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Adrián Candal

Herida sangrante al deporte

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El conocido director del equipo ciclístico Liberty Seguros, Manuel Saiz, y el ginecólogo y médico deportivo Eufemiano Fuentes, fueron detenidos el pasado martes junto a otras tres personas más por estar supuestamente implicados en un escándalo de dopaje en el mundo del deporte. Por el momento se desconocen cuantas personas más están implicadas en este asunto.

La Guardia Civil, que ha llevado la investigación desde el principio, ha incautado a los detenidos numerosos medicamentos y medios para poder manipular la sangre de los corredores. Un arcón cargado con un centenar de bolsas de sangre, otras tantas de plasma, anabolizantes, epo.... La práctica que intentaban realizar se conoce con el nombre de autotransfusión. Se trata de una táctica muy difícil de detectar por los controles antidopaje ya que utilizan la propia sangre del deportista.Al corredor se le extrae una muestra sanguínea propia durante entrenamientos en alta montaña. Esa sangre es manipulada y congelada. En el transcurso de la competición, esa sangre es reinyectada en el ciclista, y así mejora su rendimiento al ser aumentado su nivel de hematocrito.

‘Manolo’ Saiz, tal y como es conocido popularmente, aceptó hace un par de meses el positivo en unas pruebas por dopaje que dio su corredor estrella, Roberto Heras. El bejarano fue desposeído de su cuarta Vuelta a España e inhabilitado durante dos años. En ese momento, Saiz de desentendió del asunto, y aceptó el castigo a su corredor. Ahora la justicia lo ha interceptado a él y a otros cuatro más. Saiz es uno de los fundadores de la 'nueva era del ciclismo', lo que es conocido con el nombre de UCI-Pro Tour.

Eufemiano Fuentes es, seguramente, el médico más conocido del mundo del ciclismo. Fuentes recibía cada día a decenas de corredores y dirigentes para darles consejos que mejorasen su rendimiento deportivo. Les recetaba medicamentos, y supuestamente, les inducía a realizar prácticas ilegales. ante su consulta han acudido jugadores de baloncesto, de fútbol, atletas y otros deportistas. además, ha sido contratado por la Unión Deportiva Las Palmas y por otros dos equipos de primera para el asesoramiento médico.

Las detenciones de estos sujetos no hacen más que verificar la teoría que todo el mundo poseía ya sobre la turbulencia que se movía tras el deporte de la bicicleta. Ahora la Guardia Civil ha comenzado a tirar de una manta que no se sabe donde acabará. No se sabe quién caerá, pero se trata de uno de los escándalos más sangrantes del deporte de este país.

La reputación de Saiz, Fuentes y todo lo que tenga relación con ellos ha quedado permanentemente dañada. Al igual que le pasó entonces a Roberto Heras, la carrera de estos personajes se ha terminado. Entonces se lavaron las manos. En estos momentos, ellos están en esa misma situación, y seguro que otros también se las lavarán ahora. Pero lo peor no es el daño personal, es el daño al prestigio del ciclismo, un deporte sano y puro por naturaleza. Y también al deporte español. La justicia y la legislación han de ser todo lo duras que se pueda con unas prácticas que no solo manipulan una competición, sino que también pueden causar la muerte al deportista.

Por ello Fuentes, y los que lo secundan, nunca deberían llamarse médicos. Un médico es un hombre que busca aconsejar, curar y mejorar la salud de una persona. En este caso solo mejorarían el rendimiento deportivo, pero a la larga el deportista lo pagaría con su salud. Entonces, ¿dónde está su función médica?

El daño es más grave de lo que parece. Ahora, cuando un hombre gane una etapa de montaña en una carrera ciclística, cuando Iban Basso venza en el Giro, o cuando un corredor arrase en una contrarreloj, la pregunta que se hará el pueblo será ¿cuanto se ha metido este?. Será inevitable.

Por eso, el UCI-Pro Tour ha de ser extremadamente duro. Empezar de cero. Limpiar la manzana podrida. Porque en el ciclismo se está demostrando que el dopaje no es flor de un día. El año pasado salió uno. Este año otro, y tarde o temprano saldrán todos. Esto hay que eliminarlo de raíz. El deporte ha de seguir teniendo el nombre que tiene.

Herida sangrante al deporte

Adrián Candal
Adrián Candal
viernes, 26 de mayo de 2006, 21:57 h (CET)
El conocido director del equipo ciclístico Liberty Seguros, Manuel Saiz, y el ginecólogo y médico deportivo Eufemiano Fuentes, fueron detenidos el pasado martes junto a otras tres personas más por estar supuestamente implicados en un escándalo de dopaje en el mundo del deporte. Por el momento se desconocen cuantas personas más están implicadas en este asunto.

La Guardia Civil, que ha llevado la investigación desde el principio, ha incautado a los detenidos numerosos medicamentos y medios para poder manipular la sangre de los corredores. Un arcón cargado con un centenar de bolsas de sangre, otras tantas de plasma, anabolizantes, epo.... La práctica que intentaban realizar se conoce con el nombre de autotransfusión. Se trata de una táctica muy difícil de detectar por los controles antidopaje ya que utilizan la propia sangre del deportista.Al corredor se le extrae una muestra sanguínea propia durante entrenamientos en alta montaña. Esa sangre es manipulada y congelada. En el transcurso de la competición, esa sangre es reinyectada en el ciclista, y así mejora su rendimiento al ser aumentado su nivel de hematocrito.

‘Manolo’ Saiz, tal y como es conocido popularmente, aceptó hace un par de meses el positivo en unas pruebas por dopaje que dio su corredor estrella, Roberto Heras. El bejarano fue desposeído de su cuarta Vuelta a España e inhabilitado durante dos años. En ese momento, Saiz de desentendió del asunto, y aceptó el castigo a su corredor. Ahora la justicia lo ha interceptado a él y a otros cuatro más. Saiz es uno de los fundadores de la 'nueva era del ciclismo', lo que es conocido con el nombre de UCI-Pro Tour.

Eufemiano Fuentes es, seguramente, el médico más conocido del mundo del ciclismo. Fuentes recibía cada día a decenas de corredores y dirigentes para darles consejos que mejorasen su rendimiento deportivo. Les recetaba medicamentos, y supuestamente, les inducía a realizar prácticas ilegales. ante su consulta han acudido jugadores de baloncesto, de fútbol, atletas y otros deportistas. además, ha sido contratado por la Unión Deportiva Las Palmas y por otros dos equipos de primera para el asesoramiento médico.

Las detenciones de estos sujetos no hacen más que verificar la teoría que todo el mundo poseía ya sobre la turbulencia que se movía tras el deporte de la bicicleta. Ahora la Guardia Civil ha comenzado a tirar de una manta que no se sabe donde acabará. No se sabe quién caerá, pero se trata de uno de los escándalos más sangrantes del deporte de este país.

La reputación de Saiz, Fuentes y todo lo que tenga relación con ellos ha quedado permanentemente dañada. Al igual que le pasó entonces a Roberto Heras, la carrera de estos personajes se ha terminado. Entonces se lavaron las manos. En estos momentos, ellos están en esa misma situación, y seguro que otros también se las lavarán ahora. Pero lo peor no es el daño personal, es el daño al prestigio del ciclismo, un deporte sano y puro por naturaleza. Y también al deporte español. La justicia y la legislación han de ser todo lo duras que se pueda con unas prácticas que no solo manipulan una competición, sino que también pueden causar la muerte al deportista.

Por ello Fuentes, y los que lo secundan, nunca deberían llamarse médicos. Un médico es un hombre que busca aconsejar, curar y mejorar la salud de una persona. En este caso solo mejorarían el rendimiento deportivo, pero a la larga el deportista lo pagaría con su salud. Entonces, ¿dónde está su función médica?

El daño es más grave de lo que parece. Ahora, cuando un hombre gane una etapa de montaña en una carrera ciclística, cuando Iban Basso venza en el Giro, o cuando un corredor arrase en una contrarreloj, la pregunta que se hará el pueblo será ¿cuanto se ha metido este?. Será inevitable.

Por eso, el UCI-Pro Tour ha de ser extremadamente duro. Empezar de cero. Limpiar la manzana podrida. Porque en el ciclismo se está demostrando que el dopaje no es flor de un día. El año pasado salió uno. Este año otro, y tarde o temprano saldrán todos. Esto hay que eliminarlo de raíz. El deporte ha de seguir teniendo el nombre que tiene.

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