La liga se aprieta. El Barcelona, tras perder en Mestalla, encadena dos derrotas consecutivas, o visto desde otro punto, ha perdido tres de los últimos cuatro partidos si contamos la eliminatoria copera contra el Zaragoza. Sin duda es un dato bueno para la emoción liguera, y mejor para sus seguidores Madrid y Valencia. Los chés, además, consiguen el golaverage a favor, y se colocan a tiro de dos partidos.
El Barcelona demostró que sin Deco, Ronaldinho, Xavi o Messi, no sabe hacer el mismo fútbol ni conseguir los mismos resultados. No han podido con la maraña que preparó Quique. Bien es cierto que en condiciones normales, el Barça no hubiera perdido. El partido fue dominado por los catalanes, aunque de forma algo estéril. Pero hubo un futbolista que es un ratonero, llamado David Villa, y un portero que no tuvo su noche, Víctor Valdés. Esa combinación permitió que el Valencia marcara el único tanto del partido y se encerrara durante toda la segunda parte. Y cuando llegaba el Barça, ahí estaba Cañizares, que parece estar entrando en su segunda juventud.
Además, hay cosas que no se pueden entender. Un jugador como Samuel Eto’o, que llegó este martes a la ciudad Condal y no se puso a entrenar hasta el jueves, jugó de titular. Y no solo eso, sino que disputó buena parte del partido como mediocampista. Esto es, quitarle dinamita al pichichi. Pero otro asunto más crucial es la falta de Deco. Ni ‘el Gaucho’, ni Chavi, ni nadie. Deco es el auténtico motor, y anoche Iniesta y Van Bommel no impusieron su ley sobre Mestalla.
Pero los resultados no han de cegar a nadie. El juego delicioso no se le puede olvidar a nadie. Seis puntos son aún distancia amplia. Muchos lo hubieran firmado antes de empezar la temporada. Además, el calendario sonríe al equipo de Laporta. El Madrid tendrá que rendir visita a Mestalla, lo que en todos los casos beneficiará a los blaugranas. Betis, Zaragoza y Deportivo serán los próximos rivalesde los de Rijkaard. Eso sí, algo está claro, todavía habrá pugna por el título liguero. Algo impensable hace un par de semanas. ¡Bienvenido sea!