Ni Italia, ni Inglaterra, ni Francia, ni el todopoderoso equipo de Ronaldinho, Ronaldo y compañía han demostrado ser mejor que nosotros. Los italianos siguen con su tacañería, aunque se plantarán en las eliminatorias habiendo hecho una clasificación de grupo paupérrima, lo justo y a octavos. Cuanto talento desperdiciado y cuantos jugadores que siguen un patrón de juego y pierden todo su potencial.
Otra selección que no acaba de convencer es Inglaterra y eso que tienen al “robot” Crouch marcándolos de tres en tres, aunque tire los penaltis como si estuviese en un entrenamiento. La sombra alargada de Rooney cada vez es más pequeña, aunque lo verdaderamente preocupante es la falta de banquillo. Uno de los mejores onces del campeonato pero sin jugadores que puedan sustituir a Gerrard o Terry puede pasarlo muy mal si alguno de sus pilares se cae.
No es por llevar la contraria a la gente, ni siquiera para llenar párrafos sin sentido, pero Brasil se va a llevar un susto muy grande. Es fácil pronosticarlo cuando la eliminen. Yo, Daniel Bolufer, me mojo y digo que los brasileños caerán ante el orden y la contundencia de un equipo europeo. Italia, Alemania, Francia…No se cual acabará con la selección de Ronaldinho, pero su fútbol vistoso y para la galería en muchas ocasiones tiene un punto débil, el equilibrio. Emerson es el único jugador que puede dar estabilidad, sin ese pilar fundamental Brasil se parte en dos y eso ayuda a equipos armados con jugadores rápidos que buscan espacios, y Brasil sin el balón deja muchos espacios.
Pero lo cierto es que hay que hacer el partido perfecto para plantarles cara, y muchas veces todo esfuerzo no vale la pena, porque en una falta marcan y se llevan el partido. Difícil que se cumplan mis pronósticos, pero desde la Eurocopa de Grecia volví a creer en Zeus, Apolo y Aristóteles.