Todo el mundo intenta evitar al príncipe saudí Salman, al que hasta la CIA vincula directamente con el descuartizamiento con periodista Kashoggi. Pero acaba de dar la vuelta al mundo la foto de Juan Carlos I saludando a ese sangriento personaje, lo que cubre de vergüenza a nuestro país. Encima, la Zarzuela, es decir, su hijo, nos toma por tontos, diciendo que fue un saludo “casual” (¡en el palco presidencial!), “meramente protocolario”, de un rey tan inocente que acudió a Arabia Saudí sólo para un evento deportivo.
Hoy ya no ignoramos que Juan Carlos I acudía servilmente desde Mallorca a saludar al rey saudí cuando venía a Marbella, rey al que había pedido la “limosna” de cien millones de dólares para afianzar su trono.El Jefe del Estado español también fue “agraciado” con millonarias comisiones por construir el AVE a la Meca, por los contratos petroleros y otros hechos; esas son las ”prudentes inversiones” con las que la Zarzuela justifica su gran fortuna. ¿Cuánto cobrará ahora por prestarse a esa foto deshonrosa para todos? Consigamos que con ella se complete el proceso que se desencadenó con la que se hizo con un elefante muerto.