Clemente a estas horas ya no es entrenador del Athletic. Cuatro días de pretemporada ha durado. Unas inoportunas declaraciones del mister baracaldés quejándose de que el club no había fichado lo que él había pedido, sino lo que ellos habían querido han supuesto el drástico desenlace.

No son formas airear las discrepancias técnicas en público, sin una sola palabra positiva hacia los prometedores chavales Alex García y Javi Martínez, por más que apostillara que aun con todo podía hacerse una buena temporada. Ahora bien, si una Directiva confía en un entrenador y en un proyecto como había vendido su presidente, estas desafortunadas declaraciones no deberían ser suficiente para explicar un cese. El rubio de Barakaldo estaba sentenciado antes de empezar la temporada, y esto no es culpa suya sino del presidente. Si no le querían, ¿por qué deciden que continúe? Craso error, otro más.

Quien más quien menos sabía que si Clemente seguía este año era con reticencias de buena parte de la Directiva y dudas del propio Lamikiz.

Flotaba la sensación en el ambiente de que la confianza en él estaba bajo mínimos y que seguía de chiripa, como mal menor para evitar más cisma social, pese a salvar al equipo y acabar bien la temporada.

Las no ocultas diferencias del exseleccionador con algunos jugadores no mejoraban la situación. Pero, uno tiene la sensación de que Clemente ha visto ninguneadas algunas de sus peticiones en cuanto a bajas y altas del club y se ha molestado. No ha encontrado respaldo ni confianza plena en su presidente, ya desde el culebrón sobre su continuidad o no esta temporada, y ha optado por tensar la cuerda, para romperla o para reforzar su autoridad ... y la ha roto.

Lo más preocupante ahora mismo en el Athletic es diseñar un equipo sólido y un estilo definido, que sea creado por un mister que confíe en sus hombres e ilusione a la afición. Un modelo con el que trabaje también el filial y sea capaz de sacar jugadores válidos para el primer equipo.

Clemente lo había empezado a hacer y tenía bien clara la idea de hacer un equipo fuerte y compacto, al estilo de los finalistas (Italia o Francia), salvando las distancias. Hablaba hasta de pelear por entrar en Champions; eso sí creaba ilusión, un proyecto ambicioso, viniendo de alguien con su experiencia, que sabía ya lo que tenía y lo que necesitaba.

Sólo me cabe la duda de qué jugadores ha pedido y el club no ha traído, salvo Iraizoz ... porque el mercado vasco y la economía del Athletic dan de sí lo que dan de sí.

En fin, crisis tras crisis. La gestión deportiva del abogado de Busturia está siendo ciertamente preocupante. No me olvido de Zubiaurre, ¿qué ha sido del chaval, por cierto? No news ...

A la masa social del Athletic se le vuelve a encoger el alma y a ver decisiones erráticas que ponen de manifiesto una incapacidad absoluta para consolidar un proyecto coherente con bases firmes. Y el Athletic, con el limitado margen de maniobra de que dispone, no puede permitirse tantos errores.

El hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra dos veces; algunos hombres tres, cuatro ...