El último informe difundido por Crédito y Caución prevé que el crecimiento del PIB polaco se mantenga muy por encima del 4% en 2018, debido a la fuerte demanda de los consumidores y al aumento de las inversiones. Aunque en 2019 la aseguradora de crédito prevé que la expansión económica se desacelere ligeramente, esta seguirá siendo sólida, por encima del 3%. El consumo privado mantiene una buena evolución impulsado por el aumento del empleo, los salarios y las transferencias sociales. Al mismo tiempo, las inversiones públicas, los fondos europeos o las exportaciones han crecido, en un entorno de elevada confianza empresarial y del consumidor.
La deuda pública es moderada, en torno al 50% del PIB. El déficit fiscal del gobierno disminuyó en 2017 debido a mayores ingresos fiscales y una mejor recaudación de impuestos. Sin embargo, el gasto público ha aumentado nuevamente como consecuencia de una reducción de la edad de jubilación, el gasto social continuado y la inversión pública.
La escasez de trabajadores se está convirtiendo cada vez más en un problema, especialmente en el sector manufacturero. Al mismo tiempo, persisten las preocupaciones sobre el impacto de factores externos, como los aranceles de importación de Estados Unidos y el impacto del Brexit. En Europa Central, la economía de Polonia parece especialmente vulnerable a las consecuencias financieras y económicas del voto de Reino Unido para abandonar la Unión Europea. Las remesas anuales de los polacos que viven en el extranjero ascienden a unos 4 000 millones de euros, una gran parte en Reino Unido. A más largo plazo, el Brexit podría afectar a los fondos estructurales de la Unión, que desempeñan un papel importante en el progreso económico de Polonia. El Reino Unido es también el segundo destino de exportación de Polonia después de Alemania.