Generalmente, la idea que se tiene de la democracia representativa es que el ciudadano vota cada "x" tiempo, en España es un periodo de cuatro años, y ya no se involucra más en la vida política durante esa etapa.
Evidentemente, una democracia directa permite más participación que una representativa. No obstante, eso no significa que en la segunda opción, el ciudadano solamente pueda participar en política una vez cada cuatro años. Por lo tanto, ese tópico es falso.
El funcionamiento de algunos partidos políticos es mediante asambleas, en las cuales los ciudadanos pueden expresar libremente sus ideas. De esta manera, éstos están haciendo política. Un partido que establece estos mecanismos es la Candidatura de Unidad Popular (CUP).
Cabe destacar, que la CUP no es el único partido político que permite la participación del ciudadano en democracia representativa. Ciutadans establece reuniones mensuales con afiliados, simpatizantes o simplemente ciudadanos en el Parlamento de Cataluña. Allí, se debaten temas de actualidad política y otras propuestas entre algunos de los diputados y los ciudadanos. De este modo, muchas personas que no están directamente vinculadas a la práctica política pueden expresar sus propias ideas. En consecuencia, éstas pueden servir como motor de actuación del propio partido e incluso ser incorporadas en futuros programas electorales.
En definitiva, el hecho de que las personas participen en política representativa es una cuestión de querer. El grado de implicación puede ser más o menos elevado, y a la vez, una crítica puede estar dirigida a esos niveles de implicación. No obstante, intervenir en el proceso político es cuestión de voluntad y de movimiento personal autónomo.
Y es que, a veces es muy cómodo tener una actitud pasiva y hacer críticas debido a la falta de participación. Aunque, ciertamente una postura activa sería la de intentar descubrir qué mecanismos de participación hay en democracia representativa.