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Nazareth Heredia

Es de vergüenza

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Yo no sé si están ustedes al tanto de lo que ocurrió ayer en el entrenamiento de La Rosaleda, en el del Málaga. Vergonzoso; no tiene otro nombre lo que ocurrió allí. Para empezar, el portero titular del equipo, Francesc Arnau, tuvo un encontronazo con Anderson. De repente, “alguien” mandó desalojar a los periodistas del campo de entrenamiento y éstos tuvieron que irse a la sala de prensa.

Allí compareció Manolo Ruiz Hierro, ese técnico de cascarilla que ha llevado al Málaga a la Segunda División. Nadie sabe nada. Según los trabajadores del club, la orden de desalojo la dio él. Hierro lo negó una y otra vez. El responsable de comunicación, vuelve a negar y finalmente se dice que todo ha sido una decisión del club. Tras llamar “gilipollas” al auxiliar del partido contra Osasuna por el penalti en contra que señaló el árbitro, Hierro estuvo a la defensiva en todas las preguntas. También se le refirieron las declaraciones del presidente, Serafín Roldán, quien dijo que admiraba a Lucas Alcaraz. El técnico contestó: “Yo admiro a Luz Casal, canta muy bien”.

Mañanita movida. Pero no quedó ahí la cosa. Tras el técnico, pasó una hora y media hasta que apareció la siguiente persona: Francesc Arnau. Se le preguntó, como era de esperar, por el encontronazo con Anderson. Él lo negó una y otra vez; que no, que no había tenido ninguna pelea con nadie. Los periodistas, indignados, pero no ciegos, le reprochaban que sí, que todo estaba grabado; él seguía negando. Más de uno se levantó durante la hora y media de espera; otros tras oír las declaraciones de Arnau. Vergonzoso.

Esto fue ayer miércoles, pero ya el lunes, el jefe de prensa anunció que Salva no haría declaraciones en rueda de prensa, porque, según dijo el periodista, el jugador no tenía nada que decir. Todo esto bien, pero los periodistas sí tenían que preguntar. Añadimos a esto que Hierro ha declarado que la renovación de Juan Rodríguez es casi imposible. Problemas y más problemas y el domingo el Real Madrid.

Las cosas en el club están muy mal. Las tensiones se palpan por cada uno de los rincones de La Rosaleda y ni jugadores, ni técnicos ni directivos pueden evitar sentirse incómodos con cada pregunta de los periodistas. Contestan borderías, mentiras y los típicos tópicos a los que nos tienen acostumbrados desde que comenzara la temporada. Si todavía Couñago decía hace dos semanas que era posible la salvación, se pueden imaginar lo que tenemos que aguantar en cada rueda de prensa. Los compañeros que vienen de fuera se echan las manos a la cabeza cuando escuchan a Hierro tras los partidos. En fin, menos mal que nos quedan pocos partidos de Liga y “el pescao está todo vendío”.

Es de vergüenza

Nazareth Heredia
Nazareth Heredia
jueves, 20 de abril de 2006, 20:56 h (CET)
Yo no sé si están ustedes al tanto de lo que ocurrió ayer en el entrenamiento de La Rosaleda, en el del Málaga. Vergonzoso; no tiene otro nombre lo que ocurrió allí. Para empezar, el portero titular del equipo, Francesc Arnau, tuvo un encontronazo con Anderson. De repente, “alguien” mandó desalojar a los periodistas del campo de entrenamiento y éstos tuvieron que irse a la sala de prensa.

Allí compareció Manolo Ruiz Hierro, ese técnico de cascarilla que ha llevado al Málaga a la Segunda División. Nadie sabe nada. Según los trabajadores del club, la orden de desalojo la dio él. Hierro lo negó una y otra vez. El responsable de comunicación, vuelve a negar y finalmente se dice que todo ha sido una decisión del club. Tras llamar “gilipollas” al auxiliar del partido contra Osasuna por el penalti en contra que señaló el árbitro, Hierro estuvo a la defensiva en todas las preguntas. También se le refirieron las declaraciones del presidente, Serafín Roldán, quien dijo que admiraba a Lucas Alcaraz. El técnico contestó: “Yo admiro a Luz Casal, canta muy bien”.

Mañanita movida. Pero no quedó ahí la cosa. Tras el técnico, pasó una hora y media hasta que apareció la siguiente persona: Francesc Arnau. Se le preguntó, como era de esperar, por el encontronazo con Anderson. Él lo negó una y otra vez; que no, que no había tenido ninguna pelea con nadie. Los periodistas, indignados, pero no ciegos, le reprochaban que sí, que todo estaba grabado; él seguía negando. Más de uno se levantó durante la hora y media de espera; otros tras oír las declaraciones de Arnau. Vergonzoso.

Esto fue ayer miércoles, pero ya el lunes, el jefe de prensa anunció que Salva no haría declaraciones en rueda de prensa, porque, según dijo el periodista, el jugador no tenía nada que decir. Todo esto bien, pero los periodistas sí tenían que preguntar. Añadimos a esto que Hierro ha declarado que la renovación de Juan Rodríguez es casi imposible. Problemas y más problemas y el domingo el Real Madrid.

Las cosas en el club están muy mal. Las tensiones se palpan por cada uno de los rincones de La Rosaleda y ni jugadores, ni técnicos ni directivos pueden evitar sentirse incómodos con cada pregunta de los periodistas. Contestan borderías, mentiras y los típicos tópicos a los que nos tienen acostumbrados desde que comenzara la temporada. Si todavía Couñago decía hace dos semanas que era posible la salvación, se pueden imaginar lo que tenemos que aguantar en cada rueda de prensa. Los compañeros que vienen de fuera se echan las manos a la cabeza cuando escuchan a Hierro tras los partidos. En fin, menos mal que nos quedan pocos partidos de Liga y “el pescao está todo vendío”.

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