El Real Madrid y el Granada se verán las caras en Vistalegre con sus objetivos ya cumplidos antes de que finalice la temporada regular. Los de Valdeolmillos salvaron la categoría en gran parte debido a la importante aportación del fichaje de su pívot estadounidense Curtis Borchardt. Los blancos usarán el partido como un entrenamiento más en vistas a los playoffs.
Antonio Martín / Enviado especial a Vistalegre
Orgullosos deben sentirse todos los aficionados del Granada, que ha aprobado con mérito en una temporada muy dura e igualada. Los fichajes exteriores para este año, como Roberto Gabini y Nicolás Gianella, han aportado un 'plus' de intensidad al equipo, y mención especial merece el paso adelante efectuado por Juan Pedro Gutiérrez, Jesús Fernández y Nacho Ordín, que a pesar de no cuajar una temporada tan espectacular como la anterior, ha mejorado ostensiblemente en la dirección de juego.
Pero no nos llevemos a engaños; si hay un jugador que ha levantado al equipo, estadistica como mentalmente, es el gigante Curtis Borchardt. Sus números son de MVP si no fuera porque no ha jugado los partidos suficientes para que su candidatura fuera efectiva. Sin duda, su presente merecería mayores metas, pero sus frágiles rodillas frenan constantemente su progresión.
El Real Madrid, tras los días de trabajo y relax en Estepona, vuelve a la competición sin conocer aún su rival en cuartos de final de las eliminatorias por el título. Los candidatos son tres: Tau, Barcelona o DKV, todos equipos peligrosísimos en cualquier caso, que tendrán que verse las caras ante el vigente campeón de la ACB a las primeras de cambio.
Veremos este domingo qué tal les ha sentado a los blancos estos días en la diáspora, y si vuelven a servirles para lograr el título, como ya ocurriera el año pasado.