Pocas horas restan ya para que el Liverpool de Jürgen Klopp aterrice en la Ciudad Condal para enfrentarse al Barça en las semifinales de la Liga de Campeones. La jornada, que curiosamente coincide con el festejo a nivel nacional del Día Internacional de los Trabajadores, se posiciona como una de las de mayor voltaje de las que se han disputado esta temporada en Champions.

El Barça llega al encuentro como claro favorito para alzarse con la victoria, tal y como lo recogen los medios especializados en pronósticos como Oddschecker. Lo hace también con el título liguero bajo el brazo y con la final de Copa del Rey en el horizonte. Los de Ernesto Valverde han hecho una campaña espectacular y están a solo un paso de conseguir su tercer triplete en menos de una década. La Triple Corona es, sin duda alguna, el mejor aliciente para dejarse la piel en el terreno de juego el próximo 1 de mayo ante el conjunto inglés. Los blaugrana necesitan una victoria holgada si quieren llegar a Anfield con la tranquilidad de quien sabe que las tiene todas consigo, pero no parece que los reds se lo vayan a poner especialmente fácil a los catalanes. De hecho, si echamos la vista atrás, el conjunto inglés sale mejor parado que los de Valverde.

A lo largo de la historia, Barça y Liverpool se han visto las caras hasta en 8 ocasiones con resultados poco favorables para los catalanes. Los blaugrana solo consiguieron ganar dos de los 8 encuentros, curiosamente ambas victorias tuvieron lugar en el fortín de los ingleses, mientras que los reds se alzaron con el triunfo en tres ocasiones. Los tres partidos restantes se saldaron con sendos empates, dos de ellos a ceros.

Si nos centramos en las eliminatorias que ambos conjuntos han disputado, las cosas se ponen todavía peor para el Barça. La primera eliminatoria que enfrentó a españoles y británicos, que también fue su primer partido como rivales, tuvo lugar en 1976 en las semifinales de la antigua Copa de la UEFA. En aquella ocasión el Liverpool se impuso en el Camp Nou gracias a un gol de Toshack, mientras que en el partido de vuelta en Anfield el Barça consiguió un empate a uno que fue insuficiente para pasar a la siguiente ronda de la competición.

La segunda derrota en una fase eliminatoria tuvo lugar en 2001, de nuevo en las semifinales de la UEFA. El pase de los reds a la final, la cual terminarían ganando por 5 a 4 contra el Alavés en una épica batalla, se materializó gracias a un penalti provocado por una mano de Kluivert en Anfield. Gary McAllister sería el encargado de transformar en gol la oportunidad que le brindaron en bandeja los catalanes, asegurándose así su billete a la gran final. Para más inri fue el único gol de la eliminatoria.

Sin embargo, la eliminación más dolorosa para los azulgrana fue la de la temporada 2006-2007. El conjunto culé, por aquel entonces comandado por Frank Rijkaard, llegaba a octavos de final como claro favorito para alzarse con la victoria desde su puesto de vigente campeón. La excesiva confianza con la que el Barça salió al terreno de juego le pasó factura, y el tanto inicial de Deco se quedó en nada tras la remontada con tantos de Bellamy y Riise. En el partido de vuelta en Anfield, y con un 1-2 a sus espaldas, los catalanes consiguieron dominar el encuentro, pero el gol de Gudjohnsen, que había entrado al campo tan solo unos minutos antes de marcar, no fue suficiente. El Barça caía en octavos en una noche de justicia poética: en la temporada anterior, el Liverpool también había sido eliminado en octavos a pesar de ostentar el título de campeón.

Esta victoria frente al equipo catalán le dio el pase a la última fase de la competición a un Liverpool que volvería a recrear la antológica final de Estambul frente al Milan de Ancelotti. Si bien en la campaña de 2004-2005 los reds se alzaron con el título, en la de 2006-2007 no tuvieron tanta suerte y finalmente la Copa fue levantada por los italianos.

En vista a estos datos, la trayectoria de los ingleses se posiciona como un buen motivo para que los de Valverde se anden con pies de plomo. El Liverpool llega a la ansiada cita europea en muy buen estado, por lo que el Barça deberá mostrar su mejor cara en casa si no quiere que la historia se repita.