Decir que vivimos en la era de la comunicación y los medios de masas no es decir nada nuevo. Se da por entendido y está (casi) asimilado en cualquier conversación. Olvidamos con frecuencia que el mundo occidental es egocentrista y nos consideramos el centro de atención y, sobre todo, de cualquier actividad general. Cualquier acontecimiento que no ocurra en occidente o sea visto por estos -nosotros-, es como si no existiese. No cuesta imaginar mucho que algo similar, o peor en algún caso, ocurrirá en otros mundos, como por ejemplo el asiático.
Nos hemos enterado este pasado fin de semana que en un pequeño lugar de Asia, Bután, se ha puesto en venta el primer periódico privado del país. Bután es un diminuto país enclavado entre dos colosos como son la India y China, y está asentado a los pies de la cordillera del Himalaya. Con apenas dos millones de personas, no consiguió su independencia de la India hasta 1949 después de estar bajo control británico.
Este exótico -todo lo desconocido para los occidentales es exótico- país es un auténtico paraíso virgen de la era de la comunicación. Al recién llegado 'Bután Times', que así se llama el nuevo diario, y competirá con el oficialista 'Kuensel', hay que apuntar un par de datos más que corrobora la virginidad en los medios y nuevas tecnologías. Según nos cuentan los corresponsales en Asia, y las agencias de noticias, no fue hasta 1999 cuando se permitió la televisión. Hace apenas tres años que funcionan los teléfonos móviles. Y todos los butaneses están obligados a vestir el traje nacional. Ya esperan para dentro de dos años las primeras elecciones nacionales que convocará el rey Jigme Singye Wagchuck, que tiene poderes absolutos según un decreto real de 1953.
El caso es que, amén de que es uno de los países más pobres -3.477 dólares de PIB per cápita en 2006- y no podemos olvidarlo, Bután suponía, al menos hasta 1999, un paraíso virgen de medios de comunicación de masas. Un lugar en el que poco, o nada, ocurría para occidente. Poco, o nada, ocurría según el punto de vista de occidente. Que no es lo mismo en realidad pero sí lo es para nosotros. Ahora, los butaneses podrán comparar entre dos medios escritos y escoger el diario que más les guste o se acerque a su manera de ver el mundo. Podrán comprobar que otros mundos existen.
Desde luego nadie puede poner en duda que cuantos más medios escritos existan en un país más pluralidad de opinión, en teoría, llegará al ciudadano y estará a su disposición. Nadie puede poner en duda, aunque lo hagan, que la televisión, en sí, per se, no es un utilitario doméstico negativo. Tampoco los teléfonos móviles lo son. El tema que se debe dilucidar es la calidad de lo que se emite por la televisión; la calidad de lo que se escribe en los periódicos; y el uso correcto del teléfono móvil.
No hace falta irse a Asia para comprobar que la cantidad no va ligada a la calidad. Y, cuando hablamos de los medios de comunicación escritos, normalmente, el concepto de cantidad y calidad son antagónicos. ¿Cuántos periódicos se editan al día en España?