Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | El segmento de plata | Dieta
No se preocupen. No voy a hablar de las que cobran algunos por el solo hecho de ir a trabajar

Dietas

|

Hoy me quiero referir a la obsesión por el peso, que sufrimos de forma inducida o de “motu propio”. Todo el mundo recurre a la báscula para descubrir que no es que le haya encogido la ropa; es que han engordado una media de tres kilos en las navidades.


Inmediatamente surgen los diversos planes de alimentación alternativa, sustentados en “especialistas” de todo tipo, que te indican una serie de alimentos milagrosos con los que se llega al final del primer mes de seguimiento con una respuesta lacónica a la pregunta clave: ¿Qué has perdido? Treinta días.


Un servidor está a régimen desde que nació. Primero la dictadura y después la democracia alternativa. Y de comidas también. La alcachofa, la ausencia de pan y azúcar, el Atkins, las barritas alimenticias, el Modifast, el Biomanán, la dieta del cartucho, etc.


Lo peor estriba en las alternativas que nos ofrecen los dietistas: Hoy dicen una cosa… para mañana decir lo contrario. Azúcar mala, sacarina buena… o viceversa. Aceite oliva sí, aceite oliva no. Pan si, pan no. Patatas sí, patatas no. “Pa” volverse loco. Al final lo más acertado es lo que decía el doctor Grande Covián: “Lo que adelgaza es lo que se queda en el plato”.


La última recomendación, que he recibido con alegría, reconoce que no es tan importante el peso ideal para los miembros del segmento de plata. Con no pasarse demasiado es suficiente. Los años te hacen descubrir que necesitas comer menos e hidratarte más. Y, sobre todo, para que nos sirva de consuelo, podemos observar que tenemos mejor aspecto cuando pesamos un poquito más de la cuenta que cuando estamos “chupados”.


Para terminar, una máxima que he descubierto por mí solito. “Los alimentos no engordan; los que engordamos somos nosotros”.


Suerte con las dietas… y poco caso a la báscula.

Dietas

No se preocupen. No voy a hablar de las que cobran algunos por el solo hecho de ir a trabajar
Manuel Montes Cleries
jueves, 10 de enero de 2019, 11:45 h (CET)

Hoy me quiero referir a la obsesión por el peso, que sufrimos de forma inducida o de “motu propio”. Todo el mundo recurre a la báscula para descubrir que no es que le haya encogido la ropa; es que han engordado una media de tres kilos en las navidades.


Inmediatamente surgen los diversos planes de alimentación alternativa, sustentados en “especialistas” de todo tipo, que te indican una serie de alimentos milagrosos con los que se llega al final del primer mes de seguimiento con una respuesta lacónica a la pregunta clave: ¿Qué has perdido? Treinta días.


Un servidor está a régimen desde que nació. Primero la dictadura y después la democracia alternativa. Y de comidas también. La alcachofa, la ausencia de pan y azúcar, el Atkins, las barritas alimenticias, el Modifast, el Biomanán, la dieta del cartucho, etc.


Lo peor estriba en las alternativas que nos ofrecen los dietistas: Hoy dicen una cosa… para mañana decir lo contrario. Azúcar mala, sacarina buena… o viceversa. Aceite oliva sí, aceite oliva no. Pan si, pan no. Patatas sí, patatas no. “Pa” volverse loco. Al final lo más acertado es lo que decía el doctor Grande Covián: “Lo que adelgaza es lo que se queda en el plato”.


La última recomendación, que he recibido con alegría, reconoce que no es tan importante el peso ideal para los miembros del segmento de plata. Con no pasarse demasiado es suficiente. Los años te hacen descubrir que necesitas comer menos e hidratarte más. Y, sobre todo, para que nos sirva de consuelo, podemos observar que tenemos mejor aspecto cuando pesamos un poquito más de la cuenta que cuando estamos “chupados”.


Para terminar, una máxima que he descubierto por mí solito. “Los alimentos no engordan; los que engordamos somos nosotros”.


Suerte con las dietas… y poco caso a la báscula.

Noticias relacionadas

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.

El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto