Tiempos de modas estos que corren, culturales, políticas, lingüísticas... Uno no sabe muy bien de dónde salen, pero los ‘mola mazo’ o ‘no flipes’ de nuestra chavalería, hace unos pocos años tan sólo habrían sido ininteligibles. En fin, pero mis reflexiones no van por ahí hoy.
Me quiero centrar en la falta de educación que nos rodea, frente a la importancia que se da en nuestro ranking social actual a los temas de moda como la violencia de género, la ley anti-tabaco, la gripe aviar, etc.
Nos topamos día sí día también con frecuentísimos actos de unos cuantos congéneres, que nos enseñan que la caverna no está tan lejos como algunos creen.
Ese sujeto que pasea despreocupado con su can por plena acera y observa divertido cómo éste embadurna convenientemente la calle, sin hacer por supuesto nada antes, durante ni después del acto. Ese otro especimen que baja la ventanilla en plena A-8 y descarga su cenicero repletito de colillas, sin despeinarse.
Qué me dicen del señor/a que te hace salir del lado protegido de la lluvia por la cornisa porque se aferra a la pared cual lapa a la roca, cuando él/ella/ello lleva paraguas y tú vas a cuerpo gentil. Esa clase hispana... nivel.
Ese vecino que ameniza las veladas con su ‘chumba chumba’ frenético tortura-tímpanos y que le confiere numerosos boletos para ser asesinado en legítima defensa.
Ese colega que te clava las zarpas en el costillar en el cine con perseverancia y ahínco, como si tal cosa. Ese otro humano que enciende un cigarrillo en tu propio coche o en tu sitio de trabajo sin siquiera plantearse que puede haber alguna remota posibilidad de que no quieras respirar su humo...
Uno conoce algo Londres y allí es prácticamente imposible ver a un ciudadano cruzar una carretera o acceder a un campo de fútbol por fuera de la vía o el camino indicado.
Igualito que aquí, en fin; luego, algunos no tienen empacho en llamarles hooligans, en general.
Ayer mismo pensaba qué sería de nuestros medios de prensa si aquí se emplease el sistema americano de máquinas expende-periódicos: ya saben, se mete la moneda y se abre la urna, pudiendo coger uno o ciento veintiuno. Allí funciona, el personal se comporta. ¿Se imaginan este sistema en este país...? No comment.
Lo dicho, menos buen rollito y más educación.