Rafael Nadal, la gran esperanza del tenis español consiguió ayer en Dubai su primer torneo de la temporada ante el número uno del mundo, el suizo Roger Federer. La victoria del manacorí supone una auténtica hazaña. Tras 3 meses y medio lejos de las pistas de tenis, recuperándose de su lesión, Nadal ha vuelto por la puerta grande. Con el título, Nadal acumula su décima final consecutiva venciendo.

Aunque en el primer set, el número uno no dejó lugar a la sorpresa y vapuleó al español en tan solo 28 minutos (2-6), Nadal fue poco a poco deshaciéndose de ese dominio. Y con un doble 6-4 en los dos siguientes sets, dio la vuelta a la final y consiguió un importante trofeo ante su rival número uno, un hombre que llevaba 56 victorias consecutivas. Y en pista dura. Roger Federer puede tener en Rafita Nadal al único contrincante que realmente puede hacer sombra a su insultante dominio mundial.

Ahora llegan los dos primeros Masters del año, y en pista rápida. Y la victoria en Dubai es la mejor manera de comenzar con ilusión y energía una lucha codo a codo por ser el mejor del mundo. Aunque sus objetivos personales son estar entre los 8 primeros en la ATP, y sobre todo recuperarse totalmente de su lesión, a nadie se le puede esconder que este crack puede estar ante su año.

Solo ha sido un partido ante Federer, quizás el mejor tenista de los últimos tiempos, pero el golpe de efecto fue tremendo. Basta con observar la cara de asombro que se le quedó al suizo tras perder la final en Dubai.

Pero nadie se puede engañar demasiado, ni lanzar prematuramente las campanas al vuelo. Como dice Nadal, Federer está por encima del resto, y superarlo al final de la temporada es algo altamente improbable. Aunque con golpes morales como el que consiguió ayer se van avanzando escalones de cara a superar a su rival, y nunca se sabe lo que puede pasar, y menos cuando hablamos de Nadal.