Grandes peligros acechan a la patria. Menos en vacaciones de Semana Santa , puentes, acueductos o cualquier otra festividad religiosa o pagana.
Para muchos políticos la situación de España, o como algunos quieran llamarla, es desastrosa. La acción de gobierno es tan caótica que resulta infecunda y ,cuando no lo es, fecunda peligros futuros.
Para otros la España de hoy es la mejor de la historia, la más democrática, la más libre, la más solidaria y pronto será la más pacífica.
Todos conocemos a unos y a otros. Los que nunca coinciden, los que nunca dicen lo mismo. Pero ambos si coinciden en cada puente o fiesta. Cada vez que hay alguna anotación en el calendario los problemas del estado dejan de ser tan acuciantes y las políticas que desempeñan los distintos cargos dejan de tener tanta importancia y corren todos a las playas, procesiones y demás diversiones de los ricos, a las que yo no alcanzo.
Durante estas festividades podemos comprobar hechos curiosos. Ministrillos y ministrillas ( hay que ser lingüísticamente correctos) que tras aprobar medidas contrarias a la fe católica se dedican ahora a formar parte de cortejos procesionales o a ser invitados de honor de estas y otras ceremonias. Sería agradable un poco de vergüenza torera en nuestros queridos parásitos pero la foto es ,para ellos, más importante que la coherencia.
Otra cosa muy interesante es que en un estado aconfesional, como nos recuerdan constantemente que es este, se declaren días festivos celebraciones puramente religiosas. No seré yo quien esté en contra ni de los festivos ni de la cultura y tradición de nuestro país, pero que los que van de “progres” y ateos celebren estas fiestas solo muestran su poca dignidad al vender su conciencia y creencias a cambios de días ociosos y también otra cosa; que los políticos saben que ir contra la Iglesia vende, pero quitar días de fiesta no vende nada de nada y para ellos lo primero es lo primero.