La civilización europea se asienta en la cultura cristiana, que proclama “¡No matarás!” (5º Mandamiento de la Ley de Dios) . La protección de la vida es índice de pueblos civilizados; pero, hoy, asombran las incoherencias. Hete aquí que la matanza de seres humanos mediante el aborto y la eutanasia, cuelga de la bandera de nuestra “progresía” en el poder. Una de las prioridades del próximo gobierno es la implantación de una ley de eutanasia. ¿ Y cómo harán para que cuele? Como siempre: primero, despenalización en casos límite que mueven a la compasión; después, tolerancia en todos los casos; por último, imposición como derecho. ¿Quién fue el primer gobierno en Europa que legalizó la eutanasia ? El de Hitler en Alemania ( año 1939), o sea, los nazis. Contra judíos, gitanos, comunistas y disminuidos físicos o psíquicos. Ahorro para las arcas del Estado, limitación de la población y hasta el riesgo de adicción de algunos matasanos, según parece, ya, en Holanda, enmascarado de mil excusas. Ahora, el gobierno anuncia cinco grandes bloques para los próximos cuatro años; uno de ellos, el “Feminismo”, que engloba “cambios legislativos para regular la eutanasia”. Pero, ¿ por qué no la extensión de los cuidados paliativos para que no siga habiendo decenas de miles de personas que mueren por no tener acceso a los cuidados paliativos? 80.000 al año, según la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal). En la oración de san Juan Pablo II por la Vida, se invoca, así, a la Virgen: “Aurora de un mundo nuevo. Mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer (…); de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia de una presunta piedad” (Encíclica Evangelium Vitae).