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Los padres sobreprotectores suelen considerarse muy buenos padres. En una viñeta de Rudy Pali se ve como una mamá le está haciendo los deberes a su hijito, que consisten en escribir en una pizarra 40 veces la frase “debo aprender a hacer las cosas solito”. Cuando llega a la 39 la mamá le entrega la tiza al niño mientras le dice: “¡Toma, la última escríbela tú!”
Donde mejor encaja la educación liberal es en el estilo paterno permisivo, que se basa en la transigencia: hay afecto pero no control y exigencia; casi todo está permitido; no se establecen normas de conducta ni límites. Los hijos rehúyen el esfuerzo, lo que genera malos resultados escolares.
El estilo autoritativo o democrático (nada que ver con el autoritario), está considerado por los expertos como el mejor, porque combina la exigencia con la persuasión; se marcan límites al comportamiento de los hijos pero en un clima participativo y estimulante; favorece la libertad responsable y crea una elevada motivación de logro.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, cuyo ideólogo sería el actual candidato a Lehendakari, Pello Otxandiano, quien decidió revisar la anterior estrategia de Bildu e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica.
El pasado martes mientras limpiaba uno de los patios de colegio que me toca dos veces a la semana, una niña intentaba proteger a una abeja que no podía volar cogiéndola con una hoja y la apartó para que nadie la pisara estando pendiente para ver si se podía recuperar a lo que se sumaron una compañera y un compañero. Gestos que demuestran más empatía que muchos adultos.
En la colosal vorágine de los tiempos modernos, nos encontramos enredados en un tejido de deseos y ansias desbocadas. Nos hemos convertido en una sociedad dominada por la avaricia, un apetito voraz que desemboca en la insaciabilidad. La hambruna crónica de la insatisfacción. Más y más por el mero más y más. Lejos queda la capacidad personal y colectiva de detenernos a pensar quiénes somos y echar la vista atrás para recapitular de dónde venimos.
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