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Etiquetas | Política | Hablemos sin tapujos | PSOE | Pedro Sánchez
Es evidente que el señor P. Sánchez ha salido tocado del trance andaluz

Sánchez sigue vendiéndonos una nación fruto de sus ensoñaciones

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Parece ser que ni el señor Pedro Sánchez ni su partido el PSOE ni sus apoyos comunistas de Podemos, parecen haberse dado cuenta de lo que ha supuesto para España el resultado, totalmente inesperado y de gran importancia para el país, de las elecciones andaluzas. Es evidente que la izquierda ha querido hacer caso omiso de la gran debacle del PSOE en su feudo, en el que llevaba más de 30 años teniendo el poder de dirigir a los andaluces, a los que ha tenido “comprados” a base de concederles prebendas y de proporcionarles enchufes en empresas públicas y en cargos de la Administración pública, aparte del sistema especial que establecieron en la agricultura autonómica, mediante el cual según las “peonadas” justificadas que tuviera cada trabajador agrícola, se le concedían sustanciosas compensaciones económicas durante los meses en los que no podían trabajar en el campo. Un sistema que llevan años aplicando en Andalucía y que es conocido como el PER, algo que evidentemente supone un despilfarro que, después de tantos años de práctica, ya ha dado lugar a toda una serie de vicios (vicios consentidos) que permiten que se produzcan fraudes y componendas, de modo que hay trabajadores que, sin haber trabajado ni una peonada, sin embargo, ha conseguido mediante usos ilegales, percibir el subsidio como si hubiera trabajado.


Aunque llegamos a pensar que, con la retirada de la jueza Alaya del caso de los EREs fraudulentos andaluces, del gran trabajo que hizo en cuanto a la instrucción del sumario de lo que se presenta como uno de los peores casos de distracción de dineros públicos para la financiación de un partido, en esta ocasión el PSOE andaluz, por parte de una mayor cantidad de implicados en la trama que se compinchó para llevar a cabo los delitos de los que se los acusa y, también, por la categoría e importancia de los principales personajes enjuiciados, Cháves y Griñán, ambos expresidentes de la Comunidad Andaluza; sobre los cuales pesan las peores acusaciones al no haber impedido que, bajo sus mandatos, se hubiera producido una de las estafas más sonadas en contra de los trabajadores de algunas empresas en crisis; es obvio que la Justicia no ha interrumpido su labor investigadora y que, en estos días, es cuando definitivamente estamos a punto de conocer la sentencia definitiva que, el TS, va a emitir sobre la culpabilidad o inocencia de ambos líderes del PSOE andaluz y, en su caso, si fueren declarados culpables, la condena que se dictará sobre cada uno de ellos.


Como era imposible que sucediera, parece que tenemos a la vista lo que todos los españoles y, principalmente los andaluces, estaban pidiendo a través de la expresión de la voluntad popular en las urnas. Un cambio respecto a una política maleada por el desgaste, los malos hábitos, la elevada tasa de desempleo juvenil que, después de 35 años de gobiernos progresistas, alcanza, en Andalucía el 62%; el clientelismo y el nepotismo como sistemas de conseguir adeptos y emplear a familiares; en fin, lo que acaba sucediendo en aquellos lugares en los que (como ha sucedió en México durante muchos años) una determinada sigla partidista ocupa el poder y se mantiene en él durante el tiempo suficiente para que la corrupción se vaya infiltrando por todo su tejido social.


Es evidente que, el señor P.Sánchez, ha salido tocado del trance andaluz y, por mucho que intente desviar la atención hacia otros puntos, sabe que sigue instalado al borde del abismo, apoyado por una extrema izquierda, Podemos, que a la vez sigue estando amenazada de disgregación debido a sus disputas internas y a la insurrección de algunos de sus dirigentes, que intentan ir por libres en las próximas elecciones autonómicas y municipales del mes de Mayo del 2019. Se aferra, como a un clavo ardiente, al apoyo de los partidos separatistas, tanto el vasco del señor Urkullu como al más beligerante, exigente y amenazante separatismo catalán que, a diferencia del vasco, más unificado y disciplinado, está integrado por una serie de formaciones en las que, las luchas por el poder les impiden formar un frente unido y donde las posibilidades de que un líder se imponga sobre los demás parece ser cada vez más improbable. Ni ERC ( con el señor Junqueras en la cárcel) ni el PDEcat ( antigua CDC) ni el partido del señor Puigdemont en el exilio, titulado como 'La Crida Nacional per la República’, ni la CUP ni las agrupaciones independentistas ANC u Omnium Cultural, parecen coincidir en el modo de llevar adelante sus planes rupturistas con el Estado español aunque, evidentemente, sí lo están en cuanto a continuar ejerciendo presión sobre el señor Sánchez, convencidos de que, si hay alguna oportunidad para favorecer sus aspiraciones independentistas, será ahora cuando el Presidente del gobierno español está con el agua hasta el cuello, pendiente de que se aprueben los PGE del Estado ya que, en caso contrario, iba a tener graves problemas para seguir gobernando el país, hasta la fecha de las elecciones legislativas en el 2020.


Si P.Sánchez, antes de los comicios andaluces, tenía la razonable certeza de que, un adelanto de elecciones, podría ser un arma para esgrimir ante una derecha que acababa de salir de un cambio en su dirección, solamente con el apoyo condicional y poco seguro de Ciudadanos y que todavía experimentaba el trauma de haber sido desalojada del poder por la moción de censura presentada por el PSOE; ahora, después de lo sucedido en Andalucía, de la impactante irrupción de un partido de derechas, VOX, con 12 escaños en el Parlamento Andaluz y con una caída espectacular de 12 escaños del PSOE andaluz, es obvio que no está dispuesto a correr el albur de unas elecciones donde, si el ejemplo andaluz cundiera en el resto de España, estaba expuesto a sufrir un descalabro del que, difícilmente, se podría sobreponer, máxime si tenemos en cuenta que, los llamados “barones” del partido, están expectantes esperando que su Jefe de filas cometa algún error importante para tirársele al cuello a degüello.


Y aquí tenemos la clave de todo lo que está sucediendo, incluido el ataque feroz de los separatistas catalanes a la Casa Real, sacando punta a un discurso de navidades del Rey que, a cualquiera que intente sacarle más que un evidente deseo de no herir susceptibilidades ni de unos ni de otros y de, contrariamente al valiente y acertado discurso del año pasado, es obvio que la intervención de la Moncloa en la corrección del contenido de la alocución real, se ha notado, en esta ocasión más que en cualquiera de los anteriores discursos del monarca. Una llamada a mantener la Constitución y múltiples llamadas a la convivencia, era sin duda lo mínimo que se le podía pedir a S.M. Sánchez, aunque hace esfuerzos ímprobos para que no se le note lo que ocurre en su interior, es evidente, y su semblante lo denota más de lo que seguramente le gustaría, se encuentra ante la duda de lo que van a decidir los catalanes. Aunque es obvio que quisieran apoyar al actual Presidente del gobierno español, está claro que, ni Puigdemont, desde su doble postura de fugitivo de la Justicia española y como presidente en el exilio de una supuesta y no proclamada república catalana afincada en un palacete del pueblo de Waterloo en la nación belga, ni Quim Torra como presidente de la Generalitat, se pueden atrever a volver atrás respecto a sus declaraciones de que no habría apoyo a los PGE si no se producía un gesto significativo respecto a la independencia de Cataluña.


Pero la deslealtad, la predisposición a la traición de P.Sánchez, su indudable facilidad para salir de situaciones complicadas y el apoyo incondicional y podríamos decir que, casi suicida, de sus ministros, ante una tarea agotadora de intentar justificar lo injustificable, ofrecer todo aquellos aumentos y mejoras salariales a los funcionarios, ampliar su número, convertir en fijos a la mayoría de los que no lo eran etc.; unas medidas que pudieran tener un impacto social favorable a los socialistas, sin tener en cuenta que, cada una de las ofertas que han anunciado, tienen un coste de varios millones de euros que no están comprendidos en los presupuestos aprobados por el PP, que siguen vigentes en la actualidad, ni tan siquiera, en los que los socialistas quieren aprobar con el apoyo de todos los partidos de la oposición; con la particularidad de que España no está en condiciones de asumir retos económicos que es evidente que no van a poder cumplirse si no es a base de más endeudamiento público o de aplicar la tuerca de los impuestos cuando ya se viene demostrando que España se está convirtiendo en uno de los países en los que existe una carga fiscal mayor y, en consecuencia, con más posibilidades de la desafección de los ciudadanos respecto al trato impositivo que reciben por parte del Estado y de sus gobiernos autonómicos.


Por otra parte una de las peticiones en las que más hincapié siguen haciendo los catalanes, los de los lazos amarillos y los extremistas de los CDR, se concentran en la petición de la puesta en libertad de los políticos independentistas catalanes, encerrados en la cárcel de Lledoneras; eso sí, tratados a cuerpo de rey y disponiendo de unos privilegios que para sí quisieran muchos de los presos de otras cárceles que quizás cumplan condenas por delitos mucho menores de aquellos que, presuntamente, cometieron todos estos señores que decidieron presentar sus reivindicaciones de independencia ante el Gobierno de la nación, no como una simple petición ni como una consulta, sino como una exigencia acompañada de amenazas que, como es obvio y evidente, no pueden ser tomadas en cuenta por ningún gobierno de una nación democrática, soberana y que tiene una Constitución, que se han dado los ciudadanos, donde están prohibidos todos los intentos de que, una parte del país, intente unilateralmente conseguir su separación del resto.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, debemos evitar dejarnos llevar por la cortina de humo que los socialistas intentan ponernos ante los ojos, con todos estos señuelos con los que buscan confundirnos, captar adeptos, meterse en el bolsillo a los funcionarios y, mediante toda esta demagogia facilona y con escasas posibilidades de que pueda ser soportada por la economía de nuestra nación, aprovecharse del rédito que les puedan reportar todas estas ofertas de mejoras en los meses actuales hasta que, los beneficiarios de todas estas medidas prometidas por el gobierno socialista, se encuentren en que, lo que se les da por un lado se les sustrae por otro mediante el incremento de impuestos o bien, si se acude a aumentar la Deuda Pública, algo que ya se nos ha advertido, desde Europa, que no puede ser; entremos en una situación semejante a aquella en la que nos dejaron los socialistas del gobierno de Rodríguez Zapatero, a finales del 2011. 

Sánchez sigue vendiéndonos una nación fruto de sus ensoñaciones

Es evidente que el señor P. Sánchez ha salido tocado del trance andaluz
Miguel Massanet
jueves, 27 de diciembre de 2018, 00:00 h (CET)

Parece ser que ni el señor Pedro Sánchez ni su partido el PSOE ni sus apoyos comunistas de Podemos, parecen haberse dado cuenta de lo que ha supuesto para España el resultado, totalmente inesperado y de gran importancia para el país, de las elecciones andaluzas. Es evidente que la izquierda ha querido hacer caso omiso de la gran debacle del PSOE en su feudo, en el que llevaba más de 30 años teniendo el poder de dirigir a los andaluces, a los que ha tenido “comprados” a base de concederles prebendas y de proporcionarles enchufes en empresas públicas y en cargos de la Administración pública, aparte del sistema especial que establecieron en la agricultura autonómica, mediante el cual según las “peonadas” justificadas que tuviera cada trabajador agrícola, se le concedían sustanciosas compensaciones económicas durante los meses en los que no podían trabajar en el campo. Un sistema que llevan años aplicando en Andalucía y que es conocido como el PER, algo que evidentemente supone un despilfarro que, después de tantos años de práctica, ya ha dado lugar a toda una serie de vicios (vicios consentidos) que permiten que se produzcan fraudes y componendas, de modo que hay trabajadores que, sin haber trabajado ni una peonada, sin embargo, ha conseguido mediante usos ilegales, percibir el subsidio como si hubiera trabajado.


Aunque llegamos a pensar que, con la retirada de la jueza Alaya del caso de los EREs fraudulentos andaluces, del gran trabajo que hizo en cuanto a la instrucción del sumario de lo que se presenta como uno de los peores casos de distracción de dineros públicos para la financiación de un partido, en esta ocasión el PSOE andaluz, por parte de una mayor cantidad de implicados en la trama que se compinchó para llevar a cabo los delitos de los que se los acusa y, también, por la categoría e importancia de los principales personajes enjuiciados, Cháves y Griñán, ambos expresidentes de la Comunidad Andaluza; sobre los cuales pesan las peores acusaciones al no haber impedido que, bajo sus mandatos, se hubiera producido una de las estafas más sonadas en contra de los trabajadores de algunas empresas en crisis; es obvio que la Justicia no ha interrumpido su labor investigadora y que, en estos días, es cuando definitivamente estamos a punto de conocer la sentencia definitiva que, el TS, va a emitir sobre la culpabilidad o inocencia de ambos líderes del PSOE andaluz y, en su caso, si fueren declarados culpables, la condena que se dictará sobre cada uno de ellos.


Como era imposible que sucediera, parece que tenemos a la vista lo que todos los españoles y, principalmente los andaluces, estaban pidiendo a través de la expresión de la voluntad popular en las urnas. Un cambio respecto a una política maleada por el desgaste, los malos hábitos, la elevada tasa de desempleo juvenil que, después de 35 años de gobiernos progresistas, alcanza, en Andalucía el 62%; el clientelismo y el nepotismo como sistemas de conseguir adeptos y emplear a familiares; en fin, lo que acaba sucediendo en aquellos lugares en los que (como ha sucedió en México durante muchos años) una determinada sigla partidista ocupa el poder y se mantiene en él durante el tiempo suficiente para que la corrupción se vaya infiltrando por todo su tejido social.


Es evidente que, el señor P.Sánchez, ha salido tocado del trance andaluz y, por mucho que intente desviar la atención hacia otros puntos, sabe que sigue instalado al borde del abismo, apoyado por una extrema izquierda, Podemos, que a la vez sigue estando amenazada de disgregación debido a sus disputas internas y a la insurrección de algunos de sus dirigentes, que intentan ir por libres en las próximas elecciones autonómicas y municipales del mes de Mayo del 2019. Se aferra, como a un clavo ardiente, al apoyo de los partidos separatistas, tanto el vasco del señor Urkullu como al más beligerante, exigente y amenazante separatismo catalán que, a diferencia del vasco, más unificado y disciplinado, está integrado por una serie de formaciones en las que, las luchas por el poder les impiden formar un frente unido y donde las posibilidades de que un líder se imponga sobre los demás parece ser cada vez más improbable. Ni ERC ( con el señor Junqueras en la cárcel) ni el PDEcat ( antigua CDC) ni el partido del señor Puigdemont en el exilio, titulado como 'La Crida Nacional per la República’, ni la CUP ni las agrupaciones independentistas ANC u Omnium Cultural, parecen coincidir en el modo de llevar adelante sus planes rupturistas con el Estado español aunque, evidentemente, sí lo están en cuanto a continuar ejerciendo presión sobre el señor Sánchez, convencidos de que, si hay alguna oportunidad para favorecer sus aspiraciones independentistas, será ahora cuando el Presidente del gobierno español está con el agua hasta el cuello, pendiente de que se aprueben los PGE del Estado ya que, en caso contrario, iba a tener graves problemas para seguir gobernando el país, hasta la fecha de las elecciones legislativas en el 2020.


Si P.Sánchez, antes de los comicios andaluces, tenía la razonable certeza de que, un adelanto de elecciones, podría ser un arma para esgrimir ante una derecha que acababa de salir de un cambio en su dirección, solamente con el apoyo condicional y poco seguro de Ciudadanos y que todavía experimentaba el trauma de haber sido desalojada del poder por la moción de censura presentada por el PSOE; ahora, después de lo sucedido en Andalucía, de la impactante irrupción de un partido de derechas, VOX, con 12 escaños en el Parlamento Andaluz y con una caída espectacular de 12 escaños del PSOE andaluz, es obvio que no está dispuesto a correr el albur de unas elecciones donde, si el ejemplo andaluz cundiera en el resto de España, estaba expuesto a sufrir un descalabro del que, difícilmente, se podría sobreponer, máxime si tenemos en cuenta que, los llamados “barones” del partido, están expectantes esperando que su Jefe de filas cometa algún error importante para tirársele al cuello a degüello.


Y aquí tenemos la clave de todo lo que está sucediendo, incluido el ataque feroz de los separatistas catalanes a la Casa Real, sacando punta a un discurso de navidades del Rey que, a cualquiera que intente sacarle más que un evidente deseo de no herir susceptibilidades ni de unos ni de otros y de, contrariamente al valiente y acertado discurso del año pasado, es obvio que la intervención de la Moncloa en la corrección del contenido de la alocución real, se ha notado, en esta ocasión más que en cualquiera de los anteriores discursos del monarca. Una llamada a mantener la Constitución y múltiples llamadas a la convivencia, era sin duda lo mínimo que se le podía pedir a S.M. Sánchez, aunque hace esfuerzos ímprobos para que no se le note lo que ocurre en su interior, es evidente, y su semblante lo denota más de lo que seguramente le gustaría, se encuentra ante la duda de lo que van a decidir los catalanes. Aunque es obvio que quisieran apoyar al actual Presidente del gobierno español, está claro que, ni Puigdemont, desde su doble postura de fugitivo de la Justicia española y como presidente en el exilio de una supuesta y no proclamada república catalana afincada en un palacete del pueblo de Waterloo en la nación belga, ni Quim Torra como presidente de la Generalitat, se pueden atrever a volver atrás respecto a sus declaraciones de que no habría apoyo a los PGE si no se producía un gesto significativo respecto a la independencia de Cataluña.


Pero la deslealtad, la predisposición a la traición de P.Sánchez, su indudable facilidad para salir de situaciones complicadas y el apoyo incondicional y podríamos decir que, casi suicida, de sus ministros, ante una tarea agotadora de intentar justificar lo injustificable, ofrecer todo aquellos aumentos y mejoras salariales a los funcionarios, ampliar su número, convertir en fijos a la mayoría de los que no lo eran etc.; unas medidas que pudieran tener un impacto social favorable a los socialistas, sin tener en cuenta que, cada una de las ofertas que han anunciado, tienen un coste de varios millones de euros que no están comprendidos en los presupuestos aprobados por el PP, que siguen vigentes en la actualidad, ni tan siquiera, en los que los socialistas quieren aprobar con el apoyo de todos los partidos de la oposición; con la particularidad de que España no está en condiciones de asumir retos económicos que es evidente que no van a poder cumplirse si no es a base de más endeudamiento público o de aplicar la tuerca de los impuestos cuando ya se viene demostrando que España se está convirtiendo en uno de los países en los que existe una carga fiscal mayor y, en consecuencia, con más posibilidades de la desafección de los ciudadanos respecto al trato impositivo que reciben por parte del Estado y de sus gobiernos autonómicos.


Por otra parte una de las peticiones en las que más hincapié siguen haciendo los catalanes, los de los lazos amarillos y los extremistas de los CDR, se concentran en la petición de la puesta en libertad de los políticos independentistas catalanes, encerrados en la cárcel de Lledoneras; eso sí, tratados a cuerpo de rey y disponiendo de unos privilegios que para sí quisieran muchos de los presos de otras cárceles que quizás cumplan condenas por delitos mucho menores de aquellos que, presuntamente, cometieron todos estos señores que decidieron presentar sus reivindicaciones de independencia ante el Gobierno de la nación, no como una simple petición ni como una consulta, sino como una exigencia acompañada de amenazas que, como es obvio y evidente, no pueden ser tomadas en cuenta por ningún gobierno de una nación democrática, soberana y que tiene una Constitución, que se han dado los ciudadanos, donde están prohibidos todos los intentos de que, una parte del país, intente unilateralmente conseguir su separación del resto.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, debemos evitar dejarnos llevar por la cortina de humo que los socialistas intentan ponernos ante los ojos, con todos estos señuelos con los que buscan confundirnos, captar adeptos, meterse en el bolsillo a los funcionarios y, mediante toda esta demagogia facilona y con escasas posibilidades de que pueda ser soportada por la economía de nuestra nación, aprovecharse del rédito que les puedan reportar todas estas ofertas de mejoras en los meses actuales hasta que, los beneficiarios de todas estas medidas prometidas por el gobierno socialista, se encuentren en que, lo que se les da por un lado se les sustrae por otro mediante el incremento de impuestos o bien, si se acude a aumentar la Deuda Pública, algo que ya se nos ha advertido, desde Europa, que no puede ser; entremos en una situación semejante a aquella en la que nos dejaron los socialistas del gobierno de Rodríguez Zapatero, a finales del 2011. 

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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