Este campeonato del mundo va dedicado a todos aquellos amantes del espectáculo que rechazan cualquier forma de juego que no divierta al espectador. El domingo, 9 de Julio será recordado como el día en que fracasó el “Juego Bonito” y se impuso el trabajo y sacrificio de un equipo que se le ha venido faltando el respeto con el paso de los años ante su escasa lucidez. Estoy feliz de que la conservadora y especulativa Italia logre su cuarto campeonato del mundo, sólo a uno de la inalcanzable para muchos Brasil.
No es una victoria italiana, es una victoria del fútbol trabajado, sin fisuras y donde se ganan los partidos desde la defensa. Muchos achacan a la suerte el triunfo italiano, pero si suerte es ganar cuatro campeonatos del mundo, que baje quien tenga que bajar y lo vea. Otras selecciones presumen de tener “jugones” y rechazan lo defensivo, lo primero es divertir a las masas, aunque te clasifiques para un mundial en la repesca y caigas en octavos de final, da igual, el objetivo se ha cumplido pese a que no puedas presumir de algún campeonato del mundo.
Ya lo dijo Scolari: “El que jugó bien está en casa”, y España no iba a ser menos, eso si, por lo menos podemos decir que nos eliminó el subcampeón en octavos. Y esto es sólo el comienzo, vendrá otra cita en dos años y pasará lo de siempre, pero eso ya es otro tema del que tendremos mucho tiempo para hablar.
Hoy sólo hay un equipo en el mundo que juega “bonito” y gana, y ese equipo es el Barça aunque le duela a muchos. No hay otro equipo ni selección en el planeta que juegue a dos bandas y les salga bien: ganar y maravillar. Aunque me quedo con la especulación, la racanería y el espíritu ganador de Italia o Alemania.