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Antonio Valencia

La hora del balance

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Este fin de semana se nos acaba el Mundial. Por fin, dirán muchos (y sobre todo, muchas); lástima, decimos otros (los locos del fútbol). Pero, como bien decían Los Módulos, todo tiene su fin y ya se puede hacer un balance de lo que ha sido la Copa del Mundo.

Desde el punto de vista español, lo mismo de siempre en el plano deportivo: grandes ilusiones cimentadas en no menos grandes titulares de prensa y gran cacharrazo en cuanto llega un rival serio (más o menos como el Athletic en la Copa, que cae eliminado en el momento en que le toca un Primera).

En el plano extradeportivo se ha dado la insólita situación de que dos cadenas distintas de televisión han tenido que compartir los derechos de los partidos de "interés general" (los de España, el inaugural, semifinales y final). La verdad es que algunos nos hemos reído con la guerra publicitaria que mantuvieron al principio de la competición ("Ya no hace falta antenizarse" frente a "¿Te vas a conformar con cuatro partidos?").

Volviendo a la parte deportiva, ha sido curiosa la actuación general de los árbitros. Generalmente en este tipo de competiciones se pasan varios pueblos en los primeros partidos y luego se calman y todo va mejorando. Bueno, pues en este Mundial no; nos sorprendieron con su buen nivel al principio y fueron deslizándose hacia el abismo conforme avanzaba la competición, tocando fondo con la actuación de Medina Cantalejo en el Italia-Australia.

Y en el plano futbolístico, ha sorprendido positivamente el último coletazo francés, cuando todo el mundo les daba por muertos, y un Ecuador con un juego que enamora a pesar de la falta de pegada. En el lado negativo, la decepción de Brasil, con un Ronaldinho desconocido a la cabeza y los equipos africanos, asiáticos y centroamericanos que, salvo Ghana y México, han demostrado que treinta y dos selecciones son demasiadas, al menos con el reparto continental vigente.

Mañana se disputa la final, que dará carpetazo a esta Copa del Mundo. Tendremos que esperar cuatro años para la siguiente, a disputar en Sudáfrica. Es mucho tiempo. ¿Para cuando el Mundial en años pares y la Eurocopa en años impares? Sí, lo sé, estoy loco.

La hora del balance

Antonio Valencia
Antonio Valencia
sábado, 8 de julio de 2006, 21:11 h (CET)
Este fin de semana se nos acaba el Mundial. Por fin, dirán muchos (y sobre todo, muchas); lástima, decimos otros (los locos del fútbol). Pero, como bien decían Los Módulos, todo tiene su fin y ya se puede hacer un balance de lo que ha sido la Copa del Mundo.

Desde el punto de vista español, lo mismo de siempre en el plano deportivo: grandes ilusiones cimentadas en no menos grandes titulares de prensa y gran cacharrazo en cuanto llega un rival serio (más o menos como el Athletic en la Copa, que cae eliminado en el momento en que le toca un Primera).

En el plano extradeportivo se ha dado la insólita situación de que dos cadenas distintas de televisión han tenido que compartir los derechos de los partidos de "interés general" (los de España, el inaugural, semifinales y final). La verdad es que algunos nos hemos reído con la guerra publicitaria que mantuvieron al principio de la competición ("Ya no hace falta antenizarse" frente a "¿Te vas a conformar con cuatro partidos?").

Volviendo a la parte deportiva, ha sido curiosa la actuación general de los árbitros. Generalmente en este tipo de competiciones se pasan varios pueblos en los primeros partidos y luego se calman y todo va mejorando. Bueno, pues en este Mundial no; nos sorprendieron con su buen nivel al principio y fueron deslizándose hacia el abismo conforme avanzaba la competición, tocando fondo con la actuación de Medina Cantalejo en el Italia-Australia.

Y en el plano futbolístico, ha sorprendido positivamente el último coletazo francés, cuando todo el mundo les daba por muertos, y un Ecuador con un juego que enamora a pesar de la falta de pegada. En el lado negativo, la decepción de Brasil, con un Ronaldinho desconocido a la cabeza y los equipos africanos, asiáticos y centroamericanos que, salvo Ghana y México, han demostrado que treinta y dos selecciones son demasiadas, al menos con el reparto continental vigente.

Mañana se disputa la final, que dará carpetazo a esta Copa del Mundo. Tendremos que esperar cuatro años para la siguiente, a disputar en Sudáfrica. Es mucho tiempo. ¿Para cuando el Mundial en años pares y la Eurocopa en años impares? Sí, lo sé, estoy loco.

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