análisis de la revista, alguien nos dijo que fuésemos más concisos en el cuerpo de la noticia y que resaltásemos los titulares, reduciéndolos a aspectos más puntuales. ‘Mongolia’ necesitaba ser más directa, con titulares de golpe, titulares flash.

¿Cómo surge la idea de publicar ‘El Libro Rojo de Mongolia’?
Todo surgió en la Feria del Libro de Madrid del año pasado. Mientras que en muchas casetas había pocos lectores para que los escritores firmasen sus obras, en la nuestra hubo un gran revuelo. Se acercó mucha gente, incluidos los representantes de un par de editoriales que nos ofrecieron la posibilidad de publicar un libro. Aceptamos la oferta de Random House Mondadori y nos dijeron que hiciéramos lo que quisiésemos sin ningún tipo de censura. ‘El Libro Rojo de Mongolia’ tiene contenidos nuevos y está estructurado como un volumen enciclopédico, con temas más duraderos y menos coyunturales que los que aparecen en la revista mensual.

Desde que apareció ‘Mongolia’ en el mercado, ¿habéis sufrido intentos de censura?

mongo1
Siempre que editamos un nuevo número, la gente nos dice que nos van a cerrar la revista y que tendrán que venir a llevarnos el tabaco a Carabanchel, pero no ha ocurrido nada. No hemos tenido presiones, ni tampoco hemos recibido la típica llamada amiga para que levantemos el pie del pedal. Eso nos lleva a pensar cuánta autocensura ha existido en los últimos años en nuestro país, ya que se han ocultado cosas que podían contarse perfectamente. A diferencia de muchos políticos de los que hablamos, somos muy respetuosos con la legalidad vigente y, antes de sacar el número de cada mes, entregamos los contenidos a nuestro abogado que nos indica qué cosas podemos publicar y cuáles no. Tampoco hasta la fecha, nadie nos ha pedido ninguna rectificación sobre lo publicado.

Tanto con la revista como con el libro, ¿vuestra intención es solo entretener o pretendéis sacudir conciencias?


Intentamos sacudir pero siempre visto desde un punto de vista sarcástico. Tocamos temas de absoluta actualidad y muy serios desde un ángulo humorístico. La revista tiene dos partes: una de humor muy salvaje, crítica, y otra, Reality News, en la que publicamos cosas que otros medios de comunicación no pueden decir porque están muy condicionados.

¿’El Libro Rojo de Mongolia’ es un libro dedicado fundamentalmente al lector español?
Es verdad que ‘Mongolia’ se circunscribe a una realidad muy española, pero tenemos una vocación internacionalista como es nuestra propia redacción. El libro es atemporal y habla de países diversos. Nos encantaría presentarlo tanto en la Feria del Libro de Buenos Aires como en la de Guadalajara. También hay temas locales, pero en conjunto se puede leer en cualquier lugar.

Entrevistáis muertos, ¿lo hacéis porque no pueden protestar?
[Risas] En realidad tenemos más miedo de los herederos que de los propios muertos. Los muertos, en vida, suelen ser más afables que sus descendientes, que ven en ellos un posible filón. Por otro lado, a pesar de que lo hemos intentando, los vivos no quieren ponerse delante del objetivo de ‘Mongolia’.

Unas veces vais a buscar al muerto en su época y otra lo traéis a la vuestra
Es lo bueno que tienen los muertos [risas], que te permiten utilizar una nave interestelar y visitarlos en distintas épocas, es como romper una barrera, no tener límites. Fuimos a entrevistar a Tutankhamón y no ha ocurrido nada.

Echo a faltar en ‘El Libro Rojo’ palabras tales como crisis, becario, sueldo…
Están contenidas en muchas otras definiciones. El diccionario que hemos publicado puede ser revisado y ampliado, de hecho seguro que lo haremos crecer poco a poco.

A la palabra chorizo le dedicáis una página completa, ¿es el vocablo más utilizado hoy en día en nuestro país?
Muy probablemente, sí. Chorizo y mortadela, como un dúo cómico casi, al estilo del libro escolar de ‘El florido pensil’.

Decís que magia es “El arte de engañar al otro sin tener que hacerle un contrato con nómina”, ¿se practica mucho la magia actualmente en nuestro país?



mongolia4
Sí, la verdad es que sí y el problema es que la magia se está institucionalizando. Sabíamos que había magos en el sector empresarial y en la propia CEOE, pero ignorábamos que tenían tanto apoyo institucional. Podíamos intuir que Arturo Fernández fuese un vivo, pero que le contratase el propio Congreso para hacer los caterings nos resulta un poco más sangrante y que, encima las reformas se hicieran a su medida y a la de sus amigos, nos parece llevar la sátira más allá de donde nosotros podríamos hacerlo. El aeropuerto de Castellón es otro acto de magia, porque desaparecen los aviones.

La definición de joven es amarga para ser un libro de humor: “Afortunado al que aún le queda gran parte del futuro para hacer fracasar sus ilusiones”
Hombre, nosotros hacemos muchas veces crítica muy ácida para demostrar que la cosa está muy mal, pero también para que la gente reaccione y levante la cabeza. La crítica dura te obliga a pensar que, si no nos movemos, el porvenir pinta mal. Los políticos dicen lo contrario, que la juventud es el futuro. Pero nosotros decimos que hay que espabilar. El grado de conformismo de los jóvenes empieza a ser preocupante. La encuesta del CIS del otro día informaba que aceptarían minijobs y eso es conformismo puro. Han elegido el fracaso y todo ocurre porque están acatando el mensaje de que todo es inevitable. Y ese mensaje hay que rebatirlo y discutirlo, porque no es más que una estrategia.

Según afirmáis en ‘El Libro Rojo’, la Guerra Civil española terminó una hora antes en Canarias.
Parece ser que sí, ¿no? [risas].

La última: adelantadme algo sobre vuestros proyectos futuros
Nos gusta mucho el género de entrevistas y nos encantaría hacer una historia basada en entrevistas. También nos atrae preparar un libro contra nosotros mismos, por ejemplo, el tipo de libro de humor de derechas que le gustaría hacer a ‘La Gaceta’.

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Elsy es abogada, doctora en jurisprudencia, narradora, dramaturga y poeta ecuatoriana. Comienza su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos De mariposas, espejos y sueños. La mayor parte de su obra cuentística está reunida en el libro Los miedos juntos (El Ángel Editor, 2009).

 
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