Tres jornadas. 9 puntos para que termine una liga (sin contar el Sevilla-Barcelona) que después de la superioridad del equipo blaugrana durante casi toda la temporada dan ganas de cerrarla y que empiece el mundial. Esperemos que la gente de este país no vuelva a comprar humo a los responsables que lo venden con una facilidad pasmosa, antes de cada cita europea o mundialista. Si a estos falaces optimistas a la vez que oportunistas les dieran un euro por kilo de humo vendido, se codearían con las Koplowitz, Bertín Osborne o Julio Iglesias en fiestas de ocasión.

Y quiero que mi país, España, gane el mundial. Pero si somos por una vez realistas y objetivos, nos tenemos que dar cuenta que somos una selección con buenos jugadores, (no confundir con muy buenos jugadores o “cracks”) que llegar a cuartos de final es una buena clasificación y no un fracaso. Que llegar a las grandes citas habiendo batido registros o clasificarse de rebote en una repesca no garantiza el éxito, ni por ser la mejor en tu grupillo, ni por pasar de milagro luego vas a hacer el mundial del siglo.

El problema de nuestra selección, es fácil, aunque muchos no lo quieran reconocer. No sabemos competir. Fallamos en momentos clave donde otras selecciones no fallan. México ’86, USA ’94, Inglaterra ’96, sin recordar los capítulos más recientes. En el otro bando están las selecciones que no fallan. A Zidane no le tembló en pié contra Portugal, Italia se cargó a Holanda en la tanda de penaltis en uno de los peores partidos de Italia de la historia o la peor Alemania también de la historia llegó a la final deshaciéndose de una Corea que nosotros no supimos rematar, aunque nos anularan un gol legal. Al gran Völler le anulan un gol y su equipo hace otro, ¿por qué? Porque saben competir.

Llegamos a Alemania donde nuestra liga es la más potente del mundo, aunque ese salto de calidad lo pongan los Ronaldinho, Ronaldo, Aimar o Riquelme. Suecia, Bulgaria, Turquía o Corea del Sur tienen mejor participación que nosotros, es cruel pero es la verdad. Haber si dejan trabajar a Luis Aragonés y pasamos de ser la selección del “y si…” a la selección del “Por fin en semis…”.

PD: Aviso para optimistas. Si Grecia ganó un europeo, nosotros podemos con un mundial. Hay que aferrarse al dato griego.