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Venancio Rodríguez Sanz, Zaragoza

Le bonne réputation

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Cuatro perros estaban echados tomando el sol cuando, uno de ellos dijo: “Me gustaría trabajar en algo honrado, no sé, algo de provecho.” Y uno de sus amigos le expuso: “Pues yo tengo a un conocido que necesita a alguien. Pero temo que me dejes en mal lugar si te recomiendo.” Y otro le confesó: “Pues yo sé de un lugar que necesitan a un trabajador. Pero sé que el dueño es un pesetero y temo que esto podría manchar mi buena fama si doy la cara por ti.” Y el cuarto adujo: “Pues, como yo debo de ser mala persona, no me importa lo que pueda pasar con mi prestigio. Por eso os recomendé a todos vosotros en el trabajo que ahora tenéis. ¿Con qué mote creéis que me llamen? O mejor ¿con qué alias me llamáis vosotros?"


Le bonne réputation

Venancio Rodríguez Sanz, Zaragoza
Lectores
martes, 19 de febrero de 2019, 16:34 h (CET)

Cuatro perros estaban echados tomando el sol cuando, uno de ellos dijo: “Me gustaría trabajar en algo honrado, no sé, algo de provecho.” Y uno de sus amigos le expuso: “Pues yo tengo a un conocido que necesita a alguien. Pero temo que me dejes en mal lugar si te recomiendo.” Y otro le confesó: “Pues yo sé de un lugar que necesitan a un trabajador. Pero sé que el dueño es un pesetero y temo que esto podría manchar mi buena fama si doy la cara por ti.” Y el cuarto adujo: “Pues, como yo debo de ser mala persona, no me importa lo que pueda pasar con mi prestigio. Por eso os recomendé a todos vosotros en el trabajo que ahora tenéis. ¿Con qué mote creéis que me llamen? O mejor ¿con qué alias me llamáis vosotros?"


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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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