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Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | Quim Torra | Puigdemont | Cataluña | Política
El señor P.Sánchez y su gobierno, con la señora Celaá de encubridora oficial de chanchullos, no han hecho, hacen ni harán nada para parar al independentismo del señor Torra. Tienen demasiado que perder

Torra burlándose del Gobierno, la Junta electoral y España. ¡Cáspita!

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Es evidente que estamos rodeados de prensa adversa. Incluso en aquellos medios en los que confiábamos que se mantenían ciertas políticas sensatas, han decido cambiar de orientación para adaptarse a los tiempos, lo que quiere decir que si, para ello, han tenido que prescindir de unos determinados principios y ponerse una camisa política de otro color, no han hecho ascos y lo han hecho. No sabemos si el futuro les va a compensar por ello o, si por el contrario, cuando soplen nuevos vientos que, sin duda alguna soplarán, si no ahora dentro de cuatro años, los que ahora cortan el bacalao se van a ver enviados a la cola del paro. Y esto es lo que va a suceder, más tarde o más temprano, con toda esa prensa catalana que se ha volcado con el independentismo, ha colaborado activamente en todo el proceso de las pasadas elecciones catalanas y en los sucesos del 1.O, sin que descartemos que, a algunos de ellos la Justicia, esta que en la actualidad está juzgando a algunos de los que llevaron la voz cantante en todo el proceso separatista catalán, acabe enviándolos al lugar que les correspondería estar, la cárcel; teniendo en cuenta la responsabilidad penal que contrajeron, al colaborar directamente, y algunos personalmente, en los actos de asistencia a los insurrectos catalanes que, con sus actuaciones, dieron lugar a que se abrieran los colegios electorales y, a ala vez se enfrentaron a la guardia Civil y a la policía nacional para impedirles su actuación, encaminada a evitar la apertura de los centros electorales, todo ello ante la evidente pasividad de los mossos de escuadra del señor Trapero, que ya está siendo procesado por ello.

Un gobierno que se desentiende de los graves sucesos que están teniendo lugar en Cataluña, que mira hacia el otro lado y que, a través de la señora Celaá, se atreve a decir que, en Cataluña, no se ha traspasado la legalidad y que, por tanto, no les corresponde a ellos, el Gobierno, tomar cartas en el asunto; no es más que una caricatura distorsionada de lo que debería ser el ejecutivo de un gobierno que se preocupara, de verdad, por el futuro del país y de sus ciudadanos que, en unos momentos de extrema gravedad, confusión y dislate político, en lugar de actuar como se le viene pidiendo desde otros partidos políticos, todavía con mayores motivos que cuando se puso en práctica el 155 de la Constitución en Cataluña, para que vuelva a intervenir la comunidad catalana para imponer la legalidad, evitar que el señor Torra y compañía se burlen abiertamente de los españoles con el simulacro de acatar el requerimiento de la Junta Electoral Central para, inmediatamente, sustituir lo que fueron lazos amarillos por otros de distinto color pero con la misma finalidad propagandista. Al mismo tiempo que, en algunos centros de Cataluña, se ha tenido la “humorada” de sustituir en los carteles las palabras de “presos políticos” por las de peixos polítics (en catalán “peces políticos”). Evidentemente, no se trata más que de una burda e infantil martingala para continuar con el jueguecito con el que, este subalterno de Puigdemont, Torra, pretende demostrar que es “más listo e inteligente” que los que gobiernan España y, a fuer de ser sinceros, deberemos reconocer que, con tanta fantasmada ha conseguido poner en el máximo ridículo al Estado español y a quienes lo gobiernan en la actualidad.


Claro que juega con ventaja. El señor Torra sabe que Pedro Sánchez, el retornado, está atrapado en su propio cepo, el mismo en el que se metió cuando tuvo que recurrir a la ayuda de todas las izquierdas y separatistas, para poner a Rajoy fuera de la presidencia del Gobierno de España. Sólo una victoria espectacular en las elecciones del 28 de Abril que le permitiera llegar a acuerdos con Podemos para tener la mayoría absoluta, le permitiría poder prescindir de los separatistas catalanes y vascos para poder gobernar. Existiría otra posibilidad y sería que Ciudadanos tuviera un buen resultado que, a la vez, le permitiera formar tándem con los socialistas para obtener la mayoría absoluta; la única que le daría, al actual presidente del Gobierno, la seguridad de poder poner en práctica su disparatado plan de gobierno. Por ahora no parece probable esta solución, porque el mismo señor Rivera declaró solemnemente que esta posibilidad nunca existiría, pero todos sabemos las vueltas y revueltas que los políticos suelen dar para desdecirse de sus promesas, cuanto tienen a su alcance conseguir una cuota de poder.


Sin embargo, todavía queda la esperanza de que, el tercer poder del Estado, según Montesquieu, el Judicial, siga dando muestras de su independencia y, como ha hecho con el resto de políticos que se dejaron arrastras por su cerrazón independentista, incurriendo en ilícitos penales, al menos presuntamente, decidan pedirle cuentas de sus actos y de sus desvaríos al señor Quim Torra , de modo que algún fiscal tomara la iniciativa de empapelarle por desobediencia o por prevaricación, una acusación que podría llevarle, como a sus compañeros separatistas, a tener que ocupar el incómodo banquillo de los acusados. Se podría decir que, todos los que no comulgamos con esta izquierda destructiva, incapaz, presuntamente representante de la cultura pero de una incultura que clama al cielo y que está, evidentemente, afectada de esta psicosis colectiva, propia de aquellas masas que, como borregos, se dejan arrastrar por los ladridos de los perros de pastor, en este caso los activistas entrenados en lavar los cerebros de aquellas personas vulgares que parece que sólo han nacido para ser engañados, tanto por los tiranos de derechas como por los de izquierdas, como es el caso de muchos de los votantes, en España.

Y por si alguien leyó mi artículo que publiqué ayer que, en algún medio salió en un lugar preferente y en otros no, voy a añadir un nuevo dato que demuestra que todo lo que los políticos catalanes se esfuerzan en pintar de color de rosa, no es cierto y que los informes, las estadísticas, la cruda realidad económica se han convertido en los encargados de desmentir tanta euforia, tanto aparato de propaganda y tanta inconsciencia de la que hoy, los políticos soberanistas catalanes, no dudan en hacer gala. El dato se refiere a la inversión extranjera en Cataluña durante al año 20218, el primer año en el que el señor Quim Torra tomó el mando de la Generalitat. Lo que sucedió es que, precisamente en dicho año, la inversión extranjera en la comunidad catalana descendió, nada menos, que en un 11’7% mientras, para más INRI, la inversión en la comunidad madrileña, aquella en la que el separatismo tiene puesto el punto de mira y en la que se ceba, intenta desacreditarla y la considera su más directa competidora; durante el mismo periodo de tiempo, subió la impactante cifra de un 125%, todo ello son informes procedentes y publicados por el ministerio de Industria.

Por otro lado, aquella euforia que siguió a las panfletarias declaraciones de los acusados de haber organizado el referéndum (en realidad no fue más que un intento sin garantía alguna, maleado por la facilidad de falsear los resultados y con la nulidad inherente a haberse celebrado sin haberse constituido legalmente las mesas, ni el control sobre los escrutinios y la evidencia, incluso filmada, de que hubo urnas que ya se llevaron a los centros de votación repletas de papeletas. Aparte de haberse celebrado con la expresa prohibición del TC y del Congreso de Diputados) no parece que se haya mantenido desde que, los testigos de la fiscalía, van desfilando por el tribunal, dejando evidenciado que todas aquellas soflamas que se fueron distribuyendo a través de la prensa catalana y alguna otra que lo fue por resto de España, sobre el intento de intentar hacer creer que no hubo violencia alguna, y que era la fuerza pública la que se había extralimitado en sus funciones; a medida que los testigos van deponiendo ante el tribunal y son interrogados por ambas partes va quedando, cada vez más claro, que la trama preparada por los políticos encausados, va adquiriendo un tinte muy poco favorable a sus intereses, que está quedando refrendado por el nerviosismo, cada vez más patente, en los abogados defensores cuyas intervenciones demuestran que se han encontrado con unos testigos que, poco a poco, van desmontando la estrategia que se había montado, cuando los abogados de la defensa intentaron presentar a los inculpados como políticos indefensos que habían sido falsamente culpados y encarcelados, por motivos estrictamente políticos y referidos a sus ideales independentistas sin que, según la defensa, ninguno de ellos estuviera relacionado con los sucesos que se produjeron en las calles de las ciudades catalanas.

El trascurso de la causa contra los independentistas viene demostrando, cada vez con mayores pruebas y testificaciones que lo confirman,, que existía toda una trama organizada por los políticos que se sientan en el banquillo del TS, con la intención de provocar una situación que pusiera en un brete al Gobierno y, en definitiva, a España; algo de lo que, evidentemente, intentaban sacar provecho, no sólo en la causa que se estaba tramitando en nuestra nación, sino que buscaban preparar su prevista actuación ante el Tribunal de Derechos Humanos, de Estrasburgo, al que tienen anunciado que van a acudir si son condenados por el TS. Sin intentar prejuzgar la sentencia que les pudiera caer por los delitos que se les viene acusando por el ministerio fiscal y la acusación particular; tenemos la impresión de que, ninguno de ellos, se va a salir de rositas de este evento judicial.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la convicción de que en España, si Dios no lo remedia, nos encontramos ante una situación que amenaza de forma extremadamente grave, no sólo la situación de bienestar de la que hemos venido gozando hasta ahora, sino que parece que se nos viene encima una legislatura que, si ganan, como las encuestas vienen prediciendo, las izquierdas, no sólo va a repercutir en las economías particulares de los españoles, en forma de una mayor carga fiscal y mayor intervencionismo del Estado, no sólo en la vida privada de los ciudadanos sino, lo que aún puede ser más perjudicial para el país, una estatalización de la economía que, como todo el mundo sabe por las experiencias obtenidas en los países en los que esta forma de tiranía se ha establecido, es la garantía de que el país vuelva a la situación a la que nos llevó el 2011 el señor Zapatero, o lo que es lo mismo: a la pre-quiebra soberana. Cuidado con los señuelos de quienes intentan convencer a los menos favorecidos de la fortuna: nunca una economía de izquierdas extremas, como es el caso de España, han sido capaces de llevar a un país a la prosperidad y el pleno empleo. ¡Ah! Y antes de que se nos olvide: no pierdan de vista el hecho preocupante de que los socialistas, encabezados por P.Sánchez, nunca se han atrevido a negar la posibilidad de que, si acceden al poder, indulten a los presuntos condenados por los delitos del 1.O en Cataluña. El que se niega a comprometerse es que tiene en mente poner en práctica aquello que estima que, de aceptarlo, puede comprometer sus intereses.

Torra burlándose del Gobierno, la Junta electoral y España. ¡Cáspita!

El señor P.Sánchez y su gobierno, con la señora Celaá de encubridora oficial de chanchullos, no han hecho, hacen ni harán nada para parar al independentismo del señor Torra. Tienen demasiado que perder
Miguel Massanet
viernes, 22 de marzo de 2019, 12:27 h (CET)

Es evidente que estamos rodeados de prensa adversa. Incluso en aquellos medios en los que confiábamos que se mantenían ciertas políticas sensatas, han decido cambiar de orientación para adaptarse a los tiempos, lo que quiere decir que si, para ello, han tenido que prescindir de unos determinados principios y ponerse una camisa política de otro color, no han hecho ascos y lo han hecho. No sabemos si el futuro les va a compensar por ello o, si por el contrario, cuando soplen nuevos vientos que, sin duda alguna soplarán, si no ahora dentro de cuatro años, los que ahora cortan el bacalao se van a ver enviados a la cola del paro. Y esto es lo que va a suceder, más tarde o más temprano, con toda esa prensa catalana que se ha volcado con el independentismo, ha colaborado activamente en todo el proceso de las pasadas elecciones catalanas y en los sucesos del 1.O, sin que descartemos que, a algunos de ellos la Justicia, esta que en la actualidad está juzgando a algunos de los que llevaron la voz cantante en todo el proceso separatista catalán, acabe enviándolos al lugar que les correspondería estar, la cárcel; teniendo en cuenta la responsabilidad penal que contrajeron, al colaborar directamente, y algunos personalmente, en los actos de asistencia a los insurrectos catalanes que, con sus actuaciones, dieron lugar a que se abrieran los colegios electorales y, a ala vez se enfrentaron a la guardia Civil y a la policía nacional para impedirles su actuación, encaminada a evitar la apertura de los centros electorales, todo ello ante la evidente pasividad de los mossos de escuadra del señor Trapero, que ya está siendo procesado por ello.

Un gobierno que se desentiende de los graves sucesos que están teniendo lugar en Cataluña, que mira hacia el otro lado y que, a través de la señora Celaá, se atreve a decir que, en Cataluña, no se ha traspasado la legalidad y que, por tanto, no les corresponde a ellos, el Gobierno, tomar cartas en el asunto; no es más que una caricatura distorsionada de lo que debería ser el ejecutivo de un gobierno que se preocupara, de verdad, por el futuro del país y de sus ciudadanos que, en unos momentos de extrema gravedad, confusión y dislate político, en lugar de actuar como se le viene pidiendo desde otros partidos políticos, todavía con mayores motivos que cuando se puso en práctica el 155 de la Constitución en Cataluña, para que vuelva a intervenir la comunidad catalana para imponer la legalidad, evitar que el señor Torra y compañía se burlen abiertamente de los españoles con el simulacro de acatar el requerimiento de la Junta Electoral Central para, inmediatamente, sustituir lo que fueron lazos amarillos por otros de distinto color pero con la misma finalidad propagandista. Al mismo tiempo que, en algunos centros de Cataluña, se ha tenido la “humorada” de sustituir en los carteles las palabras de “presos políticos” por las de peixos polítics (en catalán “peces políticos”). Evidentemente, no se trata más que de una burda e infantil martingala para continuar con el jueguecito con el que, este subalterno de Puigdemont, Torra, pretende demostrar que es “más listo e inteligente” que los que gobiernan España y, a fuer de ser sinceros, deberemos reconocer que, con tanta fantasmada ha conseguido poner en el máximo ridículo al Estado español y a quienes lo gobiernan en la actualidad.


Claro que juega con ventaja. El señor Torra sabe que Pedro Sánchez, el retornado, está atrapado en su propio cepo, el mismo en el que se metió cuando tuvo que recurrir a la ayuda de todas las izquierdas y separatistas, para poner a Rajoy fuera de la presidencia del Gobierno de España. Sólo una victoria espectacular en las elecciones del 28 de Abril que le permitiera llegar a acuerdos con Podemos para tener la mayoría absoluta, le permitiría poder prescindir de los separatistas catalanes y vascos para poder gobernar. Existiría otra posibilidad y sería que Ciudadanos tuviera un buen resultado que, a la vez, le permitiera formar tándem con los socialistas para obtener la mayoría absoluta; la única que le daría, al actual presidente del Gobierno, la seguridad de poder poner en práctica su disparatado plan de gobierno. Por ahora no parece probable esta solución, porque el mismo señor Rivera declaró solemnemente que esta posibilidad nunca existiría, pero todos sabemos las vueltas y revueltas que los políticos suelen dar para desdecirse de sus promesas, cuanto tienen a su alcance conseguir una cuota de poder.


Sin embargo, todavía queda la esperanza de que, el tercer poder del Estado, según Montesquieu, el Judicial, siga dando muestras de su independencia y, como ha hecho con el resto de políticos que se dejaron arrastras por su cerrazón independentista, incurriendo en ilícitos penales, al menos presuntamente, decidan pedirle cuentas de sus actos y de sus desvaríos al señor Quim Torra , de modo que algún fiscal tomara la iniciativa de empapelarle por desobediencia o por prevaricación, una acusación que podría llevarle, como a sus compañeros separatistas, a tener que ocupar el incómodo banquillo de los acusados. Se podría decir que, todos los que no comulgamos con esta izquierda destructiva, incapaz, presuntamente representante de la cultura pero de una incultura que clama al cielo y que está, evidentemente, afectada de esta psicosis colectiva, propia de aquellas masas que, como borregos, se dejan arrastrar por los ladridos de los perros de pastor, en este caso los activistas entrenados en lavar los cerebros de aquellas personas vulgares que parece que sólo han nacido para ser engañados, tanto por los tiranos de derechas como por los de izquierdas, como es el caso de muchos de los votantes, en España.

Y por si alguien leyó mi artículo que publiqué ayer que, en algún medio salió en un lugar preferente y en otros no, voy a añadir un nuevo dato que demuestra que todo lo que los políticos catalanes se esfuerzan en pintar de color de rosa, no es cierto y que los informes, las estadísticas, la cruda realidad económica se han convertido en los encargados de desmentir tanta euforia, tanto aparato de propaganda y tanta inconsciencia de la que hoy, los políticos soberanistas catalanes, no dudan en hacer gala. El dato se refiere a la inversión extranjera en Cataluña durante al año 20218, el primer año en el que el señor Quim Torra tomó el mando de la Generalitat. Lo que sucedió es que, precisamente en dicho año, la inversión extranjera en la comunidad catalana descendió, nada menos, que en un 11’7% mientras, para más INRI, la inversión en la comunidad madrileña, aquella en la que el separatismo tiene puesto el punto de mira y en la que se ceba, intenta desacreditarla y la considera su más directa competidora; durante el mismo periodo de tiempo, subió la impactante cifra de un 125%, todo ello son informes procedentes y publicados por el ministerio de Industria.

Por otro lado, aquella euforia que siguió a las panfletarias declaraciones de los acusados de haber organizado el referéndum (en realidad no fue más que un intento sin garantía alguna, maleado por la facilidad de falsear los resultados y con la nulidad inherente a haberse celebrado sin haberse constituido legalmente las mesas, ni el control sobre los escrutinios y la evidencia, incluso filmada, de que hubo urnas que ya se llevaron a los centros de votación repletas de papeletas. Aparte de haberse celebrado con la expresa prohibición del TC y del Congreso de Diputados) no parece que se haya mantenido desde que, los testigos de la fiscalía, van desfilando por el tribunal, dejando evidenciado que todas aquellas soflamas que se fueron distribuyendo a través de la prensa catalana y alguna otra que lo fue por resto de España, sobre el intento de intentar hacer creer que no hubo violencia alguna, y que era la fuerza pública la que se había extralimitado en sus funciones; a medida que los testigos van deponiendo ante el tribunal y son interrogados por ambas partes va quedando, cada vez más claro, que la trama preparada por los políticos encausados, va adquiriendo un tinte muy poco favorable a sus intereses, que está quedando refrendado por el nerviosismo, cada vez más patente, en los abogados defensores cuyas intervenciones demuestran que se han encontrado con unos testigos que, poco a poco, van desmontando la estrategia que se había montado, cuando los abogados de la defensa intentaron presentar a los inculpados como políticos indefensos que habían sido falsamente culpados y encarcelados, por motivos estrictamente políticos y referidos a sus ideales independentistas sin que, según la defensa, ninguno de ellos estuviera relacionado con los sucesos que se produjeron en las calles de las ciudades catalanas.

El trascurso de la causa contra los independentistas viene demostrando, cada vez con mayores pruebas y testificaciones que lo confirman,, que existía toda una trama organizada por los políticos que se sientan en el banquillo del TS, con la intención de provocar una situación que pusiera en un brete al Gobierno y, en definitiva, a España; algo de lo que, evidentemente, intentaban sacar provecho, no sólo en la causa que se estaba tramitando en nuestra nación, sino que buscaban preparar su prevista actuación ante el Tribunal de Derechos Humanos, de Estrasburgo, al que tienen anunciado que van a acudir si son condenados por el TS. Sin intentar prejuzgar la sentencia que les pudiera caer por los delitos que se les viene acusando por el ministerio fiscal y la acusación particular; tenemos la impresión de que, ninguno de ellos, se va a salir de rositas de este evento judicial.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la convicción de que en España, si Dios no lo remedia, nos encontramos ante una situación que amenaza de forma extremadamente grave, no sólo la situación de bienestar de la que hemos venido gozando hasta ahora, sino que parece que se nos viene encima una legislatura que, si ganan, como las encuestas vienen prediciendo, las izquierdas, no sólo va a repercutir en las economías particulares de los españoles, en forma de una mayor carga fiscal y mayor intervencionismo del Estado, no sólo en la vida privada de los ciudadanos sino, lo que aún puede ser más perjudicial para el país, una estatalización de la economía que, como todo el mundo sabe por las experiencias obtenidas en los países en los que esta forma de tiranía se ha establecido, es la garantía de que el país vuelva a la situación a la que nos llevó el 2011 el señor Zapatero, o lo que es lo mismo: a la pre-quiebra soberana. Cuidado con los señuelos de quienes intentan convencer a los menos favorecidos de la fortuna: nunca una economía de izquierdas extremas, como es el caso de España, han sido capaces de llevar a un país a la prosperidad y el pleno empleo. ¡Ah! Y antes de que se nos olvide: no pierdan de vista el hecho preocupante de que los socialistas, encabezados por P.Sánchez, nunca se han atrevido a negar la posibilidad de que, si acceden al poder, indulten a los presuntos condenados por los delitos del 1.O en Cataluña. El que se niega a comprometerse es que tiene en mente poner en práctica aquello que estima que, de aceptarlo, puede comprometer sus intereses.

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