Con este tema que voy a desarrollar en estas líneas comencé mi primera “Mirilla”. No sé si recordarán esa columna dedicadas a las aficiones de fútbol, al jugador número doce de cualquier equipo. Pues bien, todos sabrán que esta semana las aficiones han vuelto a ser protagonistas en la televisión. En realidad hay aficiones que son noticia siempre, pero esta semana lo han sido más; en concreto dos y curiosamente las dos andaluzas.

El Betis protagonizó la escena más emocionante de la jornada. La afición abrazó a su equipo desde que salió del hotel de concentración hasta que el árbitro pitó el final del partido. El equipo lo necesitaba y la afición respondió. Ya lo hizo cuando a los de Serra Ferrer los eliminaron de la Champions. Esos béticos nunca fallan.

Cuántas veces esta temporada hemos visto en un partido a esos miles de seguidores que cada fin de semana acuden a un estadio, haga frío, calor, nieve o llueva. Cuando un equipo necesita ese calor, la afición debe responder. Siempre debiera responder, aunque no lo parezca, pero en esos momentos, más.

Pues bien, el Málaga esta semana ha sido noticia. Bueno, más que el Málaga, su afición. En el entrenamiento del martes se plantaron cuarenta seguidores del Frente Bokerón. Allí desplegaron pancartas de ánimo a los jugadores, que en estos momentos no atraviesan una buena racha. Las peñas malaguistas de la capital han acordado que esta semana acompañarán al equipo desde su hotel de concentración en Guadalmar hasta el estadio de La Rosaleda.

No me cabe a menor duda de que la afición estará entregada al máximo, como ya lo demostró en el partido ante el Athlétic de Bilbao, cuando arropando al equipo, consiguieron uno de los dos goles que le dio el triunfo al club.

A estas alturas de la Liga, los puntos no sólo los consiguen las aficiones. También ellas los pierden (véase partido del Real Madrid y silbidos a Ronaldo, los equipos se hunden si no se está con ellos) No hay nada más puro y más fuerte que el aliento de una afición a su equipo. Si no es por ellas, muchos equipos no estarían ahora donde están. Ellas necesitan saberse vivas, para ello los equipos han de ganar, pero para que los equipos ganen, ellas deben hacerles sentir vivos.