Alguien le ha comentado a Luis Aragonés que el chándal de la selección le sienta bien, tan bien que duerme vestido. Lo verdaderamente alarmante es que duerme hasta con las zapatillas puestas. Parece que le ha cogido gusto a esto de ser seleccionador nacional, y eso que se marchaba si no llegaban a semifinales, si llegan a cuartos de final se pone a jugar de delantero centro en Sudáfrica bueno, si pasamos la repesca claro.
Entrenadores como el argentino han dejado su cargo después de la sensación del equipo y al anunciar antes del mundial su marcha si no hacían buen papel. A lo mejor nuestro seleccionador cree que hemos hecho un gran mundial, que lo que importa es jugar bien y no ganar, y los que quedan, que ganan y no juegan “bien” (¿qué es jugar bien?) no se merecen la copa del mundo. Habrá que hablar con Blatter o con quien sea para que den una copa al equipo perdedor que mejor juega, seguro que tenemos más opciones que disputando la copa de ganar.
Somos muy románticos en España. No nos importa caer en octavos si jugamos bien, mentalidad un poco de perdedores y segundones, la verdad, jugamos bien y la gente contenta. Me gustaría ver la reacción de todos lo que defienden el “juego bonito” si caemos en octavos tirando un tiro a puerta y es Clemente el entrenador. Habrá que enseñarle a este país, un poco inculto futbolísticamente, que este deporte no es como una película americana que siempre gana el chico bueno, en este deporte gana el que marca más goles, las matemáticas no fallan.
Es de cajón. Si hemos estado toda la vida apostando por un fútbol vistoso y Bulgaria, Suecia o Grecia hacen mejor papel que nosotros en campeonatos pasados, sería conveniente plantearse si lo que verdad nos hace falta es un equipo con buenos jugadores, o un equipo ganador. Tenemos equivocados los conceptos básicos del fútbol. Lo primero: Lo más importante es ganar. Segundo: Jugar bien es secundario.
Si tan fácil fuera jugar bien y ganar lo harían selecciones como Alemania o Italia campeonas del mundo. Pero estoy convencido que volveremos a tropezar con la misma piedra por duodécima vez y jugaremos como toca y perderemos como siempre. Hasta que no se cambien los valores del fútbol en este país seguiremos viendo semifinales y finales por la tele. Bueno, este año los cuartos también.