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El partido del brexit y los pro-europeos avanzan

Elecciones europeas: la peor derrota conservadora en su historia

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Las elecciones al euro-parlamento han acabado convirtiéndose en una variante de un nuevo referéndum acerca de la Unión Europea (UE) basándose en un solo tema de campaña (a favor o en contra del Brexit). Como efecto de ello han sido muy golpeados los conservadores y los laboristas, los dos grandes partidos históricos que se alternan en el poder desde hace más de 8 décadas y que en las elecciones generales pasadas (2017) sumaron más del 80% de los votos.


Por primera vez en la historia ninguno de estos dos fuerzas que concentran casi el 90% de las bancas británicas en el parlamento del Reino Unido no han quedado ninguno de ellos entre los dos primeros puestos.

El electorado ha quedado polarizado entre el Partido del Brexit que concentra a todos los que protestan porque aún el Reino Unido no ha roto con la Unión Europea y los partidos pro-UE como los liberal-demócratas, los verdes y los nacionalistas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

Escribimos estas líneas cuando solamente se han publicado una parte, pero no todos, los resultados y no se sabe aún los porcentajes y números exactos. Sin embargo, con los datos existentes se puede ir presentando una imagen de lo que ha venido pasando.

A nivel de Gran Bretaña el Partido del Brexit sale primero con un 32%, los liberal-demócratas segundos con un 20%, los laboristas con 14%, los verdes con 12%, los conservadores con 9%, y CHUK y UKIP con 3% cada uno.

Mientras el Partido del Brexit se va a jactar de haber ganado, los pro-europeos creen que ellos suman más votos. El argumento es que la suma de los votos del Partido del Brexit y del UKIP es de un 35% mientras que el de la suma de los partidos pro-UE como los liberal-demócratas, los verdes, CHUK y los nacionalistas en Escocia y Gales bordean el 40%. La suma de los conservadores y de los laboristas quienes tienen alas pro y anti Brexit suman menos del 25%.

El partido del Brexit
Este movimiento gana superando el 30% de los votos. Este partido fue fundado oficialmente hace 2 meses y ha podido vencer en Inglaterra y Gales en torno a una consigna “se debe implementar el Brexit ya” mientras que cuestionan a los grandes partidos (conservadores y laboristas) por no haberlo podido implementar.


Al igual que en las pasadas euro-elecciones del 2014 Nigel Farage, el portavoz de la ruptura radical con la UE y de hacer que UK tenga una economía similar a la de EEUU, volvió a ganar. Antes lo hizo comandando al UKIP, el cual se fue a pique cuando se fue asociando con racistas anti-musulmanes y Farage se fue de allí. Hoy lo ha hecho con el Partido del Brexit.

Este último no tiene programa ni manifestó. Se ha cuidado de no caer en la retórica anti-inmigrante y s ha concentrado en pedir que se respete la democracia y el voto del referéndum. Sus colores azulados y su símbolo (una flecha que apunta a la derecha), si como sus candidatos, han buscado capitalizar al electorado tory y dividir en los hechos a los conservadores.

Desplome de los conservadores
Nunca antes los conservadores en toda su larga historia han sacado tan malos resultados en unas elecciones a nivel nacional. Los tories tienen unos tres siglos de trayectoria y son el partido que más ha gobernado en Reino Unido y también en cualquier otra democracia multipartidaria del mundo.


En todas las elecciones a nivel nacional que se han venido dando por lo menos en el último siglo los conservadores quedaban entre los dos primeros puestos. Esta es la primera vez que no quedan entre los finalistas, y, encima, entre el cuarto y quinto lugar.

Lo más bajo que los conservadores han sacado en una elección nacional es un cuarto de los votos y esta vez puede que no lleguen ni al décimo de los votos.

Nunca antes en la historia el partido de gobierno ha perdido por tanto en Reino Unido. Todo ello va a acrecentar su crisis y va a paralizar al nuevo gobierno, el cual sabe que no va a contar con una mayoría parlamentaria absoluta, que está bajo la presión del ascenso del Partido del Brexit y de los nacionalistas en Escocia, Gales e Irlanda del Norte. May debió renunciar a su cargo antes que el público se enterase de esos desastrosos resultados que van a hacer que ella se despida como la jefa de gobierno menos exitosa de la post-guerra.

Laboristas
El éxito de Corbyn en las elecciones generales del 2017 fue el pasar por encima de las divisiones en torno al Brexit y la UE para concentrarse en cuestiones sociales. Empero, a medida que el Brexit se ha ido convirtiendo en el eje de la agenda nacional, el puente que Corbyn quiso poner entre mantenerse en el mercado común con Europa pero salirse de la UE ha quedado roto por la polarización entre los pro y anti europeos. Esto ya se veía venir en las elecciones locales de Inglaterra del 2 de mayo donde los rojos debieron haber ganado y canalizado el desplome conservador, pero, en cambio, también perdieron puntos (aunque no en el grado de los azules).


Inicialmente el laborismo encabezaba todas las encuestas de cara a las elecciones europeas, pero al final terminó reduciéndose a pelear el segundo puesto con los liberales-demócratas. Por un lado Corbyn se negó a polemizar con Nigel Farage pensando que le pudiese dar tribuna a alguien que, al inverso suyo, no tiene posibilidades de llegar a ser primer ministro. Por otro lado, el laborismo no pudo calar dentro de los pro-europeos al no demandar un nuevo referéndum para ratificar cualquier acuerdo de salida de la UE.

Hoy el laborismo acaba de perder en Londres, su bastión histórico, y ha quedado quinto en Escocia, el país de donde provinieron sus últimos dos primeros ministros (Tony Blair y Gordon Brown) y que hasta hace una década atrás era otro reducto histórico suyo.

El centro pro-europeo

El partido liberal-demócrata, que llegó a quedar quinto en las euro-elecciones pasadas y que fue duramente castigado por haber estado en el quinquenio de David Cameron, se ha recuperada encarnando el polo anti-Brexit.

Por primera vez en su historia han vencido en Londres, mientras que en el 2009 ganó en la capital los conservadores y en el 2014 los laboristas. Esa recuperación es un gran logro pues en los comicios para la alcaldía y la asamblea de Londres del 2016 los amarillos quedaron en quinto puesto por debajo de los laboristas, los tories, los verdes y el UKIP, en ese orden.


CHUK (Change UK), un nuevo partido liderado por Chuka Umunna, no pudo despegar. Chuka cometió el error de no ir en alianza con los liberal-demócratas pensando que un nuevo movimiento timoneado por él y con un sigla similar a su nombre podría tener un gran impacto. Hoy varios de sus seguidores y dirigentes piden aliarse con los liberales so fusionarse con ellos.

En 1983 se dio antes una alianza entre los liberales y el ala derecha socialdemócrata que rompió con el laborismo. Chuka quiso evitar es mismo escenario para evitar ser tragado por los liberales, pero con ello evitó que una coalición con ellos hubiese polarizado al país entre este centro pro-UE y el Partido del Brexit. Ahora derrotado debe buscar sumarse a este proyecto.

Los liberal-demócratas vienen consiguiendo el segundo lugar a los laboristas en Inglaterra, algo que no tiene precedente. Los amarillos siempre han quedado detrás de los azules y de los rojos, pero esta es la primera vez que ello se revierte.

Los verdes
Han tenido un gran avance en toda Europa canalizando las inquietudes ante los efectos del cambio climático global y demandando medidas sociales. En Reino Unido han capitalizado a muchos pro-europeos, pero no han logrado superar al centro liberal, el cual apela más al electorado tradicional tory.

Sin embargo, ellos han logrado importantes avances y van a incrementar su actual bancada de 3 euro-diputados. En diversas regiones los verdes han llegado a superar a los conservadores, los liberales o los laboristas, en tanto que se estima que por primera vez ellos van a superar el 10% de la votación nacional.

Los nacionalistas
Han crecido en Gales y Escocia convirtiéndose en la principal fuerza anti-Brexit y poniendo los intereses de sus naciones frente al estancamiento de los dos grandes partidos (conservadores y laboristas) divididos internamente en torno al Brexit, y ante el liberalismo que en estos países tiene algo de arraigo, pero no mucho.


En Escocia el SNP ha ganado con el 40% de los votos y con su aplastante victoria, al separatismo escocés se les permite chantajear al gobierno con la posibilidad de pedir un nuevo referéndum pro-independencia en caso que UK decida un Brexit duro.

El Partido de Gales por primera vez en su casi centenaria historia ha superado al laborismo en su país y ha quedado allí en segundo puesto.

Irlanda del norte
El Partido Unionista Democrático (DUP) que es el único con representación en el parlamento de UK ha quedado castigado mientras que la mayor parte de los nor-irlandeses han votado por partidos pro-europeos.


Para el sucesor o sucesora de May hay otra bomba de tiempo aparte de la escocesa, pues Irlanda del Norte no va a aceptar la reintroducción de controles fronterizos, algo que atenta el plan de paz y rechaza la mayor parte de sus habitantes.

Sinn Féin, el partido nacionalista radical anteriormente al Ejercito Republicano Irlandés (IRA), acaba de colocar a uno de sus militantes como el alcalde de Belfast, la capital de dicha provincia. Los nacionalistas quieren aprovechar la crisis del Brexit para demandar una referendo para reunificarse con la República de Irlanda.

Perspectivas
Quien va a reemplazar a Theresa May encuentra hoy en una situación mucho peor que con su mandato. Por un lado el o la nuevo premier ha de quedar presionado por el ascenso del Partido del Brexit para adoptar políticas duras frente a la UE (las cuales son muy populares dentro de los 125,000 militantes tories, los cuales son en su mayoría euro-escépticos que viven en Inglaterra y que son adultos mayores). Por otro, queda claro que en los otros 3 países que componen el Reino Unido (Escocia, Gales e Irlanda del Norte) han ganado los pro-europeos. Tanto en Escocia como en Irlanda del Norte los separatistas salen mucho más fuertes y van a querer presionar por un nuevo referéndum sobre la UE y otro sobre si quieren seguir o no siendo parte del Reino Unido.


Jeremy Corbyn ha quedado mal parado en las elecciones locales de Inglaterra del 2 de mayo y las europeas del 23 de mayo, pero es el único que puede ofrecer una alternativa de compromiso entre las dos alas sobre el Brexit y también para evitar la ruptura del Reino Unido. Igualmente, es el único que puede hoy ganar unas elecciones generales, escenario al cual UK puede estar obligado a ir pues el parlamento está tan entrampado (ninguna opción tiene mayoría absoluta sobre el Brexit) que a la postre no va a quedar otra salida.

A pesar que Nigel Farage va a reclamar que su Partido del Brexit es el triunfador, lo cierto es que la mayoría de los electores han preferido a partidos pro-europeos, especialmente en Escocia, Irlanda del Norte y Gales (que en el referéndum votó en pro del Brexit).

Elecciones europeas: la peor derrota conservadora en su historia

El partido del brexit y los pro-europeos avanzan
Isaac Bigio
jueves, 30 de mayo de 2019, 15:52 h (CET)

Las elecciones al euro-parlamento han acabado convirtiéndose en una variante de un nuevo referéndum acerca de la Unión Europea (UE) basándose en un solo tema de campaña (a favor o en contra del Brexit). Como efecto de ello han sido muy golpeados los conservadores y los laboristas, los dos grandes partidos históricos que se alternan en el poder desde hace más de 8 décadas y que en las elecciones generales pasadas (2017) sumaron más del 80% de los votos.


Por primera vez en la historia ninguno de estos dos fuerzas que concentran casi el 90% de las bancas británicas en el parlamento del Reino Unido no han quedado ninguno de ellos entre los dos primeros puestos.

El electorado ha quedado polarizado entre el Partido del Brexit que concentra a todos los que protestan porque aún el Reino Unido no ha roto con la Unión Europea y los partidos pro-UE como los liberal-demócratas, los verdes y los nacionalistas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

Escribimos estas líneas cuando solamente se han publicado una parte, pero no todos, los resultados y no se sabe aún los porcentajes y números exactos. Sin embargo, con los datos existentes se puede ir presentando una imagen de lo que ha venido pasando.

A nivel de Gran Bretaña el Partido del Brexit sale primero con un 32%, los liberal-demócratas segundos con un 20%, los laboristas con 14%, los verdes con 12%, los conservadores con 9%, y CHUK y UKIP con 3% cada uno.

Mientras el Partido del Brexit se va a jactar de haber ganado, los pro-europeos creen que ellos suman más votos. El argumento es que la suma de los votos del Partido del Brexit y del UKIP es de un 35% mientras que el de la suma de los partidos pro-UE como los liberal-demócratas, los verdes, CHUK y los nacionalistas en Escocia y Gales bordean el 40%. La suma de los conservadores y de los laboristas quienes tienen alas pro y anti Brexit suman menos del 25%.

El partido del Brexit
Este movimiento gana superando el 30% de los votos. Este partido fue fundado oficialmente hace 2 meses y ha podido vencer en Inglaterra y Gales en torno a una consigna “se debe implementar el Brexit ya” mientras que cuestionan a los grandes partidos (conservadores y laboristas) por no haberlo podido implementar.


Al igual que en las pasadas euro-elecciones del 2014 Nigel Farage, el portavoz de la ruptura radical con la UE y de hacer que UK tenga una economía similar a la de EEUU, volvió a ganar. Antes lo hizo comandando al UKIP, el cual se fue a pique cuando se fue asociando con racistas anti-musulmanes y Farage se fue de allí. Hoy lo ha hecho con el Partido del Brexit.

Este último no tiene programa ni manifestó. Se ha cuidado de no caer en la retórica anti-inmigrante y s ha concentrado en pedir que se respete la democracia y el voto del referéndum. Sus colores azulados y su símbolo (una flecha que apunta a la derecha), si como sus candidatos, han buscado capitalizar al electorado tory y dividir en los hechos a los conservadores.

Desplome de los conservadores
Nunca antes los conservadores en toda su larga historia han sacado tan malos resultados en unas elecciones a nivel nacional. Los tories tienen unos tres siglos de trayectoria y son el partido que más ha gobernado en Reino Unido y también en cualquier otra democracia multipartidaria del mundo.


En todas las elecciones a nivel nacional que se han venido dando por lo menos en el último siglo los conservadores quedaban entre los dos primeros puestos. Esta es la primera vez que no quedan entre los finalistas, y, encima, entre el cuarto y quinto lugar.

Lo más bajo que los conservadores han sacado en una elección nacional es un cuarto de los votos y esta vez puede que no lleguen ni al décimo de los votos.

Nunca antes en la historia el partido de gobierno ha perdido por tanto en Reino Unido. Todo ello va a acrecentar su crisis y va a paralizar al nuevo gobierno, el cual sabe que no va a contar con una mayoría parlamentaria absoluta, que está bajo la presión del ascenso del Partido del Brexit y de los nacionalistas en Escocia, Gales e Irlanda del Norte. May debió renunciar a su cargo antes que el público se enterase de esos desastrosos resultados que van a hacer que ella se despida como la jefa de gobierno menos exitosa de la post-guerra.

Laboristas
El éxito de Corbyn en las elecciones generales del 2017 fue el pasar por encima de las divisiones en torno al Brexit y la UE para concentrarse en cuestiones sociales. Empero, a medida que el Brexit se ha ido convirtiendo en el eje de la agenda nacional, el puente que Corbyn quiso poner entre mantenerse en el mercado común con Europa pero salirse de la UE ha quedado roto por la polarización entre los pro y anti europeos. Esto ya se veía venir en las elecciones locales de Inglaterra del 2 de mayo donde los rojos debieron haber ganado y canalizado el desplome conservador, pero, en cambio, también perdieron puntos (aunque no en el grado de los azules).


Inicialmente el laborismo encabezaba todas las encuestas de cara a las elecciones europeas, pero al final terminó reduciéndose a pelear el segundo puesto con los liberales-demócratas. Por un lado Corbyn se negó a polemizar con Nigel Farage pensando que le pudiese dar tribuna a alguien que, al inverso suyo, no tiene posibilidades de llegar a ser primer ministro. Por otro lado, el laborismo no pudo calar dentro de los pro-europeos al no demandar un nuevo referéndum para ratificar cualquier acuerdo de salida de la UE.

Hoy el laborismo acaba de perder en Londres, su bastión histórico, y ha quedado quinto en Escocia, el país de donde provinieron sus últimos dos primeros ministros (Tony Blair y Gordon Brown) y que hasta hace una década atrás era otro reducto histórico suyo.

El centro pro-europeo

El partido liberal-demócrata, que llegó a quedar quinto en las euro-elecciones pasadas y que fue duramente castigado por haber estado en el quinquenio de David Cameron, se ha recuperada encarnando el polo anti-Brexit.

Por primera vez en su historia han vencido en Londres, mientras que en el 2009 ganó en la capital los conservadores y en el 2014 los laboristas. Esa recuperación es un gran logro pues en los comicios para la alcaldía y la asamblea de Londres del 2016 los amarillos quedaron en quinto puesto por debajo de los laboristas, los tories, los verdes y el UKIP, en ese orden.


CHUK (Change UK), un nuevo partido liderado por Chuka Umunna, no pudo despegar. Chuka cometió el error de no ir en alianza con los liberal-demócratas pensando que un nuevo movimiento timoneado por él y con un sigla similar a su nombre podría tener un gran impacto. Hoy varios de sus seguidores y dirigentes piden aliarse con los liberales so fusionarse con ellos.

En 1983 se dio antes una alianza entre los liberales y el ala derecha socialdemócrata que rompió con el laborismo. Chuka quiso evitar es mismo escenario para evitar ser tragado por los liberales, pero con ello evitó que una coalición con ellos hubiese polarizado al país entre este centro pro-UE y el Partido del Brexit. Ahora derrotado debe buscar sumarse a este proyecto.

Los liberal-demócratas vienen consiguiendo el segundo lugar a los laboristas en Inglaterra, algo que no tiene precedente. Los amarillos siempre han quedado detrás de los azules y de los rojos, pero esta es la primera vez que ello se revierte.

Los verdes
Han tenido un gran avance en toda Europa canalizando las inquietudes ante los efectos del cambio climático global y demandando medidas sociales. En Reino Unido han capitalizado a muchos pro-europeos, pero no han logrado superar al centro liberal, el cual apela más al electorado tradicional tory.

Sin embargo, ellos han logrado importantes avances y van a incrementar su actual bancada de 3 euro-diputados. En diversas regiones los verdes han llegado a superar a los conservadores, los liberales o los laboristas, en tanto que se estima que por primera vez ellos van a superar el 10% de la votación nacional.

Los nacionalistas
Han crecido en Gales y Escocia convirtiéndose en la principal fuerza anti-Brexit y poniendo los intereses de sus naciones frente al estancamiento de los dos grandes partidos (conservadores y laboristas) divididos internamente en torno al Brexit, y ante el liberalismo que en estos países tiene algo de arraigo, pero no mucho.


En Escocia el SNP ha ganado con el 40% de los votos y con su aplastante victoria, al separatismo escocés se les permite chantajear al gobierno con la posibilidad de pedir un nuevo referéndum pro-independencia en caso que UK decida un Brexit duro.

El Partido de Gales por primera vez en su casi centenaria historia ha superado al laborismo en su país y ha quedado allí en segundo puesto.

Irlanda del norte
El Partido Unionista Democrático (DUP) que es el único con representación en el parlamento de UK ha quedado castigado mientras que la mayor parte de los nor-irlandeses han votado por partidos pro-europeos.


Para el sucesor o sucesora de May hay otra bomba de tiempo aparte de la escocesa, pues Irlanda del Norte no va a aceptar la reintroducción de controles fronterizos, algo que atenta el plan de paz y rechaza la mayor parte de sus habitantes.

Sinn Féin, el partido nacionalista radical anteriormente al Ejercito Republicano Irlandés (IRA), acaba de colocar a uno de sus militantes como el alcalde de Belfast, la capital de dicha provincia. Los nacionalistas quieren aprovechar la crisis del Brexit para demandar una referendo para reunificarse con la República de Irlanda.

Perspectivas
Quien va a reemplazar a Theresa May encuentra hoy en una situación mucho peor que con su mandato. Por un lado el o la nuevo premier ha de quedar presionado por el ascenso del Partido del Brexit para adoptar políticas duras frente a la UE (las cuales son muy populares dentro de los 125,000 militantes tories, los cuales son en su mayoría euro-escépticos que viven en Inglaterra y que son adultos mayores). Por otro, queda claro que en los otros 3 países que componen el Reino Unido (Escocia, Gales e Irlanda del Norte) han ganado los pro-europeos. Tanto en Escocia como en Irlanda del Norte los separatistas salen mucho más fuertes y van a querer presionar por un nuevo referéndum sobre la UE y otro sobre si quieren seguir o no siendo parte del Reino Unido.


Jeremy Corbyn ha quedado mal parado en las elecciones locales de Inglaterra del 2 de mayo y las europeas del 23 de mayo, pero es el único que puede ofrecer una alternativa de compromiso entre las dos alas sobre el Brexit y también para evitar la ruptura del Reino Unido. Igualmente, es el único que puede hoy ganar unas elecciones generales, escenario al cual UK puede estar obligado a ir pues el parlamento está tan entrampado (ninguna opción tiene mayoría absoluta sobre el Brexit) que a la postre no va a quedar otra salida.

A pesar que Nigel Farage va a reclamar que su Partido del Brexit es el triunfador, lo cierto es que la mayoría de los electores han preferido a partidos pro-europeos, especialmente en Escocia, Irlanda del Norte y Gales (que en el referéndum votó en pro del Brexit).

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