Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Venezuela | Estados Unidos
Hay que defender el principio de respetar la soberanía de cualquier nación latinoamericana frente a la intromisión de Trump

Independencia de Venezuela

|

El debate hoy en Venezuela, al igual que antes en Afganistán, Irak, Libia, Somalia o Siria no es si se apoya o no a los talibanes, Saddam Hussein, Gadafi, Assad o Maduro, sino a las intervenciones de EEUU allí pues éstas son remedios peor que la enfermedad.


Las sanciones y bombardeos de Washington destruyen la infraestructura del país agredido y generan hambre, miseria y multitudes de muertos. En esas guerras EEUU y sus aliados han invertido billones de dólares (con los cuales se pueden haber solucionado la desnutrición infantil de decenas de países pobres) y el número de personas muertas, heridas, enfermas o desplazadas se suma en el orden de las decenas de millones.


Bajo el argumento de la “democracia” el objetivo es apoderarse de los recursos del país atacado, incluso a costa de imponer peores autocracias. En Libia lo primero que hizo el gobierno post-Gadafi fue reintroducir la poligamia y luego cazar y vender negros como esclavos. En Irak y Somalia dieron paso a la fragmentación de dichas repúblicas y al potenciamiento de terroristas islamistas que masacran mujeres independientes, gays, cristianos, judíos o musulmanes no sunnitas. En Afganistán tras la caída de los talibanes subió la producción del opio y llegaron al poder los más sanguinarios señores de la guerra (aquellos que asesinaban a sus oponentes dejándolos morir en camiones encerrados o aplastándolos vivos con tanques) para que hoy, después de 18 años, hayan permitido que los talibanes se revitalicen y vayan logrando un acuerdo con EEUU que les deja la mayor parte de Afganistán en sus manos.


Estar en contra de Trump en Venezuela no significa apoyar al chavismo. Hay muchos que llegan a tildar a Maduro de tener un corrupto o de proteger a una “boli-burguesía”, pero que creen que la intromisión de EEUU agrava y empeora las cosas. La actual administración de Trump se da el lujo de decir que ellos si están interesados en que las corporaciones estadounidenses regresen a controlar el petróleo venezolano, han impuesto su propio presidente que casi nadie conocía hasta hace pocas semanas, incitan abiertamente al caos y a la guerra civil en Venezuela y amenazan con mandar miles de tropas.


Nunca antes en la historia sudamericana el presidente de los EEUU había impulsado la autoproclamación de un presidente en una plaza pública para luego inmediatamente reconocerlo como el único mandatario y presionar a otras naciones a que hagan lo mismo, y a haber estado llamando constantemente a una subversión militar o una invasión de sus efectivos. Eso genera un precedente que pueden aplicar en toda la región y que luego van a poder emplear en Bolivia, Cuba, Centroamérica, Uruguay o México.


Una eventual guerra en Venezuela sería la peor que haya tenido Sudamérica desde el siglo IXX. Esta acabaría internacionalizándose envolviendo a Brasil y Colombia, permitiendo que EEUU, China y Rusia por primera vez intervengan militarmente en la historia sudamericano y generaría una ola de protestas en toda la región, además del renacimiento de muchos grupos guerrilleros o golpes castrenses por doquier.  

Independencia de Venezuela

Hay que defender el principio de respetar la soberanía de cualquier nación latinoamericana frente a la intromisión de Trump
Isaac Bigio
jueves, 14 de febrero de 2019, 08:30 h (CET)

El debate hoy en Venezuela, al igual que antes en Afganistán, Irak, Libia, Somalia o Siria no es si se apoya o no a los talibanes, Saddam Hussein, Gadafi, Assad o Maduro, sino a las intervenciones de EEUU allí pues éstas son remedios peor que la enfermedad.


Las sanciones y bombardeos de Washington destruyen la infraestructura del país agredido y generan hambre, miseria y multitudes de muertos. En esas guerras EEUU y sus aliados han invertido billones de dólares (con los cuales se pueden haber solucionado la desnutrición infantil de decenas de países pobres) y el número de personas muertas, heridas, enfermas o desplazadas se suma en el orden de las decenas de millones.


Bajo el argumento de la “democracia” el objetivo es apoderarse de los recursos del país atacado, incluso a costa de imponer peores autocracias. En Libia lo primero que hizo el gobierno post-Gadafi fue reintroducir la poligamia y luego cazar y vender negros como esclavos. En Irak y Somalia dieron paso a la fragmentación de dichas repúblicas y al potenciamiento de terroristas islamistas que masacran mujeres independientes, gays, cristianos, judíos o musulmanes no sunnitas. En Afganistán tras la caída de los talibanes subió la producción del opio y llegaron al poder los más sanguinarios señores de la guerra (aquellos que asesinaban a sus oponentes dejándolos morir en camiones encerrados o aplastándolos vivos con tanques) para que hoy, después de 18 años, hayan permitido que los talibanes se revitalicen y vayan logrando un acuerdo con EEUU que les deja la mayor parte de Afganistán en sus manos.


Estar en contra de Trump en Venezuela no significa apoyar al chavismo. Hay muchos que llegan a tildar a Maduro de tener un corrupto o de proteger a una “boli-burguesía”, pero que creen que la intromisión de EEUU agrava y empeora las cosas. La actual administración de Trump se da el lujo de decir que ellos si están interesados en que las corporaciones estadounidenses regresen a controlar el petróleo venezolano, han impuesto su propio presidente que casi nadie conocía hasta hace pocas semanas, incitan abiertamente al caos y a la guerra civil en Venezuela y amenazan con mandar miles de tropas.


Nunca antes en la historia sudamericana el presidente de los EEUU había impulsado la autoproclamación de un presidente en una plaza pública para luego inmediatamente reconocerlo como el único mandatario y presionar a otras naciones a que hagan lo mismo, y a haber estado llamando constantemente a una subversión militar o una invasión de sus efectivos. Eso genera un precedente que pueden aplicar en toda la región y que luego van a poder emplear en Bolivia, Cuba, Centroamérica, Uruguay o México.


Una eventual guerra en Venezuela sería la peor que haya tenido Sudamérica desde el siglo IXX. Esta acabaría internacionalizándose envolviendo a Brasil y Colombia, permitiendo que EEUU, China y Rusia por primera vez intervengan militarmente en la historia sudamericano y generaría una ola de protestas en toda la región, además del renacimiento de muchos grupos guerrilleros o golpes castrenses por doquier.  

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto