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Etiquetas | Las plumas y los tinteros
Daniel Tercero

El mismo plano

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El lunes Arcadi Espada en Gerona. El sábado Mariano Rajoy en Cornellá. Ayer, de nuevo, Mariano Rajoy en Granollers. ¿Qué está pasando en Cataluña? Eso nos preguntamos muchos catalanes que no entendemos qué puede llevar a una persona a agredir, aunque sea de palabra, a otra persona que tan sólo es ideológicamente diferente. Siempre y cuando demos por sentado que el agresor piensa y tiene ideología propia. Algo que todavía está por demostrar.

Ayer Rajoy, presidente del PP, fue sacado en volantas por escoltas y Mossos d'Esquadra del teatro de Granollers después de participar en un mitin por el referéndum del próximo domingo. Había entrado por la puerta de atrás. ¿En qué país occidental, europeo, el líder de la oposición tiene que entrar por la puerta de atrás a un teatro para poder explicar su posición política ante un referéndum? Jorge Moragas, diputado en el Congreso, joven catalán del PP, recibió el impacto de un huevo cuando salía del acto junto con otros militantes y simpatizantes del Partido Popular.

El sábado anterior el mismo protagonista, Mariano Rajoy, fue abucheado y recibió una cazerolada cuando se acercó a un mercado de Cornellá. Parece que el PSC de esa ciudad ha tenido algo que ver. Eso dicen los del PP. El lunes de la semana anterior el periodista y escritor Arcadi Espada fue agredido, tal cual, por un indeseable independentista en Gerona. ¿Qué pecado había cometido el blogger Espada? Pensar, discrepar del nacionalismo, decirlo y, sobre todo, “ser de los nuestros”.

No sé lo que pasará, o cómo será, Cataluña dentro de 5, 10 ó 20 años. Nadie lo sabe. Pero lo que se está plantando hoy no tiene la pinta de que vaya a dar buenos frutos mañana. Y no sólo los que agreden, amenzan, abuchean o lanzan huevos y rompen cristales, tienen responsabilidad. Los que les alientan, o callan ante estas agresiones, también tienen su parte de culpa como obligación moral de evitarlas. No es entendible que se justifiquen los abucheos, broncas y cazeroladas de Conellá por parte del líder de Iniciativa per Catalunya, Joan Saura, que además es consejero de la Generalidad. No puede un ministro del Gobierno, primer secretario del PSC, José Montilla, justificar los hechos de Cornellá como que son un clamor contra el PP en Cataluña. Aunque eso fuera cierto, que no lo creo, ellos son -entre otros- los que deben evitar que se produzcan estos hechos en Cataluña.

Después de ser agredido Arcadi Espada, en Gerona, un representante de todos los ciudadnos llegó a afirmar, algo así como, que los extremos en el mismo plano se tocan. Comparando al grupo de Ciutadans de Catalunya con el grupo de separatistas Maulets. Comparando agredido con agresores. Colocando en el mismo plano a unos ciudadanos que quieren participar en la vida pública, en política, con su ideología, con su palabra; con un grupo de jóvenes, subvencionados hasta el cuello, que niegan la plabra al de enfrente, que sólo conocen las palabras imposición y agresión.

¿Qué está pasando en Cataluña? ¿Qué está pasando cuando el que discrepa del nacionalismo es suscepciple de ser agredido? ¿Qué se enseña en las escuelas catalanas para que una persona, en el siglo XXI, sea capaz de protagonizar estos hechos consumados?

Nunca, nunca, agresores y agredidos pueden estar en el mismo plano. Lo que pasa es que los que están en el mismo plano que los agresores de Espada son los nacionalistas muditos. Que saben que no serán agredidos, y Dios quiera que siga así, pero que no mueven un dedo para evitar que sean agredidos los no nacionalistas. ¿Qué está pasando en Cataluña?

El mismo plano

Daniel Tercero
Daniel Tercero
martes, 13 de junio de 2006, 22:54 h (CET)
El lunes Arcadi Espada en Gerona. El sábado Mariano Rajoy en Cornellá. Ayer, de nuevo, Mariano Rajoy en Granollers. ¿Qué está pasando en Cataluña? Eso nos preguntamos muchos catalanes que no entendemos qué puede llevar a una persona a agredir, aunque sea de palabra, a otra persona que tan sólo es ideológicamente diferente. Siempre y cuando demos por sentado que el agresor piensa y tiene ideología propia. Algo que todavía está por demostrar.

Ayer Rajoy, presidente del PP, fue sacado en volantas por escoltas y Mossos d'Esquadra del teatro de Granollers después de participar en un mitin por el referéndum del próximo domingo. Había entrado por la puerta de atrás. ¿En qué país occidental, europeo, el líder de la oposición tiene que entrar por la puerta de atrás a un teatro para poder explicar su posición política ante un referéndum? Jorge Moragas, diputado en el Congreso, joven catalán del PP, recibió el impacto de un huevo cuando salía del acto junto con otros militantes y simpatizantes del Partido Popular.

El sábado anterior el mismo protagonista, Mariano Rajoy, fue abucheado y recibió una cazerolada cuando se acercó a un mercado de Cornellá. Parece que el PSC de esa ciudad ha tenido algo que ver. Eso dicen los del PP. El lunes de la semana anterior el periodista y escritor Arcadi Espada fue agredido, tal cual, por un indeseable independentista en Gerona. ¿Qué pecado había cometido el blogger Espada? Pensar, discrepar del nacionalismo, decirlo y, sobre todo, “ser de los nuestros”.

No sé lo que pasará, o cómo será, Cataluña dentro de 5, 10 ó 20 años. Nadie lo sabe. Pero lo que se está plantando hoy no tiene la pinta de que vaya a dar buenos frutos mañana. Y no sólo los que agreden, amenzan, abuchean o lanzan huevos y rompen cristales, tienen responsabilidad. Los que les alientan, o callan ante estas agresiones, también tienen su parte de culpa como obligación moral de evitarlas. No es entendible que se justifiquen los abucheos, broncas y cazeroladas de Conellá por parte del líder de Iniciativa per Catalunya, Joan Saura, que además es consejero de la Generalidad. No puede un ministro del Gobierno, primer secretario del PSC, José Montilla, justificar los hechos de Cornellá como que son un clamor contra el PP en Cataluña. Aunque eso fuera cierto, que no lo creo, ellos son -entre otros- los que deben evitar que se produzcan estos hechos en Cataluña.

Después de ser agredido Arcadi Espada, en Gerona, un representante de todos los ciudadnos llegó a afirmar, algo así como, que los extremos en el mismo plano se tocan. Comparando al grupo de Ciutadans de Catalunya con el grupo de separatistas Maulets. Comparando agredido con agresores. Colocando en el mismo plano a unos ciudadanos que quieren participar en la vida pública, en política, con su ideología, con su palabra; con un grupo de jóvenes, subvencionados hasta el cuello, que niegan la plabra al de enfrente, que sólo conocen las palabras imposición y agresión.

¿Qué está pasando en Cataluña? ¿Qué está pasando cuando el que discrepa del nacionalismo es suscepciple de ser agredido? ¿Qué se enseña en las escuelas catalanas para que una persona, en el siglo XXI, sea capaz de protagonizar estos hechos consumados?

Nunca, nunca, agresores y agredidos pueden estar en el mismo plano. Lo que pasa es que los que están en el mismo plano que los agresores de Espada son los nacionalistas muditos. Que saben que no serán agredidos, y Dios quiera que siga así, pero que no mueven un dedo para evitar que sean agredidos los no nacionalistas. ¿Qué está pasando en Cataluña?

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