Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Etiquetas | A un toque
Luciano Sabatini

A tortas con las fechas

|

La conclusión de la liga no solo nos trae un flamante campeón, el Barcelona, un par de equipos que no han hecho sus deberes, léase Real Madrid y Atleti, y las decepciones y tristezas de los recién descendidos a segunda, Málaga y Cádiz por el momento. Sino que también nos propone como ingrediente especial la polémica y la consecuente reflexión sobre el calendario que tenemos.

La verdad es que a la Federación no se le podría haber complicado más el año en cuanto a las fechas. Año de discordia y partidos suspendidos, como el Valencia – Deportivo de Copa, que cedió el protagonismo a Mejía Dávila merced a un energúmeno que arrojó un objeto a uno de sus jueces de línea, y éste no lo dudó: “se suspende el partido”. Este hecho comenzó a trastocar todo el calendario de la Copa, hasta el punto que las dos semifinales entre Real Madrid y Zaragoza, Espanyol y Deportivo tuvieron que jugarse en fechas diferentes, un verdadero disparate.

A pesar de las recomendaciones de la UEFA, la Federación insiste en conservar una liga con 20 equipos, cuando muchas de las ligas europeas ya han probado con mejores resultados una primera división con 18 equipos, con menos partidos y más rendimiento. Igual de rocambolesco era el sistema del torneo del KO hasta hace pocos años, con partido de ida y vuelta en las primeras eliminatorias. De esta forma, la Copa, además de perder emoción, ingrediente que le da vida al torneo, sobrecargaba aún más el calendario.

Atrás quedaron los tiempos en los que la jornada de fútbol cobraba vida los fines de semana. Ahora, hemos reinventado la fórmula y tenemos fútbol de liga los domingos y los miércoles, Champions los martes, UEFA los jueves, y Copa dónde y cuándo podemos. Para los amantes del balón es a priori una buena noticia, pero este empacho de partidos hace que cada vez se vea menos fútbol y más estrategia, ya que los cortos tiempos de recuperación no dejan espacio para que aflore la creatividad, y cunde el miedo y las precauciones defensivas. Evidente, si un jugador se lesiona por un mes podría perderse hasta 9 ó 10 partidos, inaceptable, pensaran los dirigentes de los equipos.

Para cerrar el año, la climatología de Sevilla nos dejaría una sorpresa más. Ciudad calurosa y seca donde las haya, eligió aquel domingo 23 de Abril para romper con un aguacero de lluvia y granizo, castigando el Sánchez Pizjuan, y poniendo en riesgo la disputa del partido entre Sevilla y Barcelona. Rápidamente los dirigentes de ambos bandos se dieron cuenta de que se podía sacar tajada de la situación, y con la proximidad de las semifinales europeas ante Shalke 04 y Milan respectivamente, no hicieron nada por jugar el partido, a pesar de que el temporal comenzó a amainar. El partido más tarde que temprano podría haberse jugado y no se hizo. Las consecuencias de tal acto han sido más catastróficas que el propio aguacero, y la Federación ya era consciente de ello: no hay fechas libres para que se recuperara el partido.

En un año de cita mundialista, en el que la FIFA había pedido que todos los jugadores acabaran sus competiciones domésticas el 15 de Mayo, la liga española tenía un papelón entre manos. La primera solución, trasladar el Sevilla – Barcelona para cuando terminara la liga no convenció a nadie, especialmente a Celta, Deportivo y Villarreal que pelean con el equipo hispalense por un puesto europeo. Fernando Vázquez, entrenador de los de Vigo, puso el grito en el cielo, la competición se vería seriamente alterada. Menos mal que alguien puso algo de cordura. La solución definitiva ha sido mover fechas y partidos, Sevilla – Real Madrid, Athletic – Barcelona, etc… de tal forma que ya no se sabe si disputamos la última, penúltima o que sé yo jornada de liga. Una auténtica chapuza. Aunque desobedecida, la FIFA, observa perpleja nuestro calendario, y decide conceder el indulto a la Federación, y que los españolitos nos las arreglemos y acabemos rápido.

Luego los hay como Piterman, gran entendedor de este deporte, que proponen así, de forma bravucona un sistema de liga con fase regular y unos play offs para decidir el campeón, al más puro estilo NBA. “Se ganaría en emoción hasta el final…”, aventuró el dueño por decreto financiero del Alavés; “¡Cierto!”, contestaría de seguro el defenestrado Fernando Martín; pero, ¿Se ha parado a pensar el presidente ucraniano de dónde se sacarían las fechas para sumarle más partidos al rebosante calendario? ¿Va a jugar él en Julio cuando los jugadores estén en la playa o qué? Seamos serios, Sr. Piterman, que seguro que en su mundo se puede comprar todo con los verdes de Theodore Roosvelt, todo menos el tiempo.

Deberíamos aprender del respeto, señorío, y buen hacer de la federación inglesa y de los equipos de la Premier, que juegan partidos hasta en navidad, a veces cuatro por semana y no se quejan, todo para llegar a final de liga cumpliendo las fechas, y respetando a sus mundialistas. Con 50 partidos entre pecho y espalda, veremos como llegan los jugadores de España al Mundial de Alemania. Liga y Federación deberían reflexionar.

A tortas con las fechas

Luciano Sabatini
Luciano Sabatini
domingo, 14 de mayo de 2006, 20:28 h (CET)
La conclusión de la liga no solo nos trae un flamante campeón, el Barcelona, un par de equipos que no han hecho sus deberes, léase Real Madrid y Atleti, y las decepciones y tristezas de los recién descendidos a segunda, Málaga y Cádiz por el momento. Sino que también nos propone como ingrediente especial la polémica y la consecuente reflexión sobre el calendario que tenemos.

La verdad es que a la Federación no se le podría haber complicado más el año en cuanto a las fechas. Año de discordia y partidos suspendidos, como el Valencia – Deportivo de Copa, que cedió el protagonismo a Mejía Dávila merced a un energúmeno que arrojó un objeto a uno de sus jueces de línea, y éste no lo dudó: “se suspende el partido”. Este hecho comenzó a trastocar todo el calendario de la Copa, hasta el punto que las dos semifinales entre Real Madrid y Zaragoza, Espanyol y Deportivo tuvieron que jugarse en fechas diferentes, un verdadero disparate.

A pesar de las recomendaciones de la UEFA, la Federación insiste en conservar una liga con 20 equipos, cuando muchas de las ligas europeas ya han probado con mejores resultados una primera división con 18 equipos, con menos partidos y más rendimiento. Igual de rocambolesco era el sistema del torneo del KO hasta hace pocos años, con partido de ida y vuelta en las primeras eliminatorias. De esta forma, la Copa, además de perder emoción, ingrediente que le da vida al torneo, sobrecargaba aún más el calendario.

Atrás quedaron los tiempos en los que la jornada de fútbol cobraba vida los fines de semana. Ahora, hemos reinventado la fórmula y tenemos fútbol de liga los domingos y los miércoles, Champions los martes, UEFA los jueves, y Copa dónde y cuándo podemos. Para los amantes del balón es a priori una buena noticia, pero este empacho de partidos hace que cada vez se vea menos fútbol y más estrategia, ya que los cortos tiempos de recuperación no dejan espacio para que aflore la creatividad, y cunde el miedo y las precauciones defensivas. Evidente, si un jugador se lesiona por un mes podría perderse hasta 9 ó 10 partidos, inaceptable, pensaran los dirigentes de los equipos.

Para cerrar el año, la climatología de Sevilla nos dejaría una sorpresa más. Ciudad calurosa y seca donde las haya, eligió aquel domingo 23 de Abril para romper con un aguacero de lluvia y granizo, castigando el Sánchez Pizjuan, y poniendo en riesgo la disputa del partido entre Sevilla y Barcelona. Rápidamente los dirigentes de ambos bandos se dieron cuenta de que se podía sacar tajada de la situación, y con la proximidad de las semifinales europeas ante Shalke 04 y Milan respectivamente, no hicieron nada por jugar el partido, a pesar de que el temporal comenzó a amainar. El partido más tarde que temprano podría haberse jugado y no se hizo. Las consecuencias de tal acto han sido más catastróficas que el propio aguacero, y la Federación ya era consciente de ello: no hay fechas libres para que se recuperara el partido.

En un año de cita mundialista, en el que la FIFA había pedido que todos los jugadores acabaran sus competiciones domésticas el 15 de Mayo, la liga española tenía un papelón entre manos. La primera solución, trasladar el Sevilla – Barcelona para cuando terminara la liga no convenció a nadie, especialmente a Celta, Deportivo y Villarreal que pelean con el equipo hispalense por un puesto europeo. Fernando Vázquez, entrenador de los de Vigo, puso el grito en el cielo, la competición se vería seriamente alterada. Menos mal que alguien puso algo de cordura. La solución definitiva ha sido mover fechas y partidos, Sevilla – Real Madrid, Athletic – Barcelona, etc… de tal forma que ya no se sabe si disputamos la última, penúltima o que sé yo jornada de liga. Una auténtica chapuza. Aunque desobedecida, la FIFA, observa perpleja nuestro calendario, y decide conceder el indulto a la Federación, y que los españolitos nos las arreglemos y acabemos rápido.

Luego los hay como Piterman, gran entendedor de este deporte, que proponen así, de forma bravucona un sistema de liga con fase regular y unos play offs para decidir el campeón, al más puro estilo NBA. “Se ganaría en emoción hasta el final…”, aventuró el dueño por decreto financiero del Alavés; “¡Cierto!”, contestaría de seguro el defenestrado Fernando Martín; pero, ¿Se ha parado a pensar el presidente ucraniano de dónde se sacarían las fechas para sumarle más partidos al rebosante calendario? ¿Va a jugar él en Julio cuando los jugadores estén en la playa o qué? Seamos serios, Sr. Piterman, que seguro que en su mundo se puede comprar todo con los verdes de Theodore Roosvelt, todo menos el tiempo.

Deberíamos aprender del respeto, señorío, y buen hacer de la federación inglesa y de los equipos de la Premier, que juegan partidos hasta en navidad, a veces cuatro por semana y no se quejan, todo para llegar a final de liga cumpliendo las fechas, y respetando a sus mundialistas. Con 50 partidos entre pecho y espalda, veremos como llegan los jugadores de España al Mundial de Alemania. Liga y Federación deberían reflexionar.

Noticias relacionadas

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto