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La apelación al miedo a la derecha y a la extrema derecha para atraer el voto socialista a su redil, ha fracasado

Las andaluzas a vuela pluma

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Pocas veces, en este mundo desquiciado en el que nos ha tocado vivir, ocurren milagros, sin embargo por muy raro que pudiere parecer, en Andalucía, quizá una de las regiones de España donde la izquierda siempre tuvo su baluarte más fuerte y en la que sin duda, el señor P.Sánchez pensaba tener el más fuerte apoyo para que le sirviera de lanzadera para la campaña nacional de su partido de cara a las legislativas del 2020, naturalmente con él como candidato a la presidencia del gobierno; por la combinación de una serie de circunstancias muy difíciles de analizar y, con toda seguridad, con la contribución de la desastrosa campaña de la señora Díaz, la que, con toda seguridad, pensó que iba a amarrar su presidencia en Andalucía, desmarcándose del resto de autonomías, adelantando las elecciones en la suya con los decepcionantes resultados que, por primera vez en 35 años han acabado, salvo sorpresas futuras, con la hegemonía del PSA en tierras andaluzas; se ha producido el gran milagro de una mayoría de centro-derecha.


A primera vista se podría hablar de que, la apelación al miedo a la derecha y a la extrema derecha (o así se han empeñado las izquierdas en catalogar al partido de VOX) en la que confiaba Susana Díaz para atraer el voto socialista a su redil, ha fracasado de una manera total. Hay que decir que una gran parte, nunca en ninguna elección anterior se había producido algo semejante, del electorado andaluz ha decidido no votar por ningún partido, nada menos que casi un 43% del electorado decidió quedarse en casa, seguramente motivado por la corrupción que se ha destapado en el propio Parlamento andaluz, gravemente afectado por el caso de los EREs fraudulentos, los despilfarros de sus políticos y el caso de los cursillos ficticios, utilizados como medio para destinar dinero público para la financiación del partido socialista.


Pero lo más importante, a nuestro criterio, no es buscar los motivos por los que el PSA ha sufrido semejante debacle que, como ya hemos anticipado, puede depender de varias y diferentes razones, sino lo que, esta nueva situación en el panorama político andaluz puede significar para la futura estructura de España, si se tiene en cuenta la situación en la que, esta abultada derrota andaluza, deja al PSOE y, especialmente, a su cabeza de filas, el señor Pedro Sánchez que, evidentemente, ahora tendrá que situarse en una postura a la defensiva y, como ya viene advirtiendo, intentar alargar cuanto pueda el gobierno provisional en el que se ha instalado ya que, de momento, la posibilidad de anticipar las legislativas, a la vista de lo sucedido en Andalucía, tira por tierra todo lo que se ha venido escribiendo en cuanto al aumento de votos que muchas de las encuestas le atribuían hasta situarlo, en España, muy por encima del PP y de C´s. El globo, indudablemente hinchado por la demagogia y la propaganda que determinados grupos o lobbies informativos, verdaderos “supporters” del socialismo a los que el señor P.Sánchez les debe una parte importancia de su éxito mediático, mantuvieron durante mucho tiempo, basados en el éxito de la moción de censura contra el señor Rajoy ahora, de repente, se ha deshinchado y toda aquella prepotencia, autosuficiencia, apisonadora y depredadora de todo lo anteriormente legislado por el PP, va a tener que mirarse la forma en la que, de aquí en adelante, se verá obligado a gobernar, teniendo en cuenta que los de Podemos, con el señor Pablo Iglesias al frente, han pasado de ser una amenaza para la estabilidad de España, a ser un grupo en plena desintegración, con evidentes luchas internas y con desafecciones en todas las autonomías en las que se instalaron. Hasta Carmena ha renunciado a presentarse con ellos en Madrid.


Comentario aparte merece lo que ha conseguido el partido Ciudadanos, en el que su líder local, en señor Marín, creemos que ha sabido trasmitir a los andaluces la sensación de que es un partido que sigue progresando y que es capaz, en unas próximas elecciones, de desprenderse por completo del San Benito de ser un partido catalán, y aspirar a tener una gran presencia nacional, disputando a los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE, sus posibilidades de llegar a gobernar España. Sin embargo, sería malo que el señor Albert Rivera cayera en la tentación de sobresaturarse del éxito obtenido, dejara de atender a razones y se creyera que lo que, el mismo, ha estado defendiendo durante una parte importante de su periplo político, de que el partido más votado debiera ser el que gobernara, ahora ( y así lo dejó dicho en unas declaraciones demasiado precipitadas y seguramente poco meditadas) pretendiendo que su formación, situada en el tercer lugar en cuanto al número de escaños según las reciente elecciones andaluzas, aspire a que se nombre presidente al señor Marín y no a quien, de acuerdo con los 26 escaños conseguidos, le correspondería, el señor Moreno del PP, teniendo en cuenta que ha logrado ocupar el segundo lugar en el número de escaños para el Parlamento Andaluz. La peregrina teoría de que es un partido de los que más ha crecido pudiera ser válida para contentar sus ambiciones personales, en cuanto a posibilidades, pero no figura en ninguna ley, ni escrita ni consensuada, que haga referencia a que, los que más crezcan en unas elecciones, sean los que deban gobernar. Si aceptáramos esta forma de medir los derechos a presidir la Junta, los de WOX también, con 12 escaños, serían los que estarían en condiciones de pedir que se los nombrara a ellos, a su líder local, el señor Francisco Serrano, para presidir la Junta andaluza. Sería una irresponsabilidad, una niñería y una falta absoluta de sensatez que ahora, el señor Rivera, pretendiera adelantar la lucha electoral que, sin duda, surgirá ante las elecciones generales del 2020 o, en su caso, si el PSOE de Sánchez no pudiera seguir gobernando por carecer de los apoyos necesarios (lo de gobernar a base de decretazos no es más que una estupidez de las tantas que estos días estamos cansados de oír) y se adelantaran los comicios.


Es una ocasión única a la que se ha llegado en parte por el cansancio de muchos respecto a todos los políticos, lo que les ha inducido a no votar; una situación inédita desde hace 35 años que sería lamentable que, por ambiciones personales, por estrategia electoral ( señor Rivera, no se puede estar perennemente en campaña electoral y hay momentos en los que el bien de España, de los españoles y de todos los que verdaderamente somos partidarios de la paz y el orden, todo lo que no sea sacar adelante un gobierno en el que la izquierda no esté representada, se podría considerar como una traición a toda la nación española. La ocasión de oro para lograr una mayoría en el Parlamento Andaluz, formada por el PP, Ciudadanos y VOX, no puede despreciarse ahora, a causa de la irresponsabilidad consistente en que, cada una de las tres formaciones pretendiera imponer, de una forma absurda, sus particulares condiciones para formar la coalición que toda España está demandando a gritos.


Y, finalmente, algo muy preocupante que, no por esperado, conociendo la clase de personas de las que se trata, de sus antecedentes, de sus mecenas y de sus orígenes, deja de tener la importancia que, sin duda alguna, puede tener el que por no haber sido capaces de movilizar a su electorado, por el hecho de que muchos hayan abandonado la militancia del partido de los comunistas o por la falta de confianza en sus actuales líderes ( algo que ya está sucediendo en algunas de las ramas del partido en distintas regiones, como es el caso de la madrileña) o porque muchas personas que de buena fe vieron en ellos, Podemos, a un partido que propugnaba una política limpia y renegaba de una de las lacras que padecía España, y luego se han apercibido de que todo lo que decían no era más que pura demagogia, que su forma de actuar grotesca, arribista, carente de sensatez y con propuestas propias de regímenes comunistas obsoletos y rancios en los que nadie, salvo algunos pocos extremistas anarquistas, ya está dispuesto a creer. Sin embargo, hay frases que debieran llamar a reflexionar. En la comparecencia de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón hicieron en la sede del partido en la calle Princesa de Madrid, la primera frase de Iglesias fue la siguiente: “En nombre de Unidos Podemos, alerta antifascista”; acto seguido hizo un llamamiento al “movimiento feminista, al estudiantil, a las organizaciones de trabajadores…” para “movilizarse y defender las libertades” frente a los “postfranquistas sin complejos”. Una verdadera declaración de intenciones o de guerra, como se quiera.


Sí, señores, lo hemos venido advirtiendo durante meses, no sólo respeto a estos comunistas bolivarianos que no tienen ni idea de lo que significa la democracia, que nada más entienden a quién es más fuerte que ellos y que, si les dieran cuerda, serían capaces de reproducir aquel revolucionario Frente Popular que se instaló en el gobierno de la República al inicio de la Guerra Civil Española con el levantamiento de aquel 18 de julio de 1936, gracias al cual, sujetos de la catadura de estos de Podemos, no pudieron hacerse con la riendas del país para convertirlo en un satélite más de la Unión Soviética; sino también a toda esta basura independentista dispuesta a mantener a una parte de España en vilo, esperando cuál de sus artimañas, para instaurar su utópica república, van a sacarse de la manga, mientras el gobierno socialista que tenemos les ríe las gracias, se las consiente y, todavía, cuando pueden les echan una mano por si cuela.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos sentimientos encontrados respecto a lo sucedido el día 2 en Andalucía. Por una parte, nos alegramos de que el señor Casado haya tenido un resultado superior al que se podía esperar, si se tiene en cuenta la serie de acontecimientos que han ido golpeando al PP durante los últimos tiempos y que, sólo hace unos pocos meses que fue nombrado el líder del PP. No se le puede pedir más y si, en todo caso, que mantenga la defensa de todos aquellos valores del PP que algunos, en sus desmanes para implantar otras doctrinas demasiado liberales, lo único que consiguieron fue llevar al PP a desdecirse de sus principios para formar parte, como uno más, de todos estos partidos que sólo buscan conseguir mantenerse en el poder. También nos alegramos de la irrupción de VOX, aunque para algunos, los que no entienden que se puede diferir de algunos puntos de la Constitución y, sin embargo, acatar sus reglas, cuando muchos de los partidos que critican los planteamientos del partido del señor Santiago Abascal ( no olvidemos que se desgajaron del PP al comprobar los desvíos de dicha formación respecto a sus valores y principios originales) han pedido, en numerosas ocasiones, la reforma constitucional para intentar adaptar la Carta Magna a sus particulares conveniencias. ¡Un poco de coherencia es lo que hace falta!

Las andaluzas a vuela pluma

La apelación al miedo a la derecha y a la extrema derecha para atraer el voto socialista a su redil, ha fracasado
Miguel Massanet
miércoles, 5 de diciembre de 2018, 00:00 h (CET)

Pocas veces, en este mundo desquiciado en el que nos ha tocado vivir, ocurren milagros, sin embargo por muy raro que pudiere parecer, en Andalucía, quizá una de las regiones de España donde la izquierda siempre tuvo su baluarte más fuerte y en la que sin duda, el señor P.Sánchez pensaba tener el más fuerte apoyo para que le sirviera de lanzadera para la campaña nacional de su partido de cara a las legislativas del 2020, naturalmente con él como candidato a la presidencia del gobierno; por la combinación de una serie de circunstancias muy difíciles de analizar y, con toda seguridad, con la contribución de la desastrosa campaña de la señora Díaz, la que, con toda seguridad, pensó que iba a amarrar su presidencia en Andalucía, desmarcándose del resto de autonomías, adelantando las elecciones en la suya con los decepcionantes resultados que, por primera vez en 35 años han acabado, salvo sorpresas futuras, con la hegemonía del PSA en tierras andaluzas; se ha producido el gran milagro de una mayoría de centro-derecha.


A primera vista se podría hablar de que, la apelación al miedo a la derecha y a la extrema derecha (o así se han empeñado las izquierdas en catalogar al partido de VOX) en la que confiaba Susana Díaz para atraer el voto socialista a su redil, ha fracasado de una manera total. Hay que decir que una gran parte, nunca en ninguna elección anterior se había producido algo semejante, del electorado andaluz ha decidido no votar por ningún partido, nada menos que casi un 43% del electorado decidió quedarse en casa, seguramente motivado por la corrupción que se ha destapado en el propio Parlamento andaluz, gravemente afectado por el caso de los EREs fraudulentos, los despilfarros de sus políticos y el caso de los cursillos ficticios, utilizados como medio para destinar dinero público para la financiación del partido socialista.


Pero lo más importante, a nuestro criterio, no es buscar los motivos por los que el PSA ha sufrido semejante debacle que, como ya hemos anticipado, puede depender de varias y diferentes razones, sino lo que, esta nueva situación en el panorama político andaluz puede significar para la futura estructura de España, si se tiene en cuenta la situación en la que, esta abultada derrota andaluza, deja al PSOE y, especialmente, a su cabeza de filas, el señor Pedro Sánchez que, evidentemente, ahora tendrá que situarse en una postura a la defensiva y, como ya viene advirtiendo, intentar alargar cuanto pueda el gobierno provisional en el que se ha instalado ya que, de momento, la posibilidad de anticipar las legislativas, a la vista de lo sucedido en Andalucía, tira por tierra todo lo que se ha venido escribiendo en cuanto al aumento de votos que muchas de las encuestas le atribuían hasta situarlo, en España, muy por encima del PP y de C´s. El globo, indudablemente hinchado por la demagogia y la propaganda que determinados grupos o lobbies informativos, verdaderos “supporters” del socialismo a los que el señor P.Sánchez les debe una parte importancia de su éxito mediático, mantuvieron durante mucho tiempo, basados en el éxito de la moción de censura contra el señor Rajoy ahora, de repente, se ha deshinchado y toda aquella prepotencia, autosuficiencia, apisonadora y depredadora de todo lo anteriormente legislado por el PP, va a tener que mirarse la forma en la que, de aquí en adelante, se verá obligado a gobernar, teniendo en cuenta que los de Podemos, con el señor Pablo Iglesias al frente, han pasado de ser una amenaza para la estabilidad de España, a ser un grupo en plena desintegración, con evidentes luchas internas y con desafecciones en todas las autonomías en las que se instalaron. Hasta Carmena ha renunciado a presentarse con ellos en Madrid.


Comentario aparte merece lo que ha conseguido el partido Ciudadanos, en el que su líder local, en señor Marín, creemos que ha sabido trasmitir a los andaluces la sensación de que es un partido que sigue progresando y que es capaz, en unas próximas elecciones, de desprenderse por completo del San Benito de ser un partido catalán, y aspirar a tener una gran presencia nacional, disputando a los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE, sus posibilidades de llegar a gobernar España. Sin embargo, sería malo que el señor Albert Rivera cayera en la tentación de sobresaturarse del éxito obtenido, dejara de atender a razones y se creyera que lo que, el mismo, ha estado defendiendo durante una parte importante de su periplo político, de que el partido más votado debiera ser el que gobernara, ahora ( y así lo dejó dicho en unas declaraciones demasiado precipitadas y seguramente poco meditadas) pretendiendo que su formación, situada en el tercer lugar en cuanto al número de escaños según las reciente elecciones andaluzas, aspire a que se nombre presidente al señor Marín y no a quien, de acuerdo con los 26 escaños conseguidos, le correspondería, el señor Moreno del PP, teniendo en cuenta que ha logrado ocupar el segundo lugar en el número de escaños para el Parlamento Andaluz. La peregrina teoría de que es un partido de los que más ha crecido pudiera ser válida para contentar sus ambiciones personales, en cuanto a posibilidades, pero no figura en ninguna ley, ni escrita ni consensuada, que haga referencia a que, los que más crezcan en unas elecciones, sean los que deban gobernar. Si aceptáramos esta forma de medir los derechos a presidir la Junta, los de WOX también, con 12 escaños, serían los que estarían en condiciones de pedir que se los nombrara a ellos, a su líder local, el señor Francisco Serrano, para presidir la Junta andaluza. Sería una irresponsabilidad, una niñería y una falta absoluta de sensatez que ahora, el señor Rivera, pretendiera adelantar la lucha electoral que, sin duda, surgirá ante las elecciones generales del 2020 o, en su caso, si el PSOE de Sánchez no pudiera seguir gobernando por carecer de los apoyos necesarios (lo de gobernar a base de decretazos no es más que una estupidez de las tantas que estos días estamos cansados de oír) y se adelantaran los comicios.


Es una ocasión única a la que se ha llegado en parte por el cansancio de muchos respecto a todos los políticos, lo que les ha inducido a no votar; una situación inédita desde hace 35 años que sería lamentable que, por ambiciones personales, por estrategia electoral ( señor Rivera, no se puede estar perennemente en campaña electoral y hay momentos en los que el bien de España, de los españoles y de todos los que verdaderamente somos partidarios de la paz y el orden, todo lo que no sea sacar adelante un gobierno en el que la izquierda no esté representada, se podría considerar como una traición a toda la nación española. La ocasión de oro para lograr una mayoría en el Parlamento Andaluz, formada por el PP, Ciudadanos y VOX, no puede despreciarse ahora, a causa de la irresponsabilidad consistente en que, cada una de las tres formaciones pretendiera imponer, de una forma absurda, sus particulares condiciones para formar la coalición que toda España está demandando a gritos.


Y, finalmente, algo muy preocupante que, no por esperado, conociendo la clase de personas de las que se trata, de sus antecedentes, de sus mecenas y de sus orígenes, deja de tener la importancia que, sin duda alguna, puede tener el que por no haber sido capaces de movilizar a su electorado, por el hecho de que muchos hayan abandonado la militancia del partido de los comunistas o por la falta de confianza en sus actuales líderes ( algo que ya está sucediendo en algunas de las ramas del partido en distintas regiones, como es el caso de la madrileña) o porque muchas personas que de buena fe vieron en ellos, Podemos, a un partido que propugnaba una política limpia y renegaba de una de las lacras que padecía España, y luego se han apercibido de que todo lo que decían no era más que pura demagogia, que su forma de actuar grotesca, arribista, carente de sensatez y con propuestas propias de regímenes comunistas obsoletos y rancios en los que nadie, salvo algunos pocos extremistas anarquistas, ya está dispuesto a creer. Sin embargo, hay frases que debieran llamar a reflexionar. En la comparecencia de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón hicieron en la sede del partido en la calle Princesa de Madrid, la primera frase de Iglesias fue la siguiente: “En nombre de Unidos Podemos, alerta antifascista”; acto seguido hizo un llamamiento al “movimiento feminista, al estudiantil, a las organizaciones de trabajadores…” para “movilizarse y defender las libertades” frente a los “postfranquistas sin complejos”. Una verdadera declaración de intenciones o de guerra, como se quiera.


Sí, señores, lo hemos venido advirtiendo durante meses, no sólo respeto a estos comunistas bolivarianos que no tienen ni idea de lo que significa la democracia, que nada más entienden a quién es más fuerte que ellos y que, si les dieran cuerda, serían capaces de reproducir aquel revolucionario Frente Popular que se instaló en el gobierno de la República al inicio de la Guerra Civil Española con el levantamiento de aquel 18 de julio de 1936, gracias al cual, sujetos de la catadura de estos de Podemos, no pudieron hacerse con la riendas del país para convertirlo en un satélite más de la Unión Soviética; sino también a toda esta basura independentista dispuesta a mantener a una parte de España en vilo, esperando cuál de sus artimañas, para instaurar su utópica república, van a sacarse de la manga, mientras el gobierno socialista que tenemos les ríe las gracias, se las consiente y, todavía, cuando pueden les echan una mano por si cuela.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos sentimientos encontrados respecto a lo sucedido el día 2 en Andalucía. Por una parte, nos alegramos de que el señor Casado haya tenido un resultado superior al que se podía esperar, si se tiene en cuenta la serie de acontecimientos que han ido golpeando al PP durante los últimos tiempos y que, sólo hace unos pocos meses que fue nombrado el líder del PP. No se le puede pedir más y si, en todo caso, que mantenga la defensa de todos aquellos valores del PP que algunos, en sus desmanes para implantar otras doctrinas demasiado liberales, lo único que consiguieron fue llevar al PP a desdecirse de sus principios para formar parte, como uno más, de todos estos partidos que sólo buscan conseguir mantenerse en el poder. También nos alegramos de la irrupción de VOX, aunque para algunos, los que no entienden que se puede diferir de algunos puntos de la Constitución y, sin embargo, acatar sus reglas, cuando muchos de los partidos que critican los planteamientos del partido del señor Santiago Abascal ( no olvidemos que se desgajaron del PP al comprobar los desvíos de dicha formación respecto a sus valores y principios originales) han pedido, en numerosas ocasiones, la reforma constitucional para intentar adaptar la Carta Magna a sus particulares conveniencias. ¡Un poco de coherencia es lo que hace falta!

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