Apenas han transcurrido diez días de la marcha triunfal de Fernando Alonso en el Gran Premio de España, cruzando la meta el primero derrapando y con las manos fuera del monoplaza, y ya están todos los pilotos con sus máquinas preparadas para la siguiente carrera. De Mont- meló pasamos al trazado mítico de la Fórmula 1: Mont- ecarlo, el más antiguo, el que marca el resto de carreras del calendario, donde se centra todo el glamour y donde los pilotos sienten algo extraño mientras conducen por su asfalto.
Después de la victoria épica en casa, Alonso parte como favorito, a pesar de que nunca se ha subido al podio en el circuito monegasco. Lo máximo que ha conseguido es una cuarta plaza, y fue el año pasado, debido entre otros factores a la gran carga de gasolina que le puso su equipo, que muchas veces le complican las cosas para que no pueda ganar.
En cuanto a los aspectos técnicos, el trazado de Mónaco también es especial porque es el único circuito urbano en toda Europa, el más duro, pero a la vez el más corto, solo tiene 3.340 metros. Además es el único con un túnel, y es el que tiene la curva más lenta, la loews, a tan solo 45 kilómetros por hora. Todo esto hace presagiar incertidumbre e incógnita. La sesión de clasificación de mañana va a ser crucial para la carrera del domingo, porque en este circuito es muy difícil de adelantar por no decir imposible. El único sitio donde se pueden progresar posiciones es a la salida del túnel pero tiene el peligro del foco de luz que ciega a los pilotos cuando marchan a velocidades de infarto.
Tras la primera jornada de entrenamientos libres podemos sacar algunas claves. Renault y Fernando vienen fuertes, eso no es sorpresa, pero sí lo es que Maclaren parece que vuelve. Montoya acabó en la sesión por delante del asturiano, y Kimi siempre está al acecho. Quizá Ferrari se queda un poco atrás porque Bridgestone no acompaña con los neumáticos, pero no hay que fiarse porque Schumacher quiere revancha y se le da bien este premio, ya lo ha ganado cinco veces, aunque no lo hace desde el 2001.
La emoción está servida y el duelo Alonso-Schumi esperemos que también. Mónaco es agradable para el alemán pero Fernando está crecido y va a por todas. Setenta y ocho vueltas mareantes nos desvelarán el resultado. Lo siento, pero todavía hay que aguantar dos días para descubrir de nuevo la magia de Montecarlo.